Un cambio del paradigma ambiental

Decía hace unos meses el consejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, que “la sostenibilidad está de moda”. Su afirmación podríamos entroncarla, evidentemente, a la realidad que vivimos en la actualidad, en la que los efectos del cambio climático están en nuestro día a día. 

Pero la sostenibilidad ambiental es, hoy por hoy, un tema fundamental en nuestra sociedad, obligada a transformar y modificar sus hábitos de vida si quiere preservar el futuro de las próximas generaciones.

Abordar los continuos cambios que se están produciendo dentro de ese marco, en cierta forma empujados también por la nueva normativa, ha sido el eje de la jornada técnica celebrada en Verinsur, empresa andaluza especializada en la gestión de residuos, con la organización de Diario de Jerez y bajo el título ‘Circularidad en la gestión de residuos industriales’. Cuatro ponencias han conformado esta iniciativa celebrada en el en el Complejo Medioambiental de Bolaños, dentro de las instalaciones de Verinsur.

Tras la bienvenida y presentación a cargo del director de Diario de Jerez, Daniel Lamparero, fue el teniente de alcaldesa de Servicios Públicos, Medio Ambiente y Protección Animal del Ayuntamiento de Jerez, Jaime Espinar, quien recalcó la necesidad de un “cambio de política” en términos medioambientales, señalando como objetivo principal la consecución “de ciudades más verdes” y admitiendo abiertamente que a partir de ahora “los residuos no son el fin, sino el inicio del proceso produtivo”.

Del mismo modo, agradeció la labor de “concienciación” por parte de Verinsur, “en una clara apuesta por este modelo”. 

La primera ponencia, ‘Principios básicos de la economía circular en Andalucía’, correspondió, seguidamente, a Óscar Curtido, delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, encargado de contextualizar la nueva normativa y reconociendo que la nueva ley de Economía Circular aprobada en abril del pasado año “es de vital importancia para Andalucía”.

Con un discurso directo y cercano, Curtido fue desglosando este nuevo modelo al que se llega “porque la cultura de usar y tirar es ya inviable”. 

Entre los cambios más significativos de este nuevo marco destacó “la simplificación de los procesos administrativos”, una de las cuestiones señaladas durante toda la mañana, pero también la necesidad de fomentar “la simbiosis industrial creando cadenas”, “la colaboración público-privada para poder impulsar esta transición”, y la “sensibilización de las empresas y la sociedad”, ofreciendo “una mayor formación en este ámbito”.

Del mismo modo, subrayó “la oportunidad económica” que representa, incidiendo en la “creación de empleo, la competitividad entre empresas o el fortalecimiento del tejido productivo local”.

Finalmente, animó a los Ayuntamientos a que “se acojan a las líneas de ayudas”, y enumeró la inversión de la Junta en distintos proyectos en la sierra de Cádiz, con nuevas plantas en Olvera y Villamartín, por citar algunas.

Algo más técnico fue Pablo Lovera, jefe de servicio en protección ambiental en la delegación territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Cádiz, que se adentró en los retos de la economía circular y los residuos industriales.  

Lovera recalcó que con la nueva ley se pretende acabar “con la lentitud de los trámites burocráticos”, uno de los grandes problemas para estas empresas, destacando que con ella “las comunidades autónomas pueden autorizar los procesos”.

El jefe de servicio de protección ambiental se adentró también en el reglamento europeo REACH, que tiene como finalidad mejorar la protección de la salud humana y el medio ambiente contra los riesgos que pueden presentar los productos químicos, en los subproductos y en el proceso de tramitación de los denominados FCR (fin de condición de residuo). 

Desde otra perspectiva, la del agua, se analizó el tratamiento de aguas residuales por parte de Ezequiel Márquez, Proccess & Project Manager del Departamento de Estudios de Aqualia Industrial. Su intervención nos acercó a la circularidad en aguas residuales industriales. 

Previamente, Márquez contextalizó los trabajos de Aqualia Industrial, “una marca” de Aqualia que cuenta “con 650 plantas de tratamiento industrial en toda España”, y que trabaja para empresas relacionadas con la industria de la alimentación y bebidas, farmacéuticas y petroquímicas, y papeleras, minería y residuos.

La sequía permanente en la que vivimos desde hace algunos años obliga a “reutilizar el agua”, de ahí la necesidad de “evolucionar los procesos buscando así esa sostenibilidad”, apuntó Ezequiel Márquez, quien aseguró además que el reto actual es “conseguir que no haya residuos, sino productos”.

Entre las posibilidades trabajadas por su empresa en los últimos años subrayó la creación de las denominadas biofactorías, explicando algunos de los procesos desarrollados, con especial atención a la generación del biogas, “un cambio de paradigma porque se utiliza dentro de la propia industria”.

 La jornada concluyó con la intervención de Inmaculada López, directora del Departamento de calidad y Medio Ambiente de Verinsur, quien habló sobre la ‘Ecomomía circular en la gestión de residuos’.

Con una ponencia muy gráfica y amena, repasó el proceso evolutivo que ha tenido la empresa en los últimos años en la gestión de residuos, diferenciando la diversidad de posturas entre productor y gestor. Así, mientras “el gestor siempre ha tenido presente esa concienciación”, en el productor “ha ido llegando con el cambio de normativa”.

A la hora de mencionar esa evolución en Verinsur, Inmaculada López señaló la importancia del trabajo diario, con el seguimiento de los procesos, la inversión en equipos y maquinaria; pero también “la mejora de instalaciones y procesos”.

Así, mediante modificaciones sustanciales, se ha conseguido reducir “el consumo de agua”, de 2013 a 2023 “hemos ahorrado el agua equiparable a llenar 50 piscinas”; reducir el consumo mediante la instalación de energías renovables, “equiparable al consumo eléctrico que se gasta en Villaluenga del Rosario en un año”; o la valorización de los envases de plástico y metálicos, “con un ahorro de 25.000 toneladas de CO2 o lo que es igual, 675.000 bombonas de butano”. 

Asimismo, la utilización del biogas ha permitido usar 20.000 megavatios dentro de su propia instalación, con un ejemplo gráfico, el consumo de gas en Castellar en un año. 

El cierre de estas jornadas, que contó con la presencia de empresas y profesionales del sector, corrió a cargo de Tomás Valiente, director general del Grupo Joly, quien incidió en el compromiso y la preocupación de la empresa “con el Medio Ambiente” y agradeció a Verinsur el apoyo en la puesta en marcha de la mismas.