Felipe González: "El peligro de desaparición del PSOE existe, pero es muy resiliente"
"Lo que ha pasado con la DANA es el fracaso de la política"
"No se puede hacer una mayoría recogiendo a los que suben como cohetes y caen como plomos"
"La socialdemocracia ha puesto la justicia social en un segundo plano"
Felipe González aborda temas cruciales de la política española y global, muestra una visión amplia y reflexiva sobre la actualidad y el futuro. Entre los temas destacados a continuación, González lamenta la falta de diálogo entre políticos de distintos partidos, ejemplificando con el contexto de la reciente DANA.
En cuanto al Partido Socialista, expresa su preocupación por su escoramiento hacia la izquierda, influenciado en su opinión por alianzas con partidos como Podemos.
González reafirma su compromiso con un debate sereno y constructivo, en el que prioriza el interés general por encima de intereses partidistas, con un mensaje claro sobre la necesidad de preservar la convivencia en un contexto político cada vez más polarizado.
Pregunta. -Ayer nos comentaba un diputado del PP que en la cafetería del Congreso ya no se hablan entre políticos de distintos grupos. La DANA ha terminado por romper toda relación hasta el punto de que los afectados veían cómo se peleaban los dos partidos y las distintas administraciones.
Respuesta.-Lo que ha pasado con la DANA es el fracaso de la política. Tiene dos dimensiones. Uno es el análisis de lo que ha pasado y la otra es qué se hace a partir de ahora ¿Se mantiene, de verdad, la idea de que los ríos deben correr por donde quieran? Ahora se está diciendo que si España ha hecho alguna vez un intento de plan hidrológico. Fue Borrell quien hizo el plan hidrológico nacional, con la mentalidad cartesiana de Borrell, de conectar todas las cuencas y con el razonamiento del momento, lógico: la España húmeda se despuebla y la España seca se llena de gente. ¿Podríamos conectar las cuencas para que se distribuyera el agua disponible? Ese era el planteamiento de Borrell, y recuerdo una frase de Aznar en la que dijo que quién éramos para cambiar la voluntad de Dios, llueve donde llueve y donde no llueve, pues no llueve. España está muy, muy, muy estudiada en ese sentido y por gente de una gran calidad, desde ingenieros de montes, ingenieros de caminos, arquitectos a urbanistas. ¿Podríamos hacer el esfuerzo suprapartidista de que una comisión de expertos de verdad analizará que podemos hacer con todos los factores incluidos para evitar que se nos venga encima otro de esos que llaman DANA o gota fría?
P.-¿Quién se debió poner al mando?
R.-Yo me acuerdo como si fuera hoy de las inundaciones de Bilbao en agosto de 1983. Mandé al Ejército que subiera desde Burgos para que tuvieran cocinas de campaña, leche, agua, todo.
P.-¿Cree que el Gobierno central debía haber tomado el mando en Valencia?
R.-Yo lo llevé, pero eso no quiere decir que lo tuviera que llevarlo el Gobierno porque es verdad que se ha sofisticado mucho la legislación. Pero a veces la sofisticamos tanto... Es que yo estoy de acuerdo con la descentralización pero no con la centrifugación del poder porque, al final, siempre tiene que haber un poder que defina un proyecto de país. ¿Por qué nos quedamos sin Ministerio de Sanidad? Nos quedamos sin Ministerio de Sanidad porque nos repartieron competencias que nadie pedía. Tampoco pedían el reparto de competencias en los tribunales superiores de justicia. Yo esas competencias no las cedí.
P.-¿Cuánto poder se centrifugaría si se cede una Hacienda propia a Cataluña?
R.-Todo, es centrifugarlo todo.
P.-Dentro del PSOE hay quien está defendiendo que España es un Estado plurinacional.
R.-España es un país plural desde el punto de vista de las ideas y diverso desde el punto de vista de los sentimientos de pertenencia y, a veces, esa diversidad se confunde con la pluralidad. Un país plural es un país donde cada uno piensa lo que quiere.
P.-Pero ya no se dice que es plural, sino plurinacional.
R.-Eso es un chorrada, pero bueno, no importa, yo estoy dispuesto a discutirlo. El otro día lo hablaba con Aznar en Ávila, y se ponía muy nervioso. Es muy fácil. ¿En Cataluña, reivindicáis que sois una nación? Muy bien, de acuerdo. ¿Reconocéis que España es una nación? No, nosotros no. Ah, pues entonces cómo vamos a discutirlo.
P.-De este congreso federal del PSOE, ¿qué espera? ¿Le invitaron? ¿Irá?
R.-Sí, me enviaron la invitación a destiempo, pero probablemente no iría, además tenía un viaje programado a Colombia y a México.
P.-¿Qué papel cree que debe jugar Andalucía en este tiempo?
R.-Yo quiero que los ciudadanos sepan que mi prioridad es preservar la convivencia. Andalucía debe jugar el papel que tuvo durante mucho tiempo. Curiosamente, fue un punto interesantísimo de equilibrio respecto de aspiraciones que podrían interpretarse que eran para disgregar el país. Tuvo un efecto sedante, compensador de una tensión histórica que superaba la tentación que algunos tenían de tener una mesa aparte.
P.-Ha dicho en alguna ocasión que le preocupa que pudiera desaparecer el PSOE ¿Qué dirigentes le llaman ahora la atención para el futuro del partido, parecidos a lo que fue usted?
