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El Ministerio de Sanidad contempla la relajación del confinamiento para después del 12 de abril, pero será la evolución de los datos la que decidirá finalmente. Los del lunes han sido buenos, el contagio en 15 comunidades, entre éstas, Andalucía, está ahora bajo control. "Las medidas que ha adoptado el Gobierno de España han funcionado", ha valorado el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Una de las novedades de esa última quincena del estado de alarma puede ser la de dejar salir a los niños, aunque en condiciones muy estrictas. El ministro Illa ha explicado que se está estudiando cómo proceder durante esta fase de descalamiento de la pandemia y la posterior de transición. También es posible que algunos territorios se desconfinen antes que los más afectados, y es que las diferencias entre comunidades es muy alta. Andalucía, por ejemplo, ya tiene una tasa de propagación del coronavirus (R0) menor que uno, lo que significa que un positivo ya no llega a contagiar a otra, en términos estadísticos.
El actual estado de alarma, que es el que contempla el parón de la actividad económica, acaba tras la Semana Santa, de modo que la siguiente quincena de prórroga, la que se aprobará en el Congreso este jueves, puede ser distinta. Todo dependerá de la evolución de los datos y de los consejos que aporte el comité científico que asesora al Gobierno de Pedro Sánchez. Para después, para los últimos días de abril y primeros de mayo, se contempla la generalización de medidas higiénicas en el caso de que se aminoren las condiciones del encierro. Es, entonces, cuando se utilizarán las mascarillas.
En una rueda de prensa junto al ministro Ábalos, Salvador Illa ha subrayado que no tienen la decisión adoptada, aunque es posible que así se acuerde en base a las nuevas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Si así fuese, el ministro ha dejado claro que no obligará al uso de materiales que la población no pueda obtener. Sanidad ha cerrado un contrato con una empresa vasca, ligada al grupo Mondragón, para fabricar 60 millones de mascarillas.
Lo que está haciendo el Gobierno es multiplicar la producción nacional de tres tipos de productos: material de protección, incluida las mascarillas; ventiladores invasivos, distinto a los respiradores, y test de diagnóstico. Sanidad ha hecho llegar a Andalucía 130.000 test rápidos, pero el ministro de Sanidad ha advertido que éstos sólo se usarán como un cribado general entre grupos de riesgo, como mayores en residencias y personal sanitario.
Estos test sí se extenderán entre estos grupos y será, entonces, cuando se detecten positivos en personas que no tienen síntomas. Serán éstos los que puedan alojarse en las infraestructuras que dejen las comunidades autónomas, serán hoteles, albergues y otros edificios donde se recluyan personas de modo voluntario. Son las denominadas Arcas de Noé, cuyo uso se extendió en China.
Illa ha subrayado que serán alojamientos voluntarios para profesionales que prefieran pasar la cuarentena en un lugar distinto al hogar familiar. Para ellos son los test rápidos, los que identifican la generación de anticuerpos a causa del coronavirus.
Todo test rápido necesita después de un PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa). Y éstos serán los que se generalicen. El Gobierno calcula que el número de análisis por PCR puede aumentar un 60% cuando se universalicen los rápidos, ya que se liberan los que ahora se emplea para los profesionales de la sanidad.
El problema, según ha revelado el ministro, se encuentra ahora en la fabricación de kits de extracción. Es decir, de la producción de los utensilios necesarios para extraer la muestra de la gargantas o de las fosas nasales y guardarlas de modo adecuado. Sanidad está negociando con una empresa andaluza la producción de estos kits.
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