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El sistema o el que lo inventó...
Tras una jornada de tensión y caos, el Gobierno se vio obligado la noche del lunes a pactar con ERC, EH Bildu y BNG a prorrogar un año más el impuesto a las empresas energéticas para salvar el proyecto de ley que incluye un nuevo tributo mínimo global del 15% para empresas multinacionales después de que la Comisión de Hacienda del Congreso votara en contra del grueso del paquete fiscal que pretendía sacar adelante el Ministerio de Hacienda, por la división entre los socios del Ejecutivo y los vetos cruzados que mantienen.
Después de horas de negociación en la comisión del Congreso donde se debatía el impuesto a las multinacionales, los tres socios del Ejecutivo informaron en un comunicado de la promesa del Gobierno para la presentación de un decreto que prorrogue durante todo 2025 el tributo a las energéticas, que el PSOE se había comprometido dejar morir el próximo 31 de diciembre a petición de Junts. El Ejecutivo aprobará así un decreto con la medida, que está destinado al fracaso en el Congreso ante el rechazo del partido independentista.
El Ejecutivo se vio obligado a desdecirse. De hecho, en la Comisión de Hacienda los socialistas votaron en contra que salieran adelante las propuestas de socios de izquierda como Sumar, Podemos, ERC, BNG o EH Bildu para reeditar el impuesto a las energéticas, sumando sus votos a los de PP y Vox.
La promesa del Ejecutivo, que ahora se tiene que materializar, se produjo a última hora de ayer ante la posibilidad más que cierta de que decayera por falta de apoyos de sus socios el proyecto de ley del impuesto a las multinacionales, que nace como una Directiva Europea exigida por Bruselas y del que depende un desembolso de 11.000 millones de euros de fondos europeos.
Pero el compromiso del Gobierno también incluye una promesa para aprobar el impuesto a la banca en su tramitación del proyecto de ley del impuesto a las multinacionales, que superó la pasada madrugada su trámite en comisión e irá al pleno el jueves.
Y es que, en la comisión de este lunes el PSOE no consiguió que prosperara la transformación del gravamen a la banca en un impuesto que, conforme a lo pactado con el PNV, iban a gestionar las haciendas forales. Tampoco se ha aprobado la subida de los diesel y la reforma fiscal de las Sociedades Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (Socimi) que había pactado con Sumar.
Ahora, la idea de las formaciones que alcanzaron un nuevo acuerdo con el Gobierno es aumentar el tramo más alto en el impuesto, dirigiendo toda la recaudación a las comunidades autónomas y concertado con las haciendas forales de la comunidad autónoma vasca y la comunidad foral de Navarra.
La Comisión sí aprobó una subida de dos puntos porcentuales del IRPF para la rentas del ahorro superiores a 300.000 euros, del 28% al 30%. También sacó adelante la enmienda para bajar el impuesto de sociedades a las cooperativas y empresas que facturan menos de un millón de euros y una mejora de la tributación de las actividades artísticas y una bonificación de las cuotas a la Seguridad Social para los clubes y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro.
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