"Santa Teresa es una versión femenina del caballero andante"
-Está de gira como Teresa fundando conventos...
-Me he movido bastante, pero lo de ella tiene más mérito.
-Termina en Barcelona. ¿Un buen fin de fiesta?
-Hace años iba muchísimo por Barcelona, donde tuve incluso una novia. Ahora hacía diez años que no iba por razones profesionales a presentar un libro o a dar una conferencia. Me parece trágico lo que está pasando. Cataluña es inseparable de España, de la Gran España, que surge como una agregación de entidades territoriales. Gracián, en El Criticón, dice que el amigo verdadero es el catalán, más fiel. Todo lo contrario que lo que pregona el separatismo: o estás conmigo o contra mí.
-¿El Siglo de Oro no era catalán, como dice el historiador Bennassar?
-No estoy de acuerdo. Boscán era catalán y descubre la poesía de Garcilaso de la Vega. Barcelona es una ciudad importantísima en el Quijote. En mi libro hay una catalana, Catalina de Cardona.
-Santa Teresa y Ana de Mendoza. ¿Armas de mujer?
-Teresa alude de pasada al conflicto con la princesa de Éboli. Ahí había una novela. El único fracaso en los patrocinios de sus conventos fue en Pastrana, donde vivía la princesa.
-Noveló la División Azul y los últimos de Filipinas. ¿Buscaba héroes?
-Son ejemplos de heroísmo con un denominador común. Unos van a Rusia y otros a Filipinas, pero hay algo característico en la historia de España: los españoles tienen que morir lejos de su patria y abandonados por sus gobernantes.
-La diferencia de edad de la princesa con su marido, Ruy Gómez, ¿la convierte en precursora de Lolita?
-Entonces era lo más normal del mundo que una chica se casara con doce años, a nadie le parecía escandaloso. Pero en la novela no hay lolitismo, ella ya tiene más de veinte años. Hay diferencia de edad y de temperamento.
-Teresa funda un convento en Malagón, pueblo de la Mancha cuyo equipo de fútbol es el Teresiano. ¿Una ingeniosa hidalga?
-Es una versión femenina del caballero andante. Ella decide reformar la orden carmelita con 47 años y don Quijote sale de su casa en busca de aventuras con cincuenta. Habían llevado vidas mediocres, ella como monja del montón, él hidalgo ramplón.
-Decía que en Sevilla con no pecar basta...
-Allí es donde sufre la persecución más dura, y su triunfo definitivo.
-¿Una santa ante el Santo Oficio?
-Eso es algo que los ignorantes repiten como loritos. Santa Teresa nunca fue perseguida por la Inquisición, fue interrogada y finalmente exonerada.
-Agradece a Fernández Álvarez (biógrafo de la princesa) y Marañón (de Antonio Pérez). ¿A qué biógrafo iría para novelar la vida de Franco?
-No domino la materia. Tienen mucha fama los hispanistas ingleses.
-¿Franco era del Athletic de Bilbao?
-En los años cuarenta sí. Después se pasó al Madrid. El Bilbao fue elemento vertebrador del patriotismo español. ¡Genial!
-¿Qué le parece el fenómeno Iñaki Willimans?
-El sueño de Arzallus hecho realidad. Decía que prefería un negro-negro que sepa vascuence a un español que no lo sepa.
-¿No es curioso que los dos ganadores más jóvenes del Planeta, usted y Espido Freire, hayan publicado un libro sobre Santa Teresa de Jesús?
-Lo de Espido es un ensayo. La traté mucho en nuestra juventud. Luego la vida nos ha ido alejando por distintos caminos.
-Dos autores de referencia, usted y Javier Marías, publican sendas novelas en las que el protagonista lleva un parche en el ojo. ¿Homenaje a su pasión por John Ford?
-De Javier Marías prefiero no hablar. Es uno de mis temas tabúes.
-¿Qué le parece el tránsito de la chica yeyé Concha Velasco en santa de Ávila?
-Su interpretación fue extraordinaria. Van a seguir juntas por los siglos de los siglos. La Teresa de mi novela es bastante distinta. La actriz le da entidad, autenticidad y sentido.
-¿Su novela se inscribe en el quinto centenario del nacimiento de Teresa de Jesús?
-La empecé a escribir hace ocho años, pero tuve problemas personales, no tuve fuerzas para seguir. Cuando la retomé, ya tenía toda la documentación y le pedí a mi mujer que me arrancara todas las páginas de periódico del centenario. Me parece que Santa Teresa se les ha escapado viva con sus visiones excesivamente clericales o anticlericales, de santita de peana o de mística radical. No se puede entender con las obsesiones de nuestra época: la obsesión feminista, la freudiana, la racionalista o antirreligiosa.
-En Pastrana, donde la de Éboli tenía el palacio, empieza Cela su Viaje a la Alcarria. ¿Lo trató?
-Tuvimos muy buena relación en su última etapa, ya con Marina Castaño. Hablan pestes de ella, la trataron de arpía. Yo ni quito ni pongo rey, lo único que digo es que Camilo me decía que ella lo hacía muy feliz y lo ponía muy cachondo.
-¿Habla de cine con Garci y Torres-Dulce como hacían en televisión?
-Mucho menos de lo que yo quisiera.
-¿Le atrae el duelo Teresa de Jesús-San Juan de la Cruz?
-En algunas cosas son complemento, en otras contrapunto. Él es más puro místico. Ella era muy poliédrica, contemplativa, pero andariega. San Juan es débil, frágil, medio fraile le llamaba Santa Teresa, mujer recia, fuerte.
-¿Funcionan los pestiños contra la melancolía?
-Los dulces de repostería y las personas dulces curan la depresión más que las pastillas. El materialismo de nuestra época piensa que las enfermedades del alma se curan con compuestos químicos. Por eso los gordos somos por lo general más pacíficos y los flacos más ásperos y amargados.
-¿Su próximo proyecto?
-Una novela sobre la vocación literaria. Una relación vampírica entre un escritor joven y otro veterano en nuestra época.
También te puede interesar