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México, el país de los 32.000 homicidios al año que ya desbanca a España en la Liga Económica Mundial

A pesar de la corrupción policial/judicial, una nueva clase media ha modificado el paisaje urbano y exige cambios a Sheinbaum

Sheinbaum reclama a España que aproveche el 12-O para disculparse con los pueblos originarios de México

Jóvenes de clase media en la peatonal Madero, una de las calles más emblemáticas de Ciudad de México. / José Ángel Cadelo
José Ángel Cadelo

13 de octubre 2024 - 06:42

Las calles de la Zona Rosa de Ciudad de México se están llenado de automóviles asiáticos. Las nuevas marcas chinas han venido al país para quedarse: los concesionarios proliferan por todas las esquinas y JAC y BAIC ya tienen plantas de ensamblaje en México (Ciudad Sahagún y Veracruz, respectivamente). BYD, MG Motor y Geely también han expresado planes para establecer pronto fábricas en el país. Los híbridos y eléctricos han sacado de las calles a aquellos herrumbrosos Celebrity y Cutlass que, con años (¡décadas!) a sus espaldas, definían en los años noventa el paisaje automovilístico de esa ciudad inabarcable.

Los numerosos y resplandecientes centros comerciales son otro gran síntoma del surgimiento de esa nueva clase media que ya representa el 42% del total de la población: la forman, sobre todo, familias biparentales que ya pueden gastar su dinero en ayuda doméstica, centros de belleza y médicos privados. Comen y beben los fines de semana en Wingstop o Samborns. Basta pasear por The Park, en la otra vez próspera ciudad minera de San Luis Potosí, para comprobar cómo los dependientes de las diferentes tiendas de Inditex no dan abasto. Tampoco tienen tregua los de Nike, Tommy Hilfiger, Timberland, North Face o Kalvin Klein. Definitivamente ya no hay dos méxicos, como defendían hace treinta años los caucásicos niños de clase alta. Muy atrás quedó aquel viejo país en que, o tenías tres coches del año en curso en el garaje o andabas en bicicleta (o vestías en Liverpool o ibas descalzo, también decían). Ahora son tres los méxicos, aunque la clase alta (altísima, gracias en buena medida a los salarios ridículos de la mano de obra no cualificada) sigue representando menos del 2% de la población.

Las quinceañeras no escatiman el día de su gran fiesta. / José Ángel Cadelo

A pesar del ensanchamiento de esa nueva burguesía que ocupa por las noches todas las mesas de Juan Gallo o Antojitos El Pozole (en la misma ciudad de San Luis, donde numerosas empresas chinas han posado sus ojos), México sigue siendo uno de los únicos tres países del mundo en que el 1% de la población posee más riqueza que el 99% restante (brecha social que tiene lugar también en Mozambique y República Centro Africana).

Corrupción desbordada

El motorista de la Policía de Tránsito de Tlalneplanta obliga al turismo a abandonar de la carretera de CDMX a Querétaro y lo conduce hasta un inquietante descampado. El agente no levanta la visera negra de su casco. Acusa al conductor, sin prueba alguna, de superar el límite de velocidad de la vía. Le amenaza con una multa de 8.000 pesos (375 euros) y llamar a la grúa para que se lleven “el carro al corralón hasta mañana”. El conductor (autor de estas líneas) ofrece al agente “otra forma de solucionar este malentendido”. “¿Cuánto va a darme para que le ayude?” pregunta sin disimulo el armado agente de la autoridad. Tras el tenso regateo y el abono de una mordida de 500 pesos (25 euros), el corrupto policía abandona rápidamente la escena.

Muchos pueblos, como Cerro de San Pedro, conservan su mejor esencia. / José Ángel Cadelo

López Obrador llegó a decir que había acabado con la corrupción policial. Desmanteló la Policía Federal, completamente podrida, y la remplazó por la nueva Guardia Nacional, adscrita a la rama militar del Gobierno. Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta, está organizando ahora una Agencia Federal Anticorrupción para perseguir y sancionar a funcionarios como el de Tlalneplanta. Sabe que, sin un cuerpo de policía limpio, será imposible reducir la ola de crimen que asola al país: 32.000 homicidios al año (en España no llegan a 300) y un 99% de impunidad. De cada 100 delitos que se cometen, solo 6,4 se denuncian; y de cada 100 delitos denunciados, solo se resuelven 14.

El urgente desarrollo económico de México no llegará sin un sistema fiable de policía ni sin la inversión necesaria en infraestructuras. Algunos mexicanos, como Ricardo Olivares, profesor de Comunicación, creen que “el futuro sigue lejos, aunque hay signos de progreso”. Se refiere, por ejemplo, a la lucha contra la mendicidad infantil, que está dando sus frutos: aquellos niños que, hace tres décadas, limpiaban los parabrisas en los semáforos a cualquier hora del día, casi han desaparecido de las calles. “En muchos otros aspectos, como el de la seguridad o la corrupción judicial, México sigue siendo un estado fallido”, remata Olivares.

