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TRÁFICO
La DGT vela este verano para que la circulación en nuestras carreteras sea lo más ordenada posible y se produzca el menor número de accidentes posibles. El regreso de la normalidad circulatoria con el fin de las limitaciones de movilidad y el aumento ostensible de movimientos por carreteras este mes de agosto, con previsión de casi cincuenta millones de desplazamientos, pone en alerta a las autoridades, que trabajan para que España siga liderando el descenso de muertes en carretera de la UE en el siglo XXI, tal y como ha resaltado recientemente un informe elaborado por el European Transport Safety Council.
España lidera, junto a Lituania y Letonia, el 'ranking' de países europeos que han reducido el número de muertes en accidentes de tráfico en el período 2001-2020, con un descenso de mortalidad del 75%, mientras que en la última década España se situó como cuarto país con un descenso del 45% en este tipo de muertes. La última estadística estudiada determina que entre 2019 y 2020 el número de fallecidos en carreteras españolas ha disminuido un 22 %, mejorando la media europea.
Muchas han sido las voces discordantes en los últimos tiempos respecto a la inversión en conservación de su infraestructura viaria, pero la realidad es que España ha recogido en la última década el retorno en seguridad de la alta inversión realizada a principios de Siglo XXI y que mantener esa proporción con el paso de los años se hace insostenible a la hora de ajustar presupuestos en el reparto de partidas.
En estos momentos España puede estar a la cola en inversión en conservación de su infraestructura viaria, muy lejos de otros países de la Unión Europea como Italia, Alemania o Francia, tal y como denuncia la Asociación Española de Carreteras (AEC). Estamos ante una situación que se ha visto acrecentada desde el estallido de la crisis financiera de 2008, lo que ha llevado a que los presupuestos en conservación hayan pasado de los 1.300 millones de euros en 2009 a los 760 millones.
Sin embargo, esas inversiones iniciales realizadas ha permitido que en la última década, entre 2010 y 2020, España haya registrado un descenso del 45% de los fallecimientos en carretera (de 2.478 a 1.366), situándose como cuarto país, sólo por detrás de Noruega, Grecia y Portugal.
¿En qué se sustentan estos buenos datos de nuestro país? Pues además de en la mejora en las infraestructuras España fue pionera en la implantación de controles antidrogas en sus carreteras, ha ajustado los límites de velocidad y las restricciones derivadas de la pandemia de la covid-19 han contribuido al descenso de la siniestralidad.
Por último el informe destaca el papel de España en la implantación de medidas específicas de seguridad para motoristas, uno de los colectivos más vulnerables en las carreteras según los últimos datos de siniestralidad de la DGT.
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