Un fallo en la AMOC traería más ciclones tropicales a la costa gaditana
medioambiente
Tanto el estudio publicado la semana pasada en 'Nature' como las estimaciones del IPCC no ofrecen una fotografía exhaustiva de la corriente termohalina
La Corriente Circular del Atlántico puede colapsar a mediados de siglo
Entre las alarmas de los últimos días, un estudio en Nature auguraba que la principal corriente marina del Atlántico podría colapsar en una fecha tan temprana como 2025. Entre las alarmas de los últimos días, un estudio en Nature auguraba que la principal corriente marina del Atlántico podría colapsar en una fecha tan temprana como 2025.A nivel profundo, la circulación en este océano funciona como un intercambio a partir de las diferencias de densidad de flujo: una enorme corriente que transporte el agua cálida desde los trópicos hacia el norte, donde se enfría, se vuelve más pesada y se hunde, en un proceso que se denomina de “convección y formación de aguas profundas. Esa es el agua que va hacia el sur, donde refrigera y oxigena las aguas ecuatoriales”.
Ricardo Sánchez Leal recopila algunas puntualizaciones respecto al estudio de Nature: un proyecto que realiza mediciones de análisis estadístico complejo a partir de registros de temperatura marina superficial y otros relacionados, pero que puede simplificar la interrelación de factores dentro de un sistema más profundo. No analiza, por ejemplo, nuevas mediciones de la AMOC (disponibles desde 2004): “Pero, a partir de sus datos, sugieren que la variabilidad está aumentando y deducen que el sistema se encamina a un punto de no retorno”.
Esto no quita que la Corriente Circular del Atlántico se haya debilitado en los últimos cien años y que, de hecho, actualmente esté en su punto más flojo de los últimos mil años. Esto no quita que la Corriente Circular del Atlántico se haya debilitado en los últimos cien añosUn fenómeno que tiene, y no tiene que ver, con las altas temperaturas, que afectan sólo a una capa superficial del agua. Ahora bien “esta subida de temperaturas en las zonas polares genera condiciones que pueden ser suficientes para detener la convección profunda y provocar el colapso de la AMOC”.
El estudio llama la atención, entre otras cosas, porque no coincide con las estimaciones del IPCC, más conservadoras, que sostienen que la probabilidad de un cambio en la gran corriente atlántica no debería ser superior al 10% en este siglo: aún así, el Panel del Cambio Climático tampoco incluye en toda su crudeza factores como la entrada de agua dulce del deshielo del Ártico y de Groenlandia, que “añade flotabilidad a las capas superiores del océano boreal, lo que complica la formación de agua profunda”, añade Sánchez Leal.
“También existen otros procesos –continúa el científico– capaces de condicionar esta situación. Uno de ellos, es la entrada de agua muy salina procedente del Mediterráneo: agua muy salina procedente del Mediterráneo un fenómeno complejo pero relevante. La idea aquí es que existen muchos procesos que son importantes pero que no se contabilizan en los modelos de proyección del IPCC”.
El colapso de la AMOC, aunque fuera su “ralentización”, tendría enormes efectos sobre el clima mundial. “Quizá los más inmediatos –prosigue Sánchez Leal–, relacionados con la Corriente del Golfo, se verían en el noreste europeo”.
Por cierto, que la Corriente del Golfo no es sino una de las partes de la AMOC: la que actúa a nivel más superficial, muy influenciada por los vientos. Quien corta el bacalao es la corriente matriz, responsable de algunos de los cambios climáticos del pasado. Así, al no llegar el flujo caliente al norte de Europa, “lo esperable sería que el acúmulo de hielo invernal no fuera capaz de desaparecer al verano siguiente”. Una alteración de este tipo es, de hecho, una de las hipótesis que se sostienen para la Pequeña Edad de Hielo. En las zonas del trópico, el aumento de temperatura llevaría a la interrupción de los monzones –con tremendas consecuencias para la agricultura de las áreas más pobladas del planeta–, así como la desertificación de las regiones subtropicales y un mayor número e intensidad en los fenómenos tormentosos.
¿Y en la zona gaditana? Si la AMOC se alterara, lo que sufriríamos aquí sería “ una mayor entrada de ciclones tropicales”.
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