La Almoraima rechaza que todos sus suelos se integren en Los Alcornocales

La entidad discrepa con los valores esgrimidos por la Junta e insiste en que es una maniobra contra la venta Prevén alegar y ampliar el Contencioso contra la administración regional

Un rebaño de ovejas pasta en terrenos de la finca pública estatal La Almoraima, en una imagen reciente.
A. R. Castellar

05 de mayo 2015 - 05:01

La dirección de La Almoraima, el latifundio público estatal enclavado en el término municipal de Castellar de la Frontera, rechaza el procedimiento de ampliación del parque natural de Los Alcornocales promovido por la Junta de Andalucía que prevé integrar una franja de aproximadamente 1.400 hectáreas en el parque, el equivalente al 10% de la finca. El resto hasta las 14.113 hectáreas que componen La Almoraima ya forman parte del parque natural desde su declaración, en 1989. Esta ampliación del parque natural (que también incluye otros suelos públicos y privados) salió a exposición pública a finales de la semana pasada.

Isabel Ugalde, directora gerente de La Almoraima SA, la sociedad pública que gestiona la finca, discrepa con los valores ambientales esgrimidos por la Junta para proponer la inclusión de la totalidad de la finca en el parque natural. Para Ugalde, en declaraciones a este periódico, no existen necesidades ambientales que justifiquen esta decisión y sí un interés político por bloquear la venta de la finca que, como se recordará, el Estado puso en el mercado en enero de 2014. Justo unos días después, la Junta anunció el inicio de la revisión de los límites del parque y su previsión de proteger todo el latifundio. "La Junta de Andalucía sigue erre que erre con una decisión que no tiene nada que ver con el parque natural. Es algo absolutamente distinto porque estos suelos han estado ajenos al parque natural desde