Joaquín Benítez
Luces y sombras en navidad
La defensa del Jefe Superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés, plantea la hipótesis de que el chivatazo a ETA pudiera ser un "cebo" al dueño del bar Faisán de Irún, Joseba Elosua, para que éste, al reaccionar, aportara mayor información a los investigadores sobre el aparato de extorsión de la banda.
Así lo expone la defensa de Pamiés, que ejerce el equipo de abogados de José María Fuster Fabra, en un escrito remitido ayer al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en el que solicita el archivo del caso Faisán, ante "la inconsistencia" de las conclusiones del equipo investigador del presunto chivatazo, que lidera el comisario Carlos Germán.
Los abogados de Pamiés discrepan con la principal conclusión a la que llegó el equipo investigador y es que la delación estaba enmarcada en la negociación con ETA y tuvo un móvil político.
A su juicio, éste pudo ser "un cambio de estrategia policial", un "cebo" para que Elosua entregara, "bajo vigilancia", el dinero fruto de la extorsión a su contacto en ETA, el etarra José Antonio Cau Aldanur, al que a raíz del soplo le hizo llegar 54.000 euros. Según esta hipótesis, "a Elosua nunca se le diría la verdad, sino que se pondría la excusa de la negociación política para que continuara y llevara a la Policía más allá".
El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusó el miércoles al PP -en la sesión de control al Gobierno- de utilizar el caso Faisán y otros muchos temas relacionados con el terrorismo exclusivamente para intentar hacer daño al Ejecutivo y a él personalmente, en respuesta al diputado popular Ignacio Gil Lázaro.
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