"Si faltara Ayuso, habría un vacío espantoso"

Fernando Savater | Filósofo

El filósofo Fernando Savater.
El filósofo Fernando Savater. / Juan Carlos Muñoz
Juan de la Huerga

09 de febrero 2025 - 05:30

REBELDE SIN PAUSA. Fernando Savater (San Sebastián, 1947) lo tiene todo hecho. Filósofo y escritor de renombre, pisó la cárcel con Franco –hoy tan en boga–, estuvo amenazado por ETA, se embarcó en aventuras políticas de centroizquierda y dio un giro liberal en su ideario por la deriva del socialismo que encarna a su juicio Pedro Sánchez. Tras varias calabazas a Arturo Pérez Reverte, al final fue persuadido para participar en el ciclo Políticos, ¿solución o problema?, de la Fundación Cajasol. No se muerde la lengua, rebelde sin pausa.

–¿Cuál sería hoy la "tarea del héroe", por citar el título de uno de sus ensayos?

–Ver cómo nos libramos de Sánchez. Cómo dentro de los mecanismos democráticos nos podemos librar de este señor que está sujeto como un percebe en la roca.

–En su libro Carne gobernada habla más de los pecados de la carne que de los pecados del Gobierno.

–Los pecados del Gobierno los conoce todo el mundo y los de la carne tengo los míos. Como he hablado mucho de alegrías y tristezas, era una despedida sobre un poco el lado guarro de la vida, que también es muy bueno.

–Si fuera presidente, ¿qué haría con el Ministerio de Cultura?

–Bastante tiene con Urtasun. No quiero cargármela por completo. Necesita ayuda en campos en los que el mercado no basta. Hay que apoyar la excelencia. En España lo mismo da el que canta en la ducha que Plácido Domingo. Hay que apoyar a éste y al señor de la ducha no desanimarlo pero tampoco darle demasiado apoyo.

–Aunque influido por Cioran, santo patrón de los cenizos, pero nunca ha abandonado su lado hedonista.

–Con los años el hedonismo te abandona. Yo no lo dejaría pero las capacidades disminuyen enormemente.

–Salvo el whisky, que lo empezó a tomar más allá de los 14 años, todos los gustos los tuvo antes y los mantiene. ¿Nada nuevo luego?

–El whisky es el que llegó después y ahí se ha quedado. Soy como los niños, me gusta repetir lo bueno. Al niño no le gusta un cuento nuevo sino que le cuentes el que le encanta. Yo soy igual.

–¿Qué queda del "anarquista moderado", como lo describía la ficha de la Policía franquista?

–Pobrecita la Policía franquista... Moderado cada vez más por las circunstancias. Anarquista suena pretencioso, más bien he sido desobediente. Así me ha ido.

–¿Éramos más libres cuando no había libertades?

–Hoy vivimos mucho mejor. Comparado con el franquismo, como hace alguno, claro. Y si te vas a Auschwitz, vivimos todos bien. Pero si nos equiparamos con los países que deberíamos, los otros están mucho mejor.

–Treinta años del asesinato de Gregorio Ordóñez y quienes brindaron por su muerte son socios de Sánchez. Como profesor de ética, estará impresionado.

–Me acuerdo perfectamente de ese día y de tantos otros que han caído. Mire, hay cosas que uno puede perdonar al Gobierno. Todos hacen tonterías, Urtasun y los toros, bobadas. Lo que no puedo perdonar no sólo es que hayan blanqueado a los herederos de ETA, sino que los hayan convertido en indispensables para gobernar el país. Por ahí no paso. Eso es definitivo para hundir la confianza en un político.

No me fío de Donald Trump, es capaz de comerse un caballo pensando que es un bocadillo"

–¿Qué seres vivos le inspiran más confianza, los hombres o los caballos?

–En los caballos, como son aristócratas, la sangre cuenta; un caballo no traiciona su sangre, los hombres en cambio... cualquiera te sale por peteneras.

–¿Iría un día a las carreras con Donald Trump?

–La única vez que vi el Derby de Kentucky me sentaron junto a George Bush Jr., aún aspirante a presidente. No me fío de Trump, es capaz de comerse un caballo pensando que es un bocadillo.

–Usted siempre ha sido un seductor...

–¿Yoooo? ¿Y ahora me lo dice?

–¿Se liga con la literatura en un país tan poco lector?

–No, aunque para mis condiciones físicas y morales he ligado bastante más de lo que me tocaba. Pero me enamoré una vez, perdí a la persona que quería y no me he vuelto a levantar de eso.

–¿Qué tiene Ayuso que los vuelve a ustedes locos?

–Es la espada de Damocles sobre la cabeza de Sánchez. Cada vez que pierdo el entusiasmo con ella, veo la inquina que le tienen e inmediatamente me vuelve. Ahora se han inventado a un pobre hombre que dicen que se la va a cargar y se pegará una bofetada mortal en Madrid. Ya fuera de broma: si faltara Ayuso, habría una negrura y un vacío espantosos. Al menos ella queda como una llamita para decir: "No, no, aún no habéis ganado todo".

–Fue íntimo de Javier Pradera, coeditor de Claves e ideólogo de su antiguo periódico, ¿qué pensaría de la cabecera donde ejerció de editorialista?

–Javier fue muy de los suyos, muy socialista, muy de Felipe; pero por otra parte era muy inteligente. Y las personas inteligentes siempre están un poco del lado de los otros también. Los tontos son de los suyos sin excepción. Me niego a creer que alguien como él hubiese visto en Sánchez otra cosa de lo que vemos los demás.

–¿Por qué se ha hablado de la lucidez del pensamiento reaccionario?

–El pensamiento reaccionario normalmente no se deja deslumbrar por las promesas del poder. El reaccionario no se cree lo que los demás consideran que ya está garantizado. Hay algunos que lo son tanto que se obnubilan, pero en general sirven como señal de alarma. Son como el canario de la mina que cuando el gas entra el pobre empieza a hacer gorgoritos y muere el primero. El reaccionario es como ese canario que da la alarma cuando las cosas van mal.

–¿No agota decir que es de izquierdas pese a que el flanco zurdo lo llama facha?

–Me he dejado de eso. He visto lo que es la izquierda y la derecha, los dos criterios no son muy significativos hoy, pero si hay que elegir, elijo directamente ser de derechas. No quiero más bronca.

–Critican que Felipe González, Alfonso Guerra o usted han envejecido fatal. ¿Quién envejece bien?

–El otro día vi una foto de Brigitte Bardot con 90 años y ni ella, así que los demás no tenemos nada que hacer.

–Le encanta la literatura de aventuras. ¿No quiere ser el biógrafo del intrépido Pedro Sánchez?

–No, una cosa es la osadía del impostor y otra la audacia. El audaz se juega su propio prestigio y el impostor se juega el de los demás.

–Aunque ella escriba con b su apellido, es clarísimo su parentesco con Leticia Sabater, son clavados...

–Un chaval de Amazon me preguntó. "¿Usted qué le toca a Leticia Sabater?". Y yo: "Nada, no creo que a ella le gustase ni yo me atrevería. De modo que no le toco nada porque además yo soy con v y ella con b".

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