R.-Muchos, muchos, el partido tiene futuro. Sí hay bastante gente en el partido muy talentosa, muy capaz, pero cualquiera de ellos que mencione sufriría persecución.
P.-¿No ve al PSOE en peligro de desaparición?
R.-Los partidos pueden durar 150 años y desaparecer, claro, no sería la primera vez, pero yo creo que el Partido Socialista es bastante resiliente y, por tanto, creo que tiene recorrido. El peligro existe, pero es más resiliente de lo que pudo ser el partido en Francia.
P.-Usted siempre dijo que unas elecciones se ganan por el centro. ¿Cree que el PSOE se ha escorado, contagiado por Podemos, hacia la izquierda?
R.-Creo que sí, siempre lo he defendido. Si te diriges a una mayoría para ofertarle un proyecto de país, lo primero que tienes que admitir es que las mayorías son siempre contradictorias. No son un segmento. Ahora, si lo que crees es que puedes sumar, y lo de sumar no lo digo intencionadamente, recogiendo el fracaso de los que suben como cohetes y se caen como plomos, lo puedes hacer durante un rato pero eso no te da una mayoría. Eso te coloca en un espectro del cero al 10, en un tramo del dos al tres, donde nunca ha estado el Partido Socialista, que ha estado siempre en el 4,2 ó 4,3.
P.-Hablaba antes de los ciudadanos.
R.-Yo siempre intente desde el principio de mi largo mandato hablar con el partido a través de los ciudadanos que nos votaban. No con los ciudadanos a través del partido. Si tú no crees que tu proyecto pueda ser mayoritario, ¿por qué lo van a creer los demás?
P.-¿Le duele que haya gente que diga que usted está trabajando para la oposición?
R.-No, no, tengo una respuesta muy fácil.
P.-¿Cuál?
R.-Que si fuera así, la oposición hubiera ganado (se ríe).
P.-¿Se han roto muchas cosas en el PSOE? Las figuras históricas no son referentes ahora.
R.-Es una pena que no sea un país para viejos, sí, pero es peor que no sea un país para jóvenes, porque al final los viejos como yo no jugamos a nada. Si yo quiero que la gente comprenda que el calentamiento del Mediterráneo no nos favorece aunque se amplíe la temporada turística, hablo para defender a mis nietos o a los hijos de mis nietos. Yo no espero nada, lo que espero es que las nuevas generaciones no soporten las torpezas de quienes hoy dirigen el mundo. No sé si Estados Unidos se va a acabar con Trump, desde luego va a dejar de ser el país representativo de la democracia más antigua la Tierra. ¿Cuándo se van a enterar los americanos?
P.-Vamos a decirle algunos nombres de personas con las que usted ha tenido relación. Díganos algo de ellas. El primero es Adolfo Suárez.
R.-Sin Adolfo Suárez no hubiera habido Transición. Hizo todo lo que pudo y no podía mucho, tenía muchas limitaciones para operar, pero sin Adolfo Suárez no hubiera habido Transición.
P.-Helmut Kohl.
R.-Nunca he estado cerca de los laboristas británicos porque chocábamos siempre en la visión de la Europa que yo deseaba, y con Kohl sí coincidía por nuestra posición sobre Europa. Con Kohl llegamos a un punto que es muy difícil en política, y era que Kohl sabía que si yo le decía algo, podía fiarse de eso. Teníamos una gran relación de confianza y en temas muy delicados.
P.-¿Angela Merkel?
R.-He tenido menos relación con ella, aunque me llevé bastante bien. Merkel la rescató Kohl de la Alemania que procedía del Este, pero después no hubo correspondencia. Se equivocó en muchos asuntos, con la energía nuclear por ejemplo, ahora vemos cómo se levantan campos de fotovoltaicas para sacar carbón.
P.-Aznar.
R.-No me llevé con él nunca del todo bien, aunque ahora hay mucha insistencia en que debatamos entre los dos. También con Rajoy, con quien coincido en las conferencias de la Toja. Digamos que Rajoy es más divertido.
P.-Putin.
R.-Yo lo saludé una vez, me parece un tipo del KGB con ínfulas de zar.
P.-¿Alfonso Guerra?
R.-Alfonso Guerra ha sido siempre más amigo que compañero, por eso los desencuentros que hemos tenido son de amigo.
P.-Juan Carlos I.
R.-Me parece que hizo un servicio fantástico a nuestro país. Fue constitucional antes de aprobarse la Constitución. Cuando nombra a Suárez, tiene todo el poder para nombrarlo y, por cierto, para desnombrarlo, pero cuando le entrega el poder, le entrega el mando. Y, por tanto, Suárez actúa antes de que hubiera un marco constitucional o de que ganara las primeras elecciones. Tengo anécdotas que definen muy bien esa relación con el Rey. Sólo me quedo con una, cuando me dijo en un despacho: '¿Puedo hablarte de tú?' Digo 'sí, naturalmente' y me pidió que yo también le tutease y le dije que eso no iba a ocurrir mientras viviera. '¿Se puede saber por qué?', me preguntó. 'Porque yo necesito la distancia para decirle siempre lo que pienso'.
P.-Felipe VI.
R.-Me llevo razonablemente bien, lo aprecio y lo valoro, digamos que es de una línea más alemana que borbónica. Lo está haciendo bien en la mayor dificultad imaginable de gobernanza del país, bien incluso en situaciones insólitas como las que hemos vivido estos días.
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