Visto y Oído
Broncano
Suceso
Tamara Falcó se encuentra ya en los últimos días para la celebración de su boda en El Rincón con Íñigo Onieva, que se iniciará el viernes con una fiesta nocturna pre-boda y el sábado, el enlace y fiesta posterior. Tras un accidentado compromiso y unos preparativos sacudidos por polémicas como la anulación con los diseñadores del vestido nupcial, el robo de unas joyas destinadas a ser lucidas en este extenso fin de semana de celebraciones viene a ser casi una puntilla de augurios inciertos.
Desde el entorno de Isabel Preysler, que este viernes había viajado a Nueva York con su hija para recoger los modelos que lucirá la novia en su ceremonia, se ha señalado que no están relacionados directamente con los joyeros robados.
El suceso se produjo en la noche del jueves cuando una banda de atracadores, en un falso vehículo camuflado con el que confundieron a los hermanos joyeros, se hicieron con un botín de dos millones de euros en joyas de muestras.
Dichas piezas iban a ser lucidas en la boda, pero no por la familia de Isabel Preysler sino por la de los parientes políticos de Tamara Falcó. Esa visita a Madrid de los joyeros de Valladolid con delicadas piezas se efectuó para que consultara la madre del novio, Carolina Molas, y otros familiares. No hay joyas pertenecientes a la familia sino que iban a ser llevadas a modo de préstamo. Los empresarios habría sido vigilados para buscar el momento propicio y fueron sorprendidos, llevados a un camino secundario cuando regresaban a Valladolid por la transitada carretera de La Coruña, autovía que a esa hora de la noche en que se produjo el robo estaba ya con un tráfico relajado. El vehículo discurría a la altura del término municipal de Las Rozas cuando fue confundido con un coche con sirena.
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