Infraestructuras

Salvo algún ferrocarril turístico (como el lujoso Tequila Express), el suburbano del Valle de México o el interurbano CDMX-Toluca, no circulan trenes de pasajeros en la República desde hace casi tres décadas. Sobre la mesa de Sheinbaum hay un proyecto de varios miles de kilómetros ferroviarios para pasajeros y mercancías. Mientras tanto, las pequeñas aerolíneas domésticas facilitan las conexiones entre las principales ciudades. Las carreteras, incluso las autopistas de peaje, no ofrecen seguridad: suelen disponer de carriles estrechos, arcenes mínimos o inexistentes, profundos y repentinos baches y pésima señalización. En 2023 hubo 16.000 muertos en accidentes de circulación en las carreteras de México, una de las tasas más altas del mundo. Además, los numerosos asaltos armados a vehículos (sobre todo, de mercancía) son uno de los grandes lastres para la economía del país. En 2023 se cometieron 14.000 asaltos a transportistas, casi todos con violencia, encañonando al conductor desde otro vehículo hasta obligarlo a salir de la vía. Resultaron muertos en ellos un total de 150 conductores.

Mujer con su hija por el centro de San Luis Potosí / José Ángel Cadelo

Ante estas cifras descontroladas, los mexicanos pudientes, además de rodear sus viviendas con cercas eléctricas de alto voltaje, se preguntan cuál va a ser el futuro del país y cuándo va a tener lugar ese despegue que esperan. De momento, el gran desafío de Sheinbaum es la reducción del índice de homicidios y la agenda social, feminista y ecologista. Tendrá que canalizar pronto las grandes expectativas generadas en torno a su capacidad política o, de no ser así, su continuidad en la presidencia, que depende del Congreso de la Unión, se verá comprometida.

Con todo, el gobierno de MORENA ha llevado a México ha desbancar a España del Top 15 de las economías mundiales. Su PIB anual es, por primera vez, superior al español (aunque el PIB per cápita sea casi tres veces inferior al de España). Sin embargo, para el Índice de Desarrollo Humano (que mide esperanza de vida más alfabetización más ingresos per cápita), México ocupa el puesto 77 a nivel mundial, cincuenta escalones por debajo de España.

La media de edad de los mexicanos es de 29 años, frente a los 45 de los españoles

La llamaron Zona Rosa por la costumbre de sus moradores de pintar de ese color las fachadas de sus casas. Sin embargo, aquellos lujosos negocios que animaban el barrio en los ochenta se han trasladado todos a Polanco, el nuevo gran barrio de clase alta. Los locales comerciales que quedaron en la Zona Rosa, entre Reforma y Avenida de Chapultepec, fueron ocupados por bares de micheladas, muchos de ellos específicamente destinados al público gay. La alcaldía ha pintado con los colores del arcoíris los pasos de cebra. Hace años que la policía no extorsiona a los transeúntes por sus expresiones afectivas o su forma de vestir, cosa que fue normal hasta bien entrados los noventa. Ahora, cada noche, los jóvenes se reúnen en los alrededores de la peatonal Génova para botanear y beber jarras y jarras de cerveza a ritmo de corrido o rock and roll.

Los “chilangos” se divierten en las trajineras de Xochimilco. / José Ángel Cadelo

Algo más al norte, en La Villa, vecinos de todo el país culminan sus peregrinaciones frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe. Todavía nadie abandona o regresa a México sin pasar a saludar a La Señora. El conjunto de las basílicas vieja y nueva y el Cerro del Tepeyac representa una isla de orden y paz en medio del alboroto de una colonia popular, ruidosa y deteriorada. Para comunicar todos esos barrios obreros con el centro y mejorar la movilidad ciudadana, el Ayuntamiento está instalando teleféricos de transporte colectivo. Lo llaman cablebús, son más fiables que los taxis y autobuses y están siendo recibidos como una alternativa fresca y futurista a un tráfico vial insoportablemente lento y contaminante.

Los mexicanos veinteañeros de 2024 saben ya bien cómo funcionan las cosas en Europa y exigen cambios profundos a sus representantes. Según las encuestas más fiables, no les importa si Felipe VI debe pedirles perdón por algo: lo que quieren es seguridad para poder abordar un taxi, policías y jueces honestos, una educación pública de calidad y medidas medioambientales eficientes. Dicen que han votado a Sheinbaum por eliminación.

Llega el fin de semana y los canales de Xochimilco son un buen lugar donde festejar que se tiene trabajo, se está vivo o se consiguió un visado para los Estados Unidos. A bordo de las trajineras coloridas y al ritmo de los mariachis y las bandas norteñas beberán y bailarán hasta quedar exhaustos. El país se transforma. ¡Son los tiempos, señor!, como decía el arriero de la novela de Juan Rulfo.

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