Muere en Trebujena un famoso creador de efectos especiales de Hollywood que trabajó con Spielberg
Cine
Participó en películas como 'Indiana Jones', 'El retorno del Jedi' y 'El imperio del sol'
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Un ‘thriller’ filosófico en el mundo que viene
John Baker, el que fuera responsable de los efectos especiales de películas como 'Indiana Jones' y 'El retorno del Jedi' falleció este lunes 1 de mayo en Trebujena, municipio gaditano en el que se quedó a vivir tras llegar de la mano de Steven Spilberg para grabar 'El imperio del sol'.
Así lo comunicó el propio alcalde del municipio Ramón Galán en su cuenta de Facebook.
"Esta mañana nos hemos despertado con la triste noticia del fallecimiento de John Baker, una persona que llegó a nuestro pueblo en 1987, con el rodaje del Imperio del Sol de Steven Spilberg, y se quedó en nuestro pueblo para siempre, convirtiéndose en un trebujenero más, incluso fue nombrado hijo adoptivo de Trebujena en 2008. Una persona realmente entrañable y muy querida entre todos. Un abrazo muy fuerte para su familia, especialmente a Isabel y John Baker Jr D.E.P."
A lo largo de su extensa carrera como director de fotografía, John Baker trabajó con directores como Brian de Palma, David Lynch, George Lucas en 'Star Wars'. Fue el responsable en esta saga de destruir la conocidísima 'Estrella de la Muerte'. También participó con directores españoles con directores como Enrique Urbizu para la película 'Todo por la pasta'.
Un atardecer que cautivó a Spilberg
En 1986 Steven Spilberg buscaba localizaciones para hacer una película sobre una temática que se había convertido en una obsesión para él, la Segunda Guerra Mundial. En concreto buscaba atardeceres maravillosos. No se sabe cómo pero a sus manos llegó un vídeo sobre aceites rodado por el productor cinematográfico Antonio Pérez en las marismas de Trebujena y se quedó fascinado.
En la primavera de 1987, un ejército de jeeps, caravanas, grúas y trailers desembarcaron en Cádiz y atravesaron la marisma hasta instalarse en la finca 'Alvantus', a orillas del Guadalquivir. Allí Spielberg levantó una estación de tren, un aeropuerto, un estadio olímpico y un campo de concentración japonés, con su hospital: era el 'Soo Chow', que durante seis semanas ocuparon un millar de extras y cientos de técnicos a las órdenes de un jovencísimo director de cine de 39 años, que siempre vestía unos tejanos, gorra de béisbol, gafas ahumadas y camisa a cuadros y se rodeaba de fornidos 'gorilas' iraníes que mascaban chicle. Una legión de carpinteros, electricistas y peones de Trebujena y su entorno pusieron en pie los decorados, dejando a punto las naves, pagoras y hangares para el inicio de la película.
Con Spilberg llegó también John Baker, que se quedó prendado no sólo del lugar sino también de Isabel, una vecina que hizo de extra y con quien se terminó casando.
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