Rajoy será presidente guste o no guste

Debate de investidura

La investidura, que se conseguirá este sábado, no asegura una alianza estable para el mandato.

Foto: EFE
Juan Manuel Marqués Perales

27 de octubre 2016 - 19:30

"Señor Rajoy, usted no nos gusta, porque no nos gustan sus políticas, pero sí nos gusta este país". Esta frase resume el argumento empleado por el portavoz socialista, Antonio Hernando, para justificar la abstención de su grupo a Mariano Rajoy; una y otra vez, en distintos tonos, pero con la misma melodía, como un bolero de Ravel, el otrora hombre de confianza de Pedro Sánchez fue desgranando la misma fruta: el PSOE se abstendrá para evitar las terceras elecciones.

No hay más, posiblemente ni el compromiso de estudiar el proyecto de Presupuestos de 2017 que Rajoy llevará al Congreso en las próximas semanas. Pero eso, la investidura, que se producirá en la tarde de mañana sábado, cuando se repetirá una votación en la que ya sólo harán falta más síes que noes, no asegura una legislatura estable. En la elección de ayer se requería la mayoría absoluta, y Rajoy sólo obtuvo 170 votos -los del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria- de los 176 necesarios. Votaron en contra 180 parlamentarios.

Mañana, el PSOE facilitará la abstención, aunque es posible que se visualice una fractura del grupo, puesto que ni los siete diputados del PSC ni lo más pedristas secundarán el acuerdo del comité federal. Aún no se sabe qué hará Pedro Sánchez, ex secretario general, aunque es posible que entregue el acta de diputado antes de desobedecer al órgano máximo del partido en el que ha sido líder hasta hace tres semanas. No votará en contra; o se ausentará o dejará su acta.

Antonio Hernando tuvo que interpretar uno de los papeles más difíciles de su vida, es buen parlamentario, y salió medio airoso en lo que podía haber sido una tempestad de incoherencia, que no obstante las tuvo. "El tiempo nos dará la razón", sentenció Hernando después de citar otros asuntos calientes que en su día fueron impopulares para el PSOE: el abandono del marxismo, la permanencia en la OTAN, la primera reforma de las pensiones y la reconversión industrial. "El tiempo nos dará la razón", machacó retóricamente después de nombrarlos uno a uno. Pedro Sánchez, que lo siguió desde su escaño, apenas le aplaudió en algunas ocasiones, como cuando le exigió a Mariano Rajoy que retirase la Lomce, la actual ley de educación. El ex secretario general se quedó en su escaño hasta oír a Albert Rivera; a la salida, le preguntaron por Hernando. "Es un buen parlamentario", dijo.

El PSOE consiguió cobrarse una pequeña presa: el examen de la reválida, que tiene expectantes a los profesores y alumnos de segundo de Bachillerato. Este examen, cuya aprobación es indispensable para dar por superado el ciclo de Bachillerato según la Lomce, queda en suspenso hasta que no haya un pacto nacional de educación. Ahora, el Ministerio de Educación publicará un decreto, en el mes de noviembre, en el que debe explicar en qué consistirá la prueba de Selectividad para acceder a la universidad, que servirá como criterio general para escoger a los alumnos en las facultades de todo el país. Básicamente, la prueba sería la misma que hasta ahora, aunque Educación desea imponer algunos contenidos a las comunidades autónomas.

Si Mariano Rajoy había recuperado el día anterior el tono del pacto y el consenso, en esta sesión tiró de otro de sus clásicos: el humor y la socarronería, prácticamente el único instrumento que se debía utilizar contra la intervención del líder de Podemos, Pablo Iglesias, faltón, histriónico y preso de una extraña melancolía hacia tiempos pretéritos que nunca vivió. "Aquí hay más delincuentes potenciales que ahí fuera", le espetó a la Cámara al hablar de la manifestación convocada por grupos de izquierdas para mañana sábado con el lema Rodear el Congreso, y cuyo subtítulo dice: "Ante el golpe de la mafia, democracia". Según los convocantes, la investidura es "ilegítima", y contará con el apoyo presencial del líder de IU, Alberto Garzón, y del propio Iglesias.

La presidenta del Parlamento, Ana Pastor, tuvo que llamar la atención de Iglesias. Podemos se configura como un partido de espíritu extraparlamentario, aunque tenga representación en el Congreso. Su líder deslegitimó casi a todos, al PSOE, a Santiago Carrillo, a los artífices de la Transición; comenzó con un recuerdo a las Brigadas Internacionales y puso al PNV al mismo nivel de la monarquía española a cuentas de una extraña analogía -la cruz de San Andrés-, prueba de su presumida erudición. Antes de finalizar la sesión, los diputados de Podemos se marcharon en protesta por que Ana Pastor no le concedió una intervención por alusiones, después de que el portavoz del PP los acusase de cobrar de dictaduras. Fueron pocos minutos de ausencia, puesto que tuvieron que volver para votar.

La legislatura comenzará, así, con un socio estable, Ciudadanos; una oposición con la que podrá contar para algunos acuerdos, la del PSOE, aunque dependerá de cómo resuelva este partido sus crisis interna; un comodín, en el PNV, y una izquierda de vocación extraparlamentaria, bien por su condición de independentistas -Bildu, ERC y la antigua Convergència- o por el espíritu de partido protesta.

Mariano Rajoy sabe el riesgo que asume, necesita pasar la investidura y, al menos, presentar unos Presupuestos para 2017. "Hay unos mínimos de gobernabilidad y tan malo es no tener Gobierno como tener un Gobierno que no pueda gobernar, sin presupuestos, sin cumplir los compromisos con la Unión Europea hay riesgos de que la legislatura sea estéril", dijo el candidato del PP. Como el día anterior, Rajoy subrayó que no dará marcha atrás en las reformas económicas y que no subirá ni el IVA ni el IRPF. El candidato explicó que aún debe saber cómo se cierran las cuentas de 2016 para comprobar si, tal como indica Bruselas, hay que ajustar 5.500 millones de euros del presupuesto.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que fue uno de los más críticos con Podemos y con la afición de sus diputados a calificar de golpistas a los demás, advirtió al candidato del PP que él será el mayor responsable si al legislatura resulta fallida. "El mayor responsable que esto vaya bien o mal es usted. Porque si usted cumple con las exigencias de ciudadanos esto va a ir bien pero si hace del Rajoy de la mayoría absoluta, esta legislatura va a durar muy poco", indicó.

Mañana está previsto que Rajoy salga elegido presidente después alrededor de las ocho de la tarde.

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