"El extremismo es contrario a la idea originaria de Europa"

Este sevillano de 21 años ha conseguido una beca para estudiar en el Colegio Europa, donde se forjan los grandes diplomáticos

Su vocación europeísta surgió siendo niño y se consolidó en el Colegio San Francisco de Paula

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Jesús Robles Hernández, un joven sevillano becado por el Gobierno para el Colegio de Europa.
Jesús Robles Hernández, un joven sevillano becado por el Gobierno para el Colegio de Europa. / José Ángel García
Diego J. Geniz

08 de octubre 2024 - 11:53

Jesús Robles Hernández (Sevilla, 2003) está becado por el Ministerio de Asuntos Exteriores como alumno del Máster de Relaciones Internacionales y Diplomacia en el Colegio de Europa, campus de Brujas, para la promoción Jacques Delors, 2024/25, un centro donde se forja la cantera de futuros diplomáticos. Se considera la institución de posgrado más prestigiosa del mundo en materia de estudios europeos. El colegio lo fundaron en 1949 Salvador de Madariaga, Winston Churchill, Paul-Henri Spaak y Alcide De Gasperi.

Este joven está graduado en Estudios Europeos por la Universidad de Ámsterdam (2021/24). Es colaborador de la profesora Zamira Xhaferri, del Departamento de Estudios Europeos, de dicha institución académica. Antiguo alumno del Colegio Internacional San Francisco de Paula, reconoce que su paso por este centro sevillano consolidó en él la vocación europeísta.

También cultiva la poesía, como muestra el Accésit en el II Certamen Literario Rectora Rosario Valpuesta de la UPO, de 2021. Con él charlamos antes de su partida a Brujas. Podría hablarnos en cuatro lenguas extranjeras, pues maneja a la perfección el inglés, francés, alemán y chino. Todo un políglota con el que nos entendemos en español.

¿Cuándo nació en usted la vocación europeísta?

Empecé a leer el periódico desde bastante niño, quizás por influencia de mis padres, que son periodistas. A partir de ahí me interesé por las noticias internacionales. Podría decir que llegué a Europa a través de los medios. Y ahí sigo. Creo que el recorrido de Europa a partir de la segunda mitad de siglo XX ha sido fascinante y meritorio, a pesar de lo mucho que queda por avanzar en convergencia política y económica.

¿Comprueba en los jóvenes de su generación mucho interés por los asuntos comunitarios o todo lo contrario?

Creo que cada vez más. De ahí la creciente demanda de los estudios de grado y posgrado en Relaciones Internacionales y Derecho Comunitario. Aunque es probable que haya en esa tendencia también un poco de moda, más que de interés real.

Entrar en el Colegio de Europa no es fácil. ¿Las pruebas de acceso exigen estar muy al tanto de la actualidad?

Sí. Una de las fases del proceso consiste en una entrevista en la que participan representantes del colegio y del Ministerio de Asuntos Exteriores. Te preguntan en francés e inglés sobre temas de actualidad y de cultura europea en general. A mí me preguntaron por los principales hitos de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea y por las claves del Pacto Verde Europeo. También pidieron mi opinión sobre cómo combatir el euroescepticismo.

En las pruebas de acceso me preguntaron por los principales hitos de la presidencia española del Consejo de la UE y por las claves del Pacto Verde Europeo

¿Realizó algún tipo de preparación especial para estas pruebas?

Repasé apuntes universitarios, fui especialmente constante en la lectura de El País y Le Monde, también por refrescar el francés que lo uso menos. Contacté con algunas personas que habían pasado por este proceso y me mandaron posibles preguntas. Pero si le digo la verdad, al final ni siquiera las relacionadas con las motivaciones personales fueron las que llevaba más o menos pensadas.

¿Su formación en el Colegio San Francisco de Paula marcó mucha esta inquietud por Europa?

Sin duda. Además le dije al director que sin mi paso por el colegio no habría logrado esta beca. Se lo dije completamente en serio. No sólo por los idiomas, sino en general por el ambiente que se respira en el centro, muy cosmopolita, con profesores y compañeros de distintas nacionalidades, algo parecido a lo que he vivido en Ámsterdam y viviré ahora en Brujas. También me sirvió mucho la metodología de enseñanza en el Bachillerato Internacional, muy enfocada a la aplicación del conocimiento en proyectos y ensayos.

¿Cuál es el mayor legado que le ha quedado del paso por este centro educativo?

Por encima de lo que he dicho anteriormente, una actitud, una forma de ser y estar, de tratar a los demás, el respeto, la amabilidad. También el hábito del esfuerzo y el trabajo. Y sobre todo, la curiosidad.

¿Qué le llevó a marcharse a Ámsterdam a cursar Estudios Europeos?

Mi primera elección fue la London School of Economics. Fui admitido, pero con el Brexit el coste resultaba prohibitivo. Así que estuve buscando opciones y la Universidad de Ámsterdam estaba bien posicionada en el área de ciencias políticas. Me atraía, además, el ambiente multicultural de esta ciudad y su centralidad geopolitica en Europa… Ah, y sus museos. Me encanta el arte y los he disfrutado mucho.

Ámsterdam es la ciudad de los canales, del barrio rojo y los coffee shops... ¿es tan libertaria como creemos o se queda en el tópico?

Los coffee shops existen y están siempre repletos, eso es un hecho. En la universidad hay un ambiente de gran diversidad, muy acogedor, y al mismo tiempo de bastante exigencia y sentido de la responsabilidad. Mi experiencia ha sido muy positiva.

Mi primera elección universitaria fue la London School of Economics. Fui admitido, pero con el Brexit el coste resultaba prohibitivo

¿El triunfo de la extrema derecha en varias regiones supone un fracaso de los principios de la UE?

Sí y no. Sí, porque el proyecto europeo se fundamentó en una renuncia al radicalismo, en una suerte de pacto tácito a favor de la moderación. Fue el declive del fervor político en el continente lo que facilitó la creación de un espacio supranacional, común a los estados miembros, donde se debatieran los asuntos de interés común y promoviera el consenso. De modo que el extremismo es siempre contrario a la idea originaria del proyecto europeo. Pero no podemos ser derrotistas. La mayoría de los derechos que ganamos con la UE, como las libertades de movimiento, siguen plenamente vigentes y no son discutidos ni siquiera por esas opciones políticas más radicales.

Sea sincero, ¿se ve de mandatario europeo en un futuro no muy lejano?

Me veo en Brujas estudiando e intentando prepararme lo mejor posible para un trabajo en el sector público o privado que me permita desarrollar mi vocación europeísta.

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