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Cádiz/De femicidios y otros asesinatos de mujeres a manos de hombres (39 para el Gobierno/ 70 según la página de referencia feminicidio.net); de violencia contra la mujer en el seno del hogar y en las instituciones; de poder y de resistencia; de las ramas y raíces del patriarcado se habló, se clamó y se revolvió buena parte de la sociedad este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en un rosario de convocatorias que coparon, prácticamente toda la jornada en la capital gaditana. ¿Mejor juntas? ¿Mejor separadas? Quizás, en estos tiempos pandémicos, con un virus que engorda entre masificaciones, no sea el momento adecuado para la reflexión, pero la foto queda, ciertamente, deslucida cuando cada asociación, organización e institución pública se arma por su lado.
Más aún cuando las consignas se repiten (“no es un caso aislado, se llama patriarcado”/ “si tocan a una, nos tocan a todas”/ “resistencia, re-sis-ten-cia”) en cada concentración nacida desde la plena conciencia que a las mujeres se las está matando por el hecho de ser mujeres y que son el machismo y el abuso de poder azuzado desde la lógica patriarcal los sustratos que alimentan cada acto violento contra la mujer, desde el verbal, al psicológico como al físico.
Denominadores comunes de las, al menos, cinco convocatorias que se celebraron este jueves en diferentes puntos de la ciudad. La más madrugadora, y posiblemente la que dejó la foto más insólita, fue la que Comisiones Obreras convocó en la Universidad de Cádiz amparados en el movimiento de Hombres por la Igualdad. Así, a las once menos cuarto de la mañana, en la fachada principal del edificio Hospital Real en el Campus de Cádiz (junto a la iglesia de la Castrense), unas decenas de hombres, entre ellos el rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Piniella, se manifestaron contra la violencia de género, a favor de la igualdad y contra la desigualdad sexista, comprometiéndose a “querer ser parte de la solución y no del problema” y “modelos de hombre pacíficos, igualitarios y dialogantes”.
Además, los convocantes (la sección sindical de CC OO en la UCA) se comprometieron a seguir impulsando la Campaña Internacional del Lazo Blanco de Hombres contra la Violencia hacia las mujeres, una iniciativa que nació en Canadá en 1991 y que se ha ido extendiendo por diferentes continentes y países.
Todavía la pancarta de los Hombres por la Igualdad no sehabía terminado de plegar cuando en la Subdelegación de Gobierno, otro hombre, José Pacheco, presidía un emotivo acto donde se reconocieron en el árbol de la esperanza “a las 39 víctimas” que ha dejado este año en España la violencia machista.
Con todo, el subdelegado de Gobierno en Cádiz quiso lanzar un mensaje de esperanza (“espero que todas las acciones que se están haciendo por parte del Gobierno y de las instituciones den frutos y el año que viene ojalá no tengamos que lamentar ningún tipo de asesinato machista de ninguna mujer ni de ningún niño a manos de ningún hombre”) pero también un llamamiento a que “esta vergüenza” que es “para la sociedad en pleno siglo XXI la violencia de género” sea “cosa de todos”. “Tanto a nivel de colaboración interinstitucional como a nivel de toda la sociedad ,en general, porque muchas veces este tipo de agresiones y asesinatos se producen en el entorno privado y las instituciones no llegamos pero sí llega un vecino o un amigo. Hay que ayudar a la mujer, ayudar a que llame al 016 o a que se acerce a pedir asesoramiento y que denuncie”, animó al término de la lectura de la declaración institucional con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres aprobado por el Consejo de Ministros.
Así, el subdelegado recordó desde el Gobierno estas intenciones se materializan en los próximos presupuestos generales del Estado donde se aumenta en 56 millones de euros (286 millones en total) las partidas en todos los programas vinculados al Pacto Contra la Violencia de Género.
Desde la Delegación del Gobierno andaluz en Cádiz, fueron tres las mujeres encargadas de leer la declaración institucional aprobada por el Consejo de Gobierno: la máxima autoridad de la comunidad en la provincia, Ana Mestre; la delegada territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Ana Fidalgo, y la asesora de programa del Instituto Andaluz de la Mujer, Celia Mañueco.
