El parqué
Álvaro Romero
Subidas generalizadas
juan gómez 'kanka' Cantautor
-¿Qué ha pasado con el perdedor de sus primeros discos?
-Dejar a un lado al looser tiene que ver con un proceso mío psicológico. Llevo muchos años en psicoanálisis y le doy muchas vueltas a las cosas simbólicas y a las más reales, y creo que el hecho de caricaturizarme con ese antihéroe era una cosa que pudo divertirme en un tiempo pero que ya no me pone. Ahora, me apetece más decir cosas que hacer caricaturas.
-Aparcar los personajes.
-Sí, en mi primer disco, sobre todo, las canciones están llenas de ellos, el feliz de Qué bello es vivir; el marchoso de Superfunky; el perdedor de Lo mal que estoy y lo poco que me quejo... En psicoanálisis hay una cosa que se llama el semblante, que es lo opuesto a lo real, lo que parece ser, y como eso desaparece en ese proceso y salen más cosas de cómo eres de verdad, eso se ha reflejado en las canciones.
-También ha estrechado su lazo musical con Latinoamérica, ¿no?
-Sí, pero con un matiz. Yo ya venía escuchando mucha música latinoamericana de antes. Mi padre es fanático del folclore americano, en casa siempre se ha escuchado más a Chavela Vargas, a Los panchos, a Jorge Cafrune, o a Atahualpa Yupanqui que flamenco. Ese sonido lo tenía interiorizado, pero sí es verdad que ahora al viajar tanto, en Colombia he estado cuatro veces, en México tres, en Argentina, Chile, Perú, me ha rebrotado algo que tenía pues siempre que voy intento traerme algo, ponerme en contacto con los cantautores que están jugando allí con el folclor... Eso me ha influido y en este último disco se me ha ido la olla.
-Jorge Drexler no dudó en apuntarse... ¿Qué tiene que ver con un grupo de Whatsapp sobre décimas?
-Mucho sí. Un gaditano, Fernando Lobo, empezó a jugar con la décima espinela y a hacer décimas en conjunto con Ruibal, conmigo y con otros amigos, y se les ocurrió a él y a Ruibal, estando yo delante, el hacer una décima entre diez, un verso cada participante, y Fernando creó el grupo y estaban Ruibal, el cubano Alexis Díaz Pimienta, Rozalén, Paco Cifuentes, Juan José Téllez, Felipe Benítez Reyes... Un montón de gente... Y empezamos a hacer un verso cada uno y en una de éstas Alexis invitó a Drexler y así, a lo pillastre, conseguí yo el teléfono.
-Y le entró.
-Pero cuando pasó un año, que me imagino que ya él me tendría registrado. Le escribí un Whatsapp, menos violento que llamar, pero eso sí, le pedí en décimas que cantara conmigo la canción. Me lo curré. Y me respondió a los dos días diciéndome que sí, que la hacía seguro, que le había encantado de la canción. Pero de la décima no me dijo nada...
- Con El arte de saltar vuela un poquito más alto. ¿Da miedo?
-Siempre, pero cada vez menos, pero porque hago lo que quiero hacer y la gente como que responde bien. Pero siempre tienes esa cosa, más en este disco que me ha dado por ponerme más serio y folclórico. Temía un poco la reacción del público, pero en lo que llevamos de gira la sensación es buenísima. Encontrarme, un artista que no tiene ni discográfica ni perro que le ladre, un montón de sitios con las entradas agotadas... Es fuerte. Y encima un público de calidad, que te canta las estrofas de los temas nuevos. Todo esto es que es muy loco. Yo he conseguido componer no para grabar un disco, sino porque sí, es decir, que si trabajara de otra cosa compondría igual, y que esas canciones resuenen en gente tan variopinta como es mi público... Es algo bonito.
-¿Ha llegado a gente a la que antes no llegaba en el último año?
-Creo que ha sido algo progresivo, como en toda carrera de fondo. Una carrera donde cuidamos todo, el canal de Youtube, los discos, hacer muchos conciertos, entrar en el circuito de festivales, que ahí conseguimos un público que no teníamos y ahora me ha pasado lo de Operación Triunfo...
-¿OT le ha beneficiado?
-Pues a ver, habrá mucha gente que le encante lo que cantaba Amaia mío y que cuando me escucharon a mí dijeron, "¿este pavo quién es?", pero a un porcentaje chiquitito a lo mejor les gustó mi rollo y se quedaron conmigo. De hecho, alguna historia así me ha llegado.
-¿Le sorprendió?
-Un montón. Yo me enteré que ella había cantado una canción mía en el casting porque la gente me lo mandó por Twitter. Me hizo gracia porque es muy salá pero la cosa empezó a coger envergadura porque la chiquilla no paraba de cantar cosas mías en la casa y de otra gente del underground. Así que como me di cuenta de que tenía una cultura musical amplia y que encima era muy buena, así que lo que al final me sorprendió más fue que me invitaran a la academia. Dudé un poquito, pero como no me pusieron ni una condición, me dijeron, ven y haz lo que quieras menos contarles cosas de fuera, pues me animé a contar mi experiencia de intruso, de alguien cuya carrera no tenía nada que ver con ese formato, y creo que eso les pudo aportar. Y tan intruso que cuando llegué la tal Noemí me dijo, "¡hombre, Kanka, el gran desconocido!".
Con El arte de saltar, Juan Gómez Canca, Kanka, (Málaga, 1982) alcanza su cuarto disco en cinco años. "No he parado", ríe el músico que comenzó a tocar en 2003 con la banda Dr. Desastre para después darse a conocer T Trapo. En 2007 se marchó a Madrid con una beca universitaria para estudiar un curso de Filosofía, pero acabó seducido, y seduciendo, en el circuito de canción de autor de la capital. Sin embargo, fue en Cádiz, en el café teatro Pay Pay, donde ofreció su primer concierto como Kanka. "El día de mi cumpleaños que también es el de la dueña, Paloma", ríe la casualidad.
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