Rufino García, el referente de las peteneras

Flamenco

Escuchaba en la radio a los grandes del flamenco

Es el único que queda con vida de los tres grandes nombres del flamenco que ha dado esta localidad

En 1973 Rufino García lograba el primer premio del segundo concurso nacional de cante por peteneras, uno de sus galardones más importantes en su vida.
En 1973 Rufino García lograba el primer premio del segundo concurso nacional de cante por peteneras, uno de sus galardones más importantes en su vida. / Manuel Aragón Pina
José María Ruiz

15 de febrero 2020 - 07:00

Antonio Pérez Jiménez ‘El Perro de Paterna’, Francisco Guerrero ‘Niño de la Cava’ y Rufino García ‘Rufino de Paterna, han formado parte de la historia de la petenera, y de la promoción de la localidad de Paterna de Rivera, como un referente de este estilo concreto del flamenco, que algunos grandes del cante apuntaron que “tiene mal fario”, pero quienes saben cantarla no la vinculan a ningún tipo de desdicha, solo que sus letras suelen tratar temas tristes.

De esas tres grandes voces, la única que queda como bastión y defensor de este estilo musical, es la de Rufino García Cote, conocido artísticamente por Rufino de Paterna. Con 81 años a sus espaldas, comenzó desde muy pequeño a cantar, primero en la escuela a la que acudía de niño, y donde su maestro lo sacaba a cantar para su deleite y el del resto de compañeros.

Posteriormente, “como estaba la cosa tan mala en aquellos tiempos”, su padre lo necesitó para trabajar en el campo. Dada su afición al cante, y con unos 12 años, le cantaba a las cabras que cuidaba. Unas veces unos fandangos, otras una petenera o una malagueña, y “así me tiraba todo el día”.

Ya metido en los 16 años, y tras ir recopilando conocimientos sobre los distintos cantes que escuchaba en la radio, se fue a los diferentes concursos que se convocaban en Cádiz. Sus referentes fueron Antonio Marchena, Pepe Pinto y Vallejo. Mientras que otros niños cuando llegaba la feria salían para pasearse, él se iba y se colocaba debajo de los altavoces de la tómbola o de los caballitos, para “escuchar flamenco y aprender copla, dada la afición que siempre ha tenido y que recuerda que le puede venir de un tío, un hermano de su madre que tocaba la guitarra. Su padre también “cantiñeaba”, pero no es una tradición heredada, considerando que “eso ha nacido en mí y es una afición muy grande en el flamenco”.

Con unos 21 años, en 1960, ganó el primer premio de saetas en el Gran Teatro Falla. Ahí tuvo la suerte que le escuchara Antonio Murciano, escritor y poeta de Arcos, quien era representante de la casa discográfica RCA. “Le gusté tanto, que me dijo: ¿Quieres grabar un disco?, y mi respuesta fue, ¡hombre no voy a querer!”.

Esa fue la puerta de entrada al mundo del flamenco, grabando su primer disco de larga duración, ya que aún no existían las cintas de cassette que se crearon unos años después. Hasta la actualidad ha grabado 15 trabajos discográficos. Uno de los que tiene mejor recuerdo es una antología con todos los cantes del campo que le grabó una productora llegada desde Austria.

Se trataba de un doble disco. “Vinieron, trajeron todos los equipos aquí, y la grabé en Paterna”, recuerda. Una grabación que se realizó en agosto de 2008 en la sede del Centro de Estudios e Investigación de Paterna El Alcaucil. La producción corrió a cargo de Alfred Pahola Blazejowsky y la realización de Peter René Pérez Gshwendner y Manuel Rosado Sánchez.

“Ese disco no se ha movido mucho por aquí, no sé porque, pero es una joya”, y es que posee una recopilación de todos los cantes del campo, “eso es precioso”, asevera. Esa grabación recogía cantes de Rufino de Paterna dedicados a distintos momentos y tareas agrícolas de aquella época como la trilla, la siega o el arado, además de otros propios de Paterna como las garbanceras y las saetas paterneras.

Ahora, con el 50 aniversario de la misa flamenca de Paterna, se ha vuelto a recordar a los otros dos exponentes de la petenera que ya no están, como son Antonio Pérez Jiménez ‘El Perro de Paterna’, Francisco Guerrero ‘Niño de la Cava’. Una misa que fue llevada hasta la iglesia de La Palma en Cádiz, y que el compositor de Carnaval, Antonio Martín. Un acontecimiento que se prevé repetir de nuevo con motivo de esta efeméride. Solo queda saber el día y el lugar donde se volverá a repetir esa misa flamenca.

Durante todos estos años de su vida artística han sido muchos los reconocimientos y homenajes recibidos de las peñas flamencas de la provincia. “Todo lo estoy recibiendo en vida, lo estoy disfrutando”, asegura. El último, el trabajo recopilado por el redactor gráfico de Diario de Cádiz, Manuel Aragón Pina, quien le ha obsequiado con una colección de instantáneas con grandes del flamenco, la copla, la canción española, el carnaval y la cultura. Toda una historia viva del referente de las peteneras.

Una vida artística llena de premios y galardones

Rufino de Paterna posee un largo historial de reconocimientos. Tras ganar aquel primer premio en el concurso de saetas de Cádiz, celebrado en el Gran Teatro Falla en 1960; logró el tercer premio de martinete y carcelera en Jerez en 1962 y el primer premio en 1963 y 1964, además del segundo premio en 1970. El tercer premio de saetas lo lograba en 1965 en Arcos, el segundo premio de cante jondo en 1971 en Conil, y el primer premio de cante por malagueña en 1971 en La Línea de la Concepción.

Posee un busto que le dedicó su pueblo el 28 de febrero de 2007, una calle con su nombre, además de ser nombrado Hijo Predilecto por la Corporación municipal. Ha escrito un libro y posee la medalla de la Petenera.

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