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Barbate: 30 años vertiendo sus aguas residuales al Atlántico sin permiso

La Junta se lava las manos con una depuradora que "no cumple con los requisitos mínimos"

Un trabajador de la depuradora de Barbate, en una imagen del pasado mes de diciembre. / Fito Carreto
Fco. Sánchez Zambrano

26 de abril 2017 - 06:41

Cádiz/La localidad de Barbate suma la friolera de 30 años vertiendo sus aguas residuales al océano Atlántico sin contar para ello con permiso alguno. Así lo confirma la propia Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que incluso señala que la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Barbate "no cumple con los requisitos mínimos de depuración" que exige la ley.

Estas apreciaciones de la Administración andaluza han sido incluidas ya en el procedimiento que instruye el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbate a raíz de una querella por presunto delito medioambiental presentada el año pasado por la Asociación de Comerciantes de Zahara de los Atunes (Acoza). Precisamente entre las jornadas de hoy y mañana declararán en calidad de investigados (antes imputados) cuatro cargos públicos del Ayuntamiento barbateño, incluido el propio alcalde, además de responsables de Aqualia, la empresa que gestiona esta depuradora desde hace cinco años.

La EDAR vierte las aguas tratadas al río Barbate durante todo el año, excepto entre junio y septiembre, cuando entra en funcionamiento el emisario submarino que desde 2014 arroja estas aguas al Atlántico a la altura de la playa del Botero, a mitad de camino entre Barbate y Zahara. Y los comerciantes y hosteleros zahareños entienden que este emisario aporta malos olores e impide que se le conceda la bandera azul a su archiconocida playa.

En los informes que se han añadido a la causa judicial destacan varios documentos de la Junta de Andalucía -algunos de ellos firmados incluso por el actual delegado territorial de Medio Ambiente en Cádiz, Ángel Acuña- que vienen a constatar el pésimo funcionamiento que desde sus orígenes arrastra una depuradora que la propia Junta terminó de construir en 1999 y que entró en servicio un año después. En concreto se precisa que en diciembre de 1987, siendo alcalde Serafín Núñez, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir dio una autorización provisional a Barbate para que vertiera sus aguas al río del mismo nombre, un permiso que sería ratificado un año después y al que no seguirían ya nuevas autorizaciones.

Es más, se da el caso de que la regularización de los vertidos procedentes de Barbate y Zahara de los Atunes "no ha sido posible hasta la fecha ya que la actual EDAR que da servicio a ambas aglomeraciones no cumple con los requisitos mínimos de depuración" que contempla la ley, según consta en un escrito remitido a finales del año pasado por el delegado territorial de Medio Ambiente al Ministerio de Defensa, que, al igual que sucede con los comerciantes de Zahara, también ha pedido ya oficialmente que se suspenda el emisario submarino que en verano entra en funcionamiento a la altura del Retín.

Precisamente, en esa misma respuesta Ángel Acuña afirma que el vertido de aguas residuales de Barbate y Zahara al río "no cuenta con la autorización correspondiente de esta Consejería" e incluso que la modificación provisional para verter a través del emisario submarino en verano "no está contemplada en ningún condicionado de autorización de vertido".

Pero no se quedan ahí los palos de la Junta a esta depuradora, ya que en otro documento interno se afirma incluso que la EDAR tiene "un defecto sustancial de origen que impide su correcta funcionalidad", ya que la planta ni siquiera puede "comenzar el procedimiento de depuración con las decantaciones precisas". "En la ubicación de estas instalaciones no se tuvo en cuenta la incidencia de los vientos de levante, endémicos en la zona, lo que impide la realización de una correcta decantación primaria", añade en uno de sus informes una Junta de Andalucía que fue, curiosamente, la administración que construyó esta depuradora a finales de los 90. Y se subraya incluso que esta planta tiene la "apariencia" de ser una depuradora, que "no reúne los requisitos legales" y que sus vertidos "exceden cualquier parámetro de control".

La Junta, que asegura que ha sancionado ya en varias ocasiones a Barbate por su mala depuración de las aguas residuales, explica de manera un tanto paradójica que, aunque no autoriza estos vertidos, sí realiza un control continuado de los mismos "y no hay constancia de que se haya producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente ni que se haya puesto en peligro grave la salud o seguridad de las personas", aclara.

A la espera de que arranque al final la construcción de una nueva depuradora en la zona del Bujar que pondría fin a todos estos quebraderos de cabeza, a Barbate no le queda más remedio que seguir arrojando al Atlántico sus aguas residuales bien desde la propia depuradora (en invierno) o bien a través del emisario submarino (en verano).

La querella de los comerciantes de Zahara contra los efectos de este emisario conlleva que hoy declaren en los Juzgados de Barbate como investigados el alcalde actual, el andalucista Miguel Molina, y la ex delegada municipal de Urbanismo, María José Corrales, que hoy figura como concejal no adscrita tras abandonar el PA. A ambos se les acusa de un delito medioambiental por mantener este emisario submarino en funcionamiento una vez que llegaron al poder municipal a mediados de 2015. Para mañana están citados el ex alcalde, Rafael Quirós (PSOE), y la anterior delegada municipal de Turismo, Medio Ambiente, Playa y Comercio, la también socialista María Dolores Varo, que hoy es diputada provincial encargada del área de Turismo. Ambos están acusados de los mismos delitos contra el medio ambiente por proyectar y poner en funcionamiento el mencionado emisario a lo largo del mandato corporativo anterior.

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