Un vecino de Conil lamenta la falta de apoyo para acabar con un punto de venta de drogas

Francisco Pérez es un vecino de Conil que se muestra desesperado, ante la situación que se vive en una casa abandonada situada en el número 5 de la calle Flor, en pleno centro del casco urbano del municipio conileño.

Desde hace más de un año viene denunciando ante el Ayuntamiento, la Guardia Civil, la Policía Local y los medios de comunicación la situación de este inmueble, que ya sufrió un incendio el pasado año. Se trata de una casa en ruinas junto a suya y que es utilizada para el trapicheo y demás, según expone.

El caso es que poco tiempo después de dar a conocer la situación de la vivienda, la Guardia Civil hizo una redada y consiguió detener a algunos de sus moradores. Desde entonces, no ha parado de denunciar al Ayuntamiento la situación de abandono y de foco de insalubridad en la que se convirtió la casa abandonada, pero en ninguna de las ocasiones ha recibido respuesta por parte de la Administración local. La calle, que es peatonal y sin salida, no está iluminada de noche, y el Ayuntamiento tampoco le ha contestado a sus reiteradas solicitudes de que la iluminen.

El año pasado, antes del verano, el propio Ayuntamiento publicó un Bando en el que se exigía a los propietarios de solares y casas en ruinas que tenían que tenerlas limpias para que en verano no fueran un foco de ratas e insectos, y qué si el propietario no lo hacía, lo haría el Consistorio derivándoles el consiguiente coste. Nada de lo publicado en ese Bando se ha cumplido a pesar de sus reiteradas denuncias al Ayuntamiento y a la Policía Local.

La situación se ha complicado en los últimos meses ya que han vuelto a salir a la calle los arrestados, y la situación ha vuelto a ser la de antes. Ha llamado a la Guardia Civil en varias ocasiones y siempre han acudido a desalojar la casa y a cachear a los que allí se encontraban. Les han requisado droga en pequeñas cantidades, pero no lo suficiente para detenerlos.

En este sentido se considera en una situación de absoluta indefensión, y la de los vecinos que allí viven permanentemente es de absoluto terror, ya que son frecuentes las peleas con navajas, los perros sueltos, la gente drogada entrando y saliendo de la casa abandonada.