Airtificial pierde casi 35 millones en su primer ejercicio completo
Resultados de 2019
La empresa achaca sus números rojos a las fuertes provisiones realizadas
El negocio de robótica representa el 50% de los ingresos
Airtificial, la empresa surgida de la fusión de Carbures e Inypsa, cerró 2019, su primer ejercicio completo de vida, con unos números rojos de 34,7 millones de euros, según los resultados anuales presentados ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La compañía presidida por Rafael Contreras achaca estas pérdidas “a la dotación de provisiones extraordinarias durante el ejercicio”, en clara referencia al ejercicio de realidad que realizó en el primer semestre, cuando provisionó 25 millones por el ajuste del valor en libros de varios activos, y reservó otros 3,2 millones por el impacto de una sentencia adversa en los tribunales de Nueva York.
La compañía ingresó 88,4 millones de euros en 2019, frente a los 43,7 millones de 2018, aunque hay que tener en cuenta que la comparación no es homogénea, ya que la cifra de 2018 que Airtificial aporta a la CNMV sólo recoge el ejercicio completo de Inypsa y los ingresos de Carbures que corresponden únicamente a los dos meses de noviembre y diciembre de 2018.
El Ebitda también fue negativo (–0,2 millones), en contraste con los 5,3 millones de 2018, por el “relevante proceso de reorganización industrial que ha tenido impacto en el resultado operativo de negocio”. Esta reestructuración ha llevado a la empresa a la desinversión de “activos no estratégicos de eficiencia energética y energía renovable”, que ha llevado a que la cartera de pedidos hasta 2024 se reduzca a 142,6 millones, frente a los 181,9 de 2018.
Por áreas de negocio, la división de Intelligent Robots facturó 43,9 millones de euros, lo que representa prácticamente el 50% de los ingresos. Esta actividad cerró 2019 con unas pérdidas de 3,9 millones de euros, aunque el Ebitda fue positivo (6,4 millones), “gracias a la estrategia en innovación y desarrollo de soluciones a medida de los clientes”.
Intelligent Robots recibió pedidos durante 2019 “por valor de 45,4 millones, récord histórico para la unidad”. Además, la empresa destaca que ha conseguido nuevos clientes “por valor de 11,7 millones en Asia, México y Europa, asegurando el objetivo de diversificación de cartera”. Airtificial se marca como objetivo el inicio de la actividad en la India, “país emergente que se estima que en 2025 será el tercero a nivel mundial en la industria de componentes.
“Esta apertura, junto a la de China, completa la presencia en los dos países asiáticos con mayor proyección”, señala la compañía, que también busca consolidar “su introducción en el mercado del coche eléctrico” así como en la nueva generación de dirección “de doble piñón” para automóviles.
Por su parte, la unidad de negocio de Aerospace & Defense facturó 23,7 millones y registró un Ebitda positivo (0,8 millones), pese a que perdió 5,1 millones. En 2019 cerró su primer contrato para una “solución robótica” que agiliza las labores de ensamblaje del A350. Airbus se afianza como un cliente clave, con un pedido para el A330MRTT –el modelo de reabastecimiento en vuelo que se basa en el A330–, además de participar en el “desarrollo del proyecto Future Falcon de Airbus Defense & Space”.
Esta unidad, que ha iniciado “un plan de reorganización industrial y geográfico”, participa en la “finalización de la segunda cápsula de Hyperloop” y cuenta con un acuerdo con la empresa holandesa PAL-v, que está desarrollando un coche volador. Por último, la unidad de infraestructuras ingresó 20 millones, perdió 1,3 millones y su Ebitda también fue negativo (–1,3 millones).
En cuanto a las áreas geográficas, Europa –España y Polonia– sigue siendo la principal fuente de la facturación, con 40 millones de euros. Le sigue América, con 34,9 millones, mientras que Asia aporta 12,3 millones de euros. La empresa cuenta con una plantilla de 740 trabajadores, de los que 561 son hombres y 179 mujeres.
Cambios en la gestión
Airtificial se despide así de un turbulento ejercicio en su gestión, por la que pasaron tres consejeros delegados –Borja Martínez-Laredo, sustituido por Javier Martín, quien a su vez dio paso a los tres meses de su nombramiento al actual vicepresidente ejecutivo, Rafael Suñol– y en el que se ha dejado el 34% de su valor en bolsa.
La empresa encara unos meses cruciales para su futuro, en los que tiene que ejecutar la ampliación de capital de 15 millones garantizada por sus principales accionistas, a los que se suma otra de 4, 3 millones por la compensación de créditos a Anangu de la etapa de Carbures.
Black Toro Capital, el mismo fondo que controla Torrot –la empresa que ha cancelado la construcción de una planta en Cádiz–, es el máximo accionista, con el 21% de los títulos. Le siguen dos de los antiguos propietarios de Inypsa, Leonardo Sánchez-Heredero (15,1%) y el ex periodista Lalo Azcona (7,2%), mientras que Rafael Contreras, también vinculado a Torrot, controla el 7,1% del capital. El Grupo Melca, una firma asturiana que participaba en Inypsa, cuenta con el 5%, mientras que María Paz Pérez tiene una participación del 3,1%. El resto del capital cotiza en bolsa.
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