Tras un año sin David y Miguel Ángel
Familiares de guardias civiles reclaman más medios tras un año de la muerte de dos agentes en el recinto portuario de Barbate
Todas las imágenes del homenaje en Barbate a los dos guardias civiles que murieron arrollados por una narcolancha
“Esa noche cambió mi vida por completo”
“Igual o peor”, así respondía Paqui Gómez, la madre del guardia civil, Miguel Ángel González, a la pregunta de cómo está la Guardia Civil un año después del trágico suceso que le costó la vida a su hijo, y a otro compañero, David Pérez, asesinados hace un año en el interior del recinto portuario barbateño.
Junto al lugar donde ocurrieron esos trágicos sucesos se dieron cita unas doscientas personas, entre familiares, amigos y dos docenas de agentes de la benemérita con su uniforme reglamentario.
El acto organizado por la asociación Nuestro corazón por bandera, se inició guardándose un riguroso minuto de silencio que finalizó con un fuerte aplauso. Mónica Mógica y Fuensanta Sánchez, portavoces de este colectivo dieron lectura a unas emocionantes palabras para recordar el aniversario de la muerte de los dos guardias civiles.
Un acto que pretendía servir para "rendir homenaje a estos dos héroes que sin dudarlo expusieron sus vidas obedeciendo una orden por la satisfacción del deber cumplido", apuntaron las dos representantes de la asociación formada por mujeres de guardias civiles y policías.
"Nuestro fin es sencillo, salvar vidas, salvar la vida de agentes que se juegan el tipo en nuestras calles. Que jamás se vuelva a dar una situación de desventaja tan grande como esta; que jamás nadie vuelva a tener la oportunidad de vitorear un asesinato como se vio aquí; que jamás se vuelva a perder una vida pudiendo haberse evitado" expresaron.
Frente al lugar donde sucedieron los hechos se depositaron en la mar varios ramos de flores, uno de ellos con los colores de la enseña nacional. Sus compañeros lanzaron claveles blancos a la vez que se cuadraban ante el lugar en el que murieron estos agentes.
En unas declaraciones posteriores, Paqui Gómez, la madre de Miguel Ángel González, manifestó que “en un año no ha cambiado nada. Yo voy a seguir peleando”. En este sentido, matizó que “queremos reabrir el caso de los mandos, y están frenándonos, porque aquí no sólo hay culpables por una parte, hay por los dos lados, y eso creo que está bastante claro. Lo tiene casi toda España claro, y el que no haya visto el vídeo es raro lo que hay, y ellos no estaban ahí por gusto, ellos cumplían órdenes. De quién, que lo digan, que asuman la orden que dieron, que la asuman. Yo sólo quiero que diga el que dio la orden aquí estoy yo, como me lo dijo a mí en su despacho. Él me lo dijo a mí, que asumiría toda la responsabilidad de la orden que dio, dónde está”, se preguntaba. “Yo quiero justicia para mí hijo. No pueden devolvérmelo, pero yo voy a seguir luchando por él, por David y por los que quedan, que son muchos, que hay muchas mujeres en sus casas esperando que sus maridos regresen, o que su hijo regrese o que su padre regrese, y no es justo que tengan que vivir con este miedo, ya está bien”, exponía Paqui Gómez.
Por su lado, Daniela Pérez, la hija de José Luis, uno de los supervivientes, expuso que “volvía a recordar todo lo que pasó, podría haber sido mi padre, con mucha pena porque ya no van a volver ser los mismos, porque esto es un punto y aparte en los GEAS de Algeciras, e intentando que nunca vuelva a pasar esto, que se pongan medios y se soluciones”.
En otro momento, manifestó en referencia a su padre que “ya no es el de antes, sobre todo esta semana estaba fatal, él no puede pisar el puerto de Barbate, él por mucho que ha querido venir, no ha podido pisarlo, se derrumba, ha recordado a sus compañeros y todo lo que ha perdido”.
Las dos docenas de agentes uniformados se vieron representados por la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), cuyo secretario general, Juan Fernández, expresó que “hoy ojalá no tuviéramos que volver a hacerlo, acompañando a viudas y a huérfanos. No hemos encontrado otra mejor manera que el orgullo que sentimos por dentro, exteriorizarlo y que se visibilice con nuestros uniformes”.
El destino quiso que a la vez que se realizaba este homenaje en el recinto portuario barbateño, se celebrara en la parroquia de San Paulino de Barbate el funeral por una narcotraficante de 39 años que falleció el viernes en aguas de Tarifa tras chocar su embarcación contra una patrullera de la Guardia Civil.
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