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Caídas ligeras
Pulso social y político de Metroscopia
Las heridas de la crisis siguen abiertas para la sociedad española cuando ha transcurrido ya una década desde su estallido. La mayoría de la ciudadanía considera que el periodo de dificultades económicas no sólo no se ha superado, sino que todavía pasará mucho tiempo para que queden atrás. Ocho de cada diez españoles confiesan que la crisis sigue afectando a sus vidas, y el 52% defiende, además, que aún quedan muchos años para que la economía española salga del agujero. Sólo el 15% de los ciudadanos cree que la situación está superada, según el sondeo Pulso político y social elaborado para el Grupo Joly por Metroscopia.
La opinión de que la crisis aún no ha terminado es mayoritaria entre todos los electorados, con independencia de su color político. Concretamente, así lo afirma el 65% de los votantes del PP, el 73% de los electores de Ciudadanos, el 86% de los simpatizantes del PSOE y el 88% de los de Unidos Podemos.
El pesimismo sobre la situación económica se ha hecho crónico en el seno de la sociedad española, aunque la percepción sobre la coyuntura ha ido mejorando paulatinamente. Del 79% que calificaba como malo el estado de la economía nacional hace dos años, se ha pasado ahora a un 60%, lo que implica un descenso de 19 puntos. En el año 2012, se llegó a alcanzar un máximo histórico coincidiendo con la fase más dura de la gran recesión. En ese momento, el 90% de los españoles compartía esa negativa percepción de la situación económica.
La permanencia en el tiempo de la crisis produce varias consecuencias decisivas, según apunta el sondeo. Entre ellas destaca que se extiende la sensación entre los españoles de que se acentúa la brecha económica entre los que más tienen y los más desfavorecidos de la sociedad. Así, el 93% de los españoles afirma que existe ahora mucha desigualdad, un porcentaje muy similar al que se viene repitiendo desde el año 2015, según los estudios de Metroscopia.
Las sensaciones negativas sobre la situación económica propician que el pesimismo haya echado raíces en la sociedad española. Paradójicamente, hay una cierta conciencia de la mejora de la coyuntura, como se percibe en la tendencia que siguen los datos de percepción económica que recoge el estudio de Metroscopia. Sin embargo, no calan en los ciudadanos los signos positivos que arroja la economía española a nivel macroeconómico o la bajada del paro registrado en las oficinas del paro o la Encuesta de Población Activa. Mientras que la recuperación económica no llegue al bolsillo, será imposible quebrar este trasfondo pesimista que ha anidado en el imaginario colectivo de los españoles. La razón fundamental hay que buscarla en la profunda herida que dejado los más de diez años transcurridos desde el estallido de la burbuja inmobiliaria y el comienzo de la gran recesión. Una huella profunda, y por lo que parece a tenor de la imagen que ofrece el Pulso político y social, duradera en el tiempo.
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