Marina Salas: "El teatro tiene que ser sexy"

Más de 20 años de andadura avalan la carrera de Marina Salas (Cornellà de Llobregat, 1988). Debutó en el cine con 17 años y, desde entonces, ha navegado por todas las disciplinas artísticas con fluidez y precisión. Del cine al teatro pasando por la televisión. Ha despuntado en series como El barco, Hospital Central, Carlos, rey emperador y La zona. Se ha metido en la piel de Adela en La casa de Bernarda Alba y ha formado parte del elenco de Saben aquell y El Cover. Uno de sus últimos papeles ha sido en la serie Yo, adicto (Disney+), estrenada en el festival de San Sebastián. Además, el 24 de enero estrenará Miocardio, cinta dirigida por José Manuel Carrasco.

Pregunta.Pronto estrena Miocardio, película que aborda las segundas y terceras oportunidades a partir de un desamor. De hecho, el protagonista entra en conflicto consigo mismo... ¿qué nos pasa a todos con las crisis vitales?

Respuesta.Al final, cualquier crisis es una oportunidad para entender algo. De eso va la película. El personaje de Vito Sanz, Pablo, que es el protagonista, entiende a través de esa crisis una forma nueva de vivir. También lo hace a través de revisar la relación con mi personaje, que sirve un poco de detonante.

P.Usted se mete en la piel de Ana, un personaje muy cañero que da una vuelta de tuerca a la vida del protagonista.

R.Totalmente. Lo que más me gusta es que la película tiene una mirada muy compasiva hacia la experiencia humana y es muy luminosa. Aunque, al final, habla de la depresión y de la enfermedad mental, pero reflexiona mucho sobre la noción de los relatos y sobre cómo uno recuerda una cosa y el otro la rememora de manera diferente. Al final, la verdad está hecha de relatos. Es una peli muy compleja y con un guion mucho más elaborado de lo que parece. Y me gusta mucho, porque es una comedia diferente a lo que estamos acostumbrados a ver aquí. Es muy diferente, auténtica, con mucha fuerza. A priori, parece muy ligera, pero habla de muchos temas. Es muy vitalista.

P.Cualquiera puede sentirse identificado con las vivencias de los personajes.

R.Claro. Es muy reflexiva.

P.¿Cree que es importante resolver las cuentas pendientes?

R.Sí, sin duda. Al final todo salta y creo que hacer ese trabajo es vital.

P.Hace poco estrenó Yo, adicto, una serie de Javier Giner en la que se mete en la piel de una paciente con trastorno límite de la personalidad.

R.Es una enfermedad que lleva bastante más tiempo existiendo del que pensamos. A día de hoy le hemos conseguido poner nombre, pero antes no lo tenía. Ese es un poco el tema con la salud mental... que nos va apareciendo, pero es muy misteriosa y difícil de entender. Por eso es tan importante hablar de ella y que existan referentes para poder encarnarlos e ir poniendo nombres.

P.¿Cómo preparó este personaje?

R.Está escrito en base a una persona real, que es amiga de Javi Giner. Él la conoció en la clínica de desintoxicación y mantienen un vínculo muy fuerte. Tuve la suerte de estar con ella, de conocerla y fue mi inspiración. Por otro lado, hice el proceso de investigación que haces normalmente con los personajes. Leí sobre el trastorno límite, pude hablar con Pilar, que es una psicóloga que trabaja en el Hospital Universitario de Torrejón, con la cual me puse en contacto y me habló mucho de esa enfermedad y de salud mental. Por último, tuve la mirada de Javi hacia la historia y hacia los personajes, que también modifica un poco tu acercamiento al material.

Puedes hacer una película por tener muchos seguidores en redes, pero sin vocación no vas a hacer más"

P.¿A qué somos adictos?

R.Somos una sociedad adicta. De eso habla la serie y por eso conecta tanto con el público, porque no aborda solo el problema con las drogas u otras sustancias. Que es como el clásico. Al final, habla de la complejidad de vivir. Da un pasito más allá.

P.Una compañera suya afirmó en Sevilla que “los actores dependen del azar y de los proyectos que les llegan”. Usted se caracteriza por su versatilidad, ¿qué hay de cierto en esta frase?

R.Esta frase es cierta. Hay mucha dependencia del azar, de los proyectos, de tener que decir que sí y que no. Todo es muy azaroso, circunstancial y tiene mucho que ver con la suerte. Es complejo entender que la profesión va de eso. Al final, es una carrera de fondo que tiene que ver con muchas otras cosas que, a veces, se escapan de tu responsabilidad. Poder trabajar ya es el sueño cumplido.

P.¿Qué opina de esos actores que consiguen un papel gracias al número de seguidores que tienen en redes sociales?

R.Puedes hacer una película porque tienes muchos seguidores, pero luego no vas a hacer más. Si realmente tienes vocación sí, pero si no... ya es suficientemente dura esta industria y este trabajo. Al final, la vida te pone las cosas en su sitio.

P.Se ha consagrado con grandes papeles en obras como La infamia y La casa de Bernarda Alba. ¿Qué significa el teatro en su vida?

R.Es una forma de vivir. Te pone en un lugar en el mundo. Como actor, te obliga a superar muchas vergüenzas y muchos pudores. Forma parte de quién soy.

P.¿Por qué no llega el teatro a un público más amplio?

R.Creo que, a veces, tiene esa pátina de antiguo, de carca y de burgués. Hay que convertirlo en algo más moderno, dinámico, cosmopolita y joven. Tiene que ser sexy. Como una fiesta... ir ahí y salir pensando: que subidón. Cuando has tenido esa experiencia, es una droga y un enganche.