Ganadores y perdedores
Susana Díaz, Fernández Vara, González y la 'vieja guardia' del PSOE cantan victoria Iceta, Armengol, Óscar López, Luena y Borrell claudican
El triunfo de la abstención a la investidura de Rajoy en el Comité Federal del PSOE culmina una operación que no solo deja al partido maltrecho y sin liderazgo, sino también profundamente dividido entre ganadores y perdedores.
Aunque los bandos de los que habló el propio Sánchez hace menos de un mes están algo desdibujados, el viraje de los socialistas desde el no a Rajoy hasta la abstención refleja quién gana y quién pierde con él, al menos por el momento.
3 Susana Díaz. La presidenta de la Junta y líder de la federación con más poder en el PSOE se ha erigido en la principal vencedora de la operación. Con ello, podría mantener su aspiración de liderar el partido, aunque su responsabilidad en la llamada semana negra que se originó con la dimisión de la mitad de los dirigentes de la ejecutiva haya erosionado su imagen.
3 Guillermo Fernández Vara. Su valentía al ser el único barón que ha defendido en público, desde el pasado 30 de junio, la posibilidad de discutir sobre la abstención para evitar unas terceras elecciones le otorga un papel protagonista en esta victoria.
3 Felipe González y la vieja guardia . El ex presidente del Gobierno ha sido también uno de los principales valedores de la abstención. Su denuncia en la Ser de que Pedro Sánchez le había "engañado" haciéndole ver que se abstendría hizo explosionar el PSOE con la dimisión de la mitad de la ejecutiva. Otros referentes de la llamada vieja guardia, como Alfonso Guerra, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, así como el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el ex secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, son también artífices de la nueva posición del partido.
3 Eduardo Madina. El perdedor de las primarias que encumbraron hace dos años a Pedro Sánchez a lo más alto del PSOE se muestra como valor en alza en el bando de los vencedores. Madina, que asegura que no participó en los acontecimientos de la semana negra, ha defendido en los últimos días la abstención, aunque sin nombrarla.
3 Antonio Hernando. Paradigma del talante integrador para unos y de la supervivencia traicionera para otros, el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados es el caso más relevante de los que han cambiado de bando en la guerra interna de su partido. Aunque asistió ayer al Comité Federal de hoy, Hernando se marchó sin votar a la boda de su hermana, en la que fue el padrino.
3 Pedro Sánchez. El dimitido secretario general es el gran perdedor de la operación culminada ayer. En su legado queda el no es no a Rajoy y la consulta a los militantes socialistas.
3 La militancia. Los militantes que por pasión ideológica no conciben la abstención y aquellos que aspiraban a que se les consultara una decisión tan trascendente también han perdido su batalla particular.
3 Francina Armengol, César Luena y Óscar López. La presidenta balear, que no solo ha defendido hasta el final el no es no, sino que siempre ha abogado por que Sánchez liderara un Gobierno de izquierdas con apoyo si fuera preciso de los independentistas, es la baronesa que más claramente se sitúa en el bando de los perdedores. Otros dirigentes cercanos a Sánchez, como su secretario de Organización, César Luena, y su portavoz en el Senado, Óscar López, han quedado defenestrados por la abstención.
3 PSdeG, PSE y PSC. Federaciones que cosecharon hace un mes resultados electorales "muy malos", como la gallega y la vasca, quedan ahora más debilitadas, y en el caso de la gallega más fracturada, por la nueva posición del PSOE, mientras que el Partido de los Socialistas Catalanes sigue rechazando el armisticio y firme en el no al PP.
3 Josep Borrell. A pesar de que en julio era partidario de una abstención negociada, el ex presidente del Parlamento Europeo y ex ministro se ha situado públicamente en el bando de los perdedores, confrontado directamente con la andaluza Susana Díaz y clamando por un Congreso Extraordinario y una consulta a las bases. Algunos sitúan su nombre al frente de una "tercera vía" que podría poner de nuevo patas arriba el mapa cainita de los socialistas.
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