Abstención y oposición
Comité Federal del PSOE
El Comité Federal decide abstenerse frente a Rajoy por 139 a 96 votos, diferencia mayor que la que tumbó a Sánchez. Javier Fernández advierte, ante la posible rebelión del PSC, que la abstención debe ser de todo el grupo parlamentario. Pedro Sánchez se ausenta, Puig, Page y Lambán no intervienen y Susana Díaz se enfrenta a Patxi López y Borrell.
Mariano Rajoy será presidente del Gobierno. A los votos del PP y de Ciudadanos en el Congreso sumará la abstención del PSOE. Después de dos derrotas electorales, históricas ambas, y de haber perdido diputados entre una y otra, el Comité Federal del PSOE asumió ayer que no le queda otra ubicación que la oposición. Una decisión difícil, casi imposible, inédita en su historia.
Con un resultado holgado, de 139 síes frente a 96 noes, los socialistas aprobaron una resolución que defiende la abstención, pero para llegar a ello el PSOE ha abierto una tremenda crisis que le costará cerrar y en la que fue necesaria la defenestración de su secretario general, Pedro Sánchez, para que se impusiese la postura mayoritaria del comité.
La de ayer fue una reunión muy tensa, de casi cuatro horas de debate, con 54 intervenciones, pero más que un ejemplo de despropósito, como el que se vio hace tres semanas en la sede de Ferraz, fue un ejercicio democrático en el que, no obstante, los críticos sostienen que ha faltado la militancia.
El presidente de la gestora, Javier Fernández, dejó claro que la decisión afecta, "por imperativo", a los 85 diputados, no vale levantarse para no asistir a la votación ni reducirla a 11 o 12, la abstención es de todos. Minutos después de conocerse el resultado, Pedro Sánchez, que tampoco asistió al comité, expresó en las redes sociales su voluntad de competir en el próximo congreso: "Pronto llegará el momento en que la militancia recupere y reconstruya su PSOE. Un PSOE autónomo, alejado del PP". La participación de Sánchez en la próxima investidura es una incógnita, desde que dimitió no ha vuelto a participar en las reuniones del partido ni del Congreso, y es difícil que se abstenga ante Rajoy, pero también que, como ex secretario, viole el mandato del comité.
El PSC, cuyos siete diputados siguen asegurando que votarán que no, reunirá a su consejo nacional mañana. Su primer secretario, Miquel Iceta, defendió la negativa a Rajoy y tanto él como el anterior secretario de Organización, César Luena, han solicitado que la resolución se aplique "con inteligencia" para no ahondar más en la división. No parece que esa vaya a ser esa la solución. La presidenta andaluza Susana Díaz sostuvo en los pasillos de la sede de Ferraz, después de la votación, que confía en que los diputados catalanes asuman la resolución después de haber participado en la votación. El PSC es un partido distinto al PSOE, pero hermanado por un protocolo que le permite participar en sus órganos de dirección. Por ello, Díaz cree que si han participado, deben respetar a la mayoría. Javier Fernández trasladará a sus diputados esta decisión y, además del PSC, puede tener la oposición de Margarita Robles, aunque la magistrada en excedencia es independiente, y la de la aragonesa Susana Sumelzo. La secretaria general del PSOE de Baleares, Francina Armengol, dio a entender que sus diputados también romperían la disciplina de voto.
A pesar de la división, los partidarios de la abstención y favorables a la gestora creen que el PSOE ha bajado el primer escalón de la pirámide de tensión a la que lo subió el anterior comité. La diferencia de votos casi ha doblado la que provocó la dimisión de Sánchez y entienden que aún hay tiempo para reconducir la opinión de quienes quieren romper la disciplina. Si el Rey termina de consultar a los partidos mañana, la votación que hará presidente a Rajoy se celebrará el sábado. O el domingo, que es la opción favorita de La Zarzuela, ya que ése es el día que Felipe VI vuelve de la Cumbre Iberoaméricana. No es necesaria su presencia en el país, sí lo sería para la toma de posesión, por lo que el sábado por la tarde es la fecha más probable. La gestora de los socialistas tendría, pues, toda una semana para limar estas asperezas.
El comité transcurrió de modo muy distinto al de hace tres semanas, porque todo el PSOE salió abochornado y con la lección aprendida, la militancia que se concentró en Ferraz no superó al medio centenar y manos expertas en este tipo de asuntos se hicieron con el control. José Blanco, el que fuera todopoderoso hombre de Zapatero en Ferraz, fue elegido presidente de la mesa del comité, en sustitución de Verónica Pérez. La eurodiputada Elena Valenciano, quien fuera una de las colaboradoras de Rubalcaba, presentó la resolución favorable a la abstención, y la presentó minutos antes que la del vasco Txarli Prieto, defensora del no a Rajoy, lo que permitió que se debiera votar antes, según el orden de llegada. Una vez que la de Valenciano obtuvo más síes que noes, la otra no se votó.
Antes de llegar a ese momento, Blanco otorgó la palabra a 54 miembros del órgano, a los que pidió una intervención de no más de tres minutos. El comité no iba a prolongarse durante todo el día como el anterior, había que ser vivos y rápidos. Las intervenciones más duras a favor del no fueron las de José Borrell y Patxi López, y ambos pueden liderar listas para el próximo congreso. Borrell tuvo que explicar por qué era favorable a la abstención después de las elecciones de diciembre, y atacó con dureza a la gestora y a Javier Fernández. Patxi López recordó que el PP para el que se solicita el apoyo es el mismo que llevó a los tribunales a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán, el que ha solicitado penas de prisión para ambos.
Le contestó, al final, Susana Díaz, que consumió siete minutos, cuatro más que lo ordenado por Blanco. La andaluza solicitó que no se hablase en nombre de los ex presidentes del PSOE federal, porque ellos siempre han estado con el partido. Es la primera vez en los últimos meses que se nombra a Chaves y Griñán en clave de autoridad, teniendo en cuenta además que ambos ya no militan en el partido, la anterior Ejecutiva les aplicó un criterio de exigencia de responsabilidades superior al de la norma.
Si Díaz y el extremeño Fernández Vara defendieron la abstención, votaron a favor de ella pero no hablaron los presidentes de Valencia, Aragón y Castilla-La Mancha: Ximo Puig, Javier Lambán y Emiliano García Page. A Puig se lo impide, o ése es el argumento, la división que hay en el PSOE valenciano. El portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, tampoco votó, porque se ausentó al mediodía para marchar a la boda de su hermana. Una fuente oficial aseguró que hubiera votado a favor de la abstención.
Hernando será el portavoz en la sesión de investidura, y tendrá que defender el jueves lo contrario que ha venido haciendo hasta ahora. Estos días marcarán los hitos finales del PSOE antes de la resolución de la crisis, que tendrá lugar en un congreso federal. Los críticos quieren que se celebre en dos meses, mientras que el resto, mayoritario, es partidario de demorarlo hasta la primavera o más tarde aún. Será, entonces, cuando se enfrenten varias posturas y cuando la militancia decida en primarias qué secretario general prefiere.
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