Un manifiesto donde se aludía a algunas de las medidas adoptadas en la lucha contra las violencias machistas como la Estrategia Andaluza para la Lucha contra la Trata de Mujeres y Niñas con fines de explotación sexual, el Plan Integral de Sensibilización y Prevención contra la Violencia de Género o el Plan Estratégico para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Andalucía que se está ultimando. “Todo ello es ejemplo del absoluto compromiso del Gobierno en la lucha contra la violencia de género y por construir una sociedad igualitaria donde andaluzas y andaluces gocen de los mismos derechos, y se continúen dando pasos, firmes y certeros para erradicar la violencia de género en esta tierra”, aseguró la delegada que quiso dejar claro que “ante la violencia de género no puede haber debates, ni enfrentamientos partidistas o ideológicos porque como democracia tenemos que avanzar en la misma dirección”.
Una alusión, quizás, a los desencuentros que provocan esta materia con algunos de sus socios de Gobierno. Esa “extrema derecha” a la que aludía el alcalde de Cádiz, José María González, que “viene a cuestionar” los derechos y libertades que “tanto sudor nos ha costado conseguir” y tenemos que ser “todas y todos más sólidos contra la violencia machista para eliminarla de forma definitiva de una sociedad que nos pertenece”, expresaba el primer edil en “repulsa” a esta “lacra”, que “ha acabado con la vida de 70 mujeres este año”, al término de la concentración convocada por las asociaciones de mujeres con el apoyo del Gobierno Local que comenzó a las doce de la mañana en la plaza del Palillero.
En esta tercera convocatoria del día fue Rosa Núñez, representante de los colectivos de mujeres en el Consejo Municipal, a la sazón, presidenta de Las Desamparadas, la encargada de poner voz a un manifiesto que hacía hincapié en que “poner fin a la violencia contra las mujeres es asunto de todas y todos”.
Un texto donde se hacía referencia a los asesinatos de mujeres, de sus hijos, fruto envenenado de la violencia vicaria, y a las violencias que sufren, especialmente, las mujeres con discapacidad, “una de cada cuatro mujeres con discapacidad sufre violencia de género y el 20% de las víctimas mortales presenta algún tipo de discapacidad”, según recogía el manifiesto.
“¡Basta ya de asesinatos! ¡Basta ya de momentos de silencio!”, gritaba Núñez poniendo punto y final a la lectura que estuvo jalonada por diferentes consignas feministas por parte de los más de dos centenar de asistentes.
Ese mismo escenario, la céntrica plaza del Palillero, también fue el altavoz para la asociación RadFem Cádiz, Mujeres Feministas de Cádiz, Carnaval Feminista y el Partido Feminista de España que desde las seis y media de la tarde se reunieron para poner de manifiesto no sólo su hartazgo por los asesinatos machistas (“¡quien ama, no mata, ni humilla ni maltrata!”) sino también por la mercantilización del cuerpo de la mujer (“el consentimiento no se compra”/ “¡las mujeres no somos mercancía”), por “la inexistente agenda feminista” del Gobierno de este país (“¡no soy cis ni tampoco una privilegida, por ser mujer mujere somos asesinadas!”) y, sobre todo, por la indolencia social generalizada (“¡señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente!”).
Fueron algo más de medio centenar de personas las que quisieron compartir con estas activistas este 25N donde leyeron como manifiesto una texto de Tribuna Feminista donde dejaron patente la necesidad de la implantación de políticas específicas para frenar los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres en un contexto en el que “nos dicen que ser mujer es un sentimiento”, adujeron. Además de recordar que en este país, el primero en Europa de consumo de prostitución, “entre 300.000 y 500.000 mujeres son prostituidas, no son prostitutas, sino que las prostituyen un proxeneta que se lucra cada día”.
Contra otra de las violencias que sufre la mujer, la violencia institucional, y, en concreto, contra la violencia judicial, se protestó específicamente en la última de las convocatorias que por el 25N se celebró en la capital. Una cita apoyada por otro par de centenares de gaditanos que acudieron a la puerta del Palacio de Justicia siguiendo la llamada de la Comisión 8M Cádiz y donde se pudieron ver las pancartas de Aghois, de Colectiva Jarana y Acción Feminista, entre otras asociaciones.
Además de hacer público un manifiesto transfeminista, anticapitalista y antirracista, los convocantes colocaron también una Alerta Roja por Patriarcado en la sede judicial como llamada de atención contra “las sentencias patriarcales” y los procesos judiciales donde “se juzgan a la persona, a la mujer, y no al delito”, protestaron.
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