Muere el príncipe Aga Khan IV, el líder espiritual musulmán y multimillonario filántropo al que le gustaba el lujo
Conocido por sus mansiones opulentas y su gusto por las carreras, era el imán de más de 12 millones de musulmanes ismaelitas
Dedicó parte de su fortuna a una red de instituciones en todo el mundo dedicadas a la educación, la salud, el desarrollo socioeconómico y la cultura.
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El príncipe Karim al Hussaini Aga Khan IV falleció este martes en Lisboa a los 88 años. Fue el líder espiritual de más de 12 millones de musulmanes ismaelitas que se calcula que hay en el mundo, pero también era conocido por ser un multimillonario filántropo amante del lujo. Su fundación, Red de Desarrollo Aga Khan (AKDN, por sus siglas en inglés), a través de la que desarrollaba sus actividades altruistas, fue la que informó de su fallecimiento en un comunicado en su página web.
Su funeral será el sábado en la capital portuguesa en una ceremonia a la que solamente se podrá acceder con invitación. "Será breve, digno y no contará con la asistencia de un gran número de personas. Este es un evento privado, no un gran evento público", explicó este jueves el consultor senior del imanato ismaelita Naguib Kerat en una rueda de prensa. La ceremonia, añadió Kerat, cumplirá con las tradiciones de la comunidad, centrada mayoritariamente en oraciones y extractos del Corán, sin discursos.
Nació en Suiza en 1936, hijo del príncipe Aly Khan y la princesa Tajuddawlah Aly Khan, criándose en este país y en Kenia. Estudiaba en Harvard cuando fue nombrado a los 20 años imán de los musulmanes ismaelitas en 1957 por su abuelo, sir Sultan Mahomed Shah Aga Khan, que se saltó a su padre en la sucesión para modernizar esta dinastía. Tras su designación, interrumpió sus estudios en Harvard durante 18 meses para recorrer los países del imanato y tuvo varias ceremonias de entronización en ciudades como Dar al Salam, Nairobi, Kampala, Karachi y Bombai.
Según su fundación, desde que fue nombrado líder espiritual y en el marco de sus responsabilidades se involucró en el desarrollo de lugares en todo el mundo, "con una visión del islam como una fe espiritual y de reflexión". Esa labor filantrópica la canalizó a través de la AKDN, que tiene organizaciones repartidas internacionalmente dedicadas a la educación, la salud, el desarrollo social y económico, y la cultura.
Entre los honores que recibió a lo largo de su vida destaca el de "su alteza", concedido por la reina Isabel de Inglaterra en 1957, y el de "su alteza real" que le fue otorgado dos años más tarde por el entonces sha de Irán.
Pese a su dedicación a tareas altruistas, Aga Khan también se hizo famoso por sus mansiones opulentas y su gusto por las carreras de caballos y el esquí. No se sabe a ciencia cierta a cuánto ascendía su fortuna que hay quienes la sitúan en miles de millones de dólares.
Dos veces casado y con cuatro hijos, creó un imperio empresarial que va desde el sector bancario hasta los hoteles.
En los años 60 fundó el enclave turístico de lujo de Porto Cervo, en Cerdeña (Italia), y el club de yates Costa Smeralda, que se convirtió en un polo de atracción de la realeza europea, actores de Hollywood y famosos de la época.
Aun así, en las entrevistas se definía como un líder religioso más que empresario y afirmaba estar centrado en combatir la pobreza promoviendo la autonomía de las personas y la cultura.
Los ismaelitas son una minoría musulmana chií que desde el siglo XIX concede el título de Aga Khan a su imán, al que se le atribuye una descendencia directa de Mahoma: Dicho título fue otorgado por primera vez a Aga Hassanaly Shah por el shah de Persia en la década de 1830. Los imanes no tienen control sobre ningún territorio en concreto pero ejercen su influencia a través de la AKDN y son tratados como jefes de Estado. Los ismaelitas están repartidos por 35 países de Asia Meridional y Central, Oriente Medio, África, Norteamérica y Australia. Portugal acoge una de las mayores comunidades ismaelitas de Europa, con entre 8.000 y 10.000 personas.
Hace diez años, el Gobierno luso y Aga Khan firmaron un acuerdo para establecer la sede mundial del Imamat ismaelí en Portugal. Tres años después, Aga Khan designó oficialmente el palacio Henrique de Mendoça, en Lisboa, como sede global del Imamat ismaelí y en 2019 el Gobierno luso le otorgó la nacionalidad portuguesa.
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