La guerra de Ucrania, un asunto para preocuparse

Las claves

Para Europa es indispensable que Trump cambie su estrategia actual de ser el ‘sheriff’ del mundo, y eso sólo puede llegar de la mano de las instituciones de EEUU

Volodimir Zelenski / Europa Press

23 de febrero 2025 - 06:59

Un mes en la Casa Blanca ha sido tiempo suficiente para que Trump haya enseñado las uñas, presuma de su capacidad de ejercer su poder más allá de lo imaginable, y haya provocado una auténtica conmoción internacional, fundamentalmente en Europa. Porque su principal iniciativa como presidente se ha centrado en Europa, en Ucrania.

Un país a cuyo presidente, Volodimir Zelenski, prometió cooperación cuando era candidato a la Casa Blanca, pero, una vez sentado en el Despacho Oval, ha colocado en su punto de mira y no sólo lo ha calificado como dictador, sino que públicamente lo ha acusado de ser quien inició la guerra con Rusia. A Trump, en su desquiciamiento para reconocer hechos incuestionables, que Putin invadió territorio ucraniano y provocó la guerra, sólo le falta decir que fue Ucrania quien invadió territorio ruso.

Un mes en la Casa Blanca y Trump empieza a sufrir el desgaste. Mínimo, pero no contaba con él. Se acaba de publicar un sondeo en estos días que recoge que el apoyo ciudadano a Trump está en torno al 46%… y el apoyo al Partido Demócrata en torno al 46%. Aunque hoy los demócratas carecen de líder. Si se empiezan a ver síntomas de bajada de su aceptación, quizá pueda haber esperanza de que el presidente norteamericano se replantee algunas de las decisiones que hoy provocan auténtica conmoción. En todo el mundo, pero sobre todo, y hay que insistir en ello, en Europa.

Un general estadounidense de larga trayectoria, hoy retirado, pidiendo confidencialidad para expresarse con mayor libertad, explica que desde Europa, desde cualquier continente, no será posible detener o variar mínimamente las políticas que ha emprendido Trump. Sólo reaccionará si pierde el apoyo actual de los ciudadanos de Estados Unidos, de sus instituciones, de sus empresarios, de los sectores sociales más influyentes. Es la razón de que actúe al margen de la UE y de la propia Ucrania cuando trata imponer, con Rusia, un acuerdo para Ucrania.

La Unión Europea no importa

Le es indiferente la reacción europea, la reunión en el Elíseo, la propuesta de que si hay acuerdo de paz lo garantice sobre el terreno una fuerza de paz europea… Ni se lo plantea. Tiene dos objetivos: ser el presidente que ha logrado un acuerdo de paz en Ucrania después de tres años de guerra, y en segundo lugar pactar con Putin que sea Estados Unidos quien diseñe el plan de reconstrucción de Ucrania. Dinero. A Trump, en los últimos años, le atrae más el poder que el dinero, pero le importa mucho el dinero porque sabe perfectamente que a través del dinero se consigue poder. Que se lo digan si no a Elon Musk, el hombre más rico del mundo que ha incorporado a su equipo. Es más, se ha convertido en su hombre de confianza.

El general pone el acento en que cualquier paso para tratar de neutralizar las iniciativas de Trump y Putin respecto a Ucrania hay que prepararlas con cautela. Se trata de dos hombres que no soportan fracasos, tampoco que nadie les imponga lo que deben hacer … y dirigen dos potencias nucleares. No se puede obviar esa situación. Pero al general, como buen militar y por tanto como buen patriota, más que la amenaza nuclear, –cree que Trump jamás daría ese paso– le preocupa la pérdida de valores de la sociedad americana. Trump, su presidente, y lo dice con dolor, no defiende esos valores. Y ahí, en ese aspecto, pude perder el respaldo popular que hoy es su principal fuerza.

Pero, explica, más fuertes que Trump son las instituciones. El Ejército, desde luego, pero también la Justicia, y las cámaras parlamentarias. Y recuerda que dentro de dos años se celebran el Midterm, las elecciones con las que se renuevan parte del Senado y de la Cámara de Representantes. Con toda seguridad, la gobernanza de Trump en estos dos años iniciales de su mandato, tendrá en cuenta esa Midterm, porque no puede permitirse el lujo de perder las mayorías con las que cuenta actualmente en las dos Cámaras legislativas.

Las necesita para acometer los proyectos que tiene en mente. Entre ellos, el ya mencionado final de la guerra de Ucrania pero, también, resolver el problema de la inmigración ilegal, que hoy es preocupación máxima de un porcentaje alto de estadounidenses. Incluido un sector social que vota mayoritariamente a Trump: los inmigrantes que han logrado regularizar su situación e incluso nacionalizarse y sentirse estadounidenses después de mucho esfuerzo y una vida muy dura, y que no quieren que lleguen oleadas de nuevos inmigrantes, fundamentalmente latinoamericanos, que provoquen un rechazo social hacia ellos mismos por la identificación de la inmigración con inseguridad, falta de cultura y de formación.

Los demócratas buscan recambio

Europa está intranquila –por no decir conmocionada– por los primeros pasos dados por Trump, su alianza con Putin que va a suponer el fin de Ucrania tal como es actualmente, y que hace temblar a los países bálticos, y también a Suecia y a Finlandia, que comparte tanta frontera con Rusia. Por no mencionar las antiguas repúblicas soviéticas que temen que las ansias expansionistas de Putin las conviertan en territorios tan vulnerables como ha sido Ucrania.

Para esas ansias de Putin, la alianza con Trump es indispensable. Y para Europa, es indispensable que Trump cambie su estrategia actual de ser el sheriff del mundo, y eso sólo puede llegar de la mano de las instituciones de Estados Unidos.

El Partido Demócrata ha iniciado ya su renovación, que debe ser profunda, para recuperar lo mucho perdido y encontrar una figura que pueda plantar cara a los republicanos y que, antes de cuatro años, presente una imagen renovada, fuerte, unida, que obligue a Trump a reconsiderar algunas de sus políticas nacionales y, lo que más importa a Europa, sus políticas internacionales. Porque la imagen es una cuestión que importa mucho al actual presidente de Estados Unidos, que tras el fracaso de hace cuatro años necesita anímicamente salir de este mandato con el perfil de gran presidente.

No es casual su acercamiento a los medios de comunicación, con ruedas de prensa diarias frente a un Biden que huía de las comparecencias públicas. Trump cuenta con medios incondicionales, pero algunos de los más prestigiosos, como el New York Times, el WSJ o la CNN, no le hacen el juego al nuevo presidente.

Su papel, el de los medios, es importante. En buena parte, de ello depende, por ejemplo, que calen en la sociedad estadounidenses los argumentos que transmite Donald Trump cuando desacredita a Unión Europea presentándola como un organismo de países con un sociedades diversa, pero que buscan que Estados Unidos financie su defensa y su seguridad, no agradece que haya puesto tantas decenas de miles de muertos para hacerles ganar la guerra contra Hitler, no dedica el necesario presupuesto a la investigación tecnológica para frenar el avance chino y critica las medidas contra la inmigración de Estados Unidos pero ellos, los europeos, cierran las puertas a inmigrantes y refugiados de las guerras de África y Asia. Y recuerda lo que dijo Obama, demócrata, a la UE: que haga los deberes en la OTAN, que la defensa tiene que ser una responsabilidad compartida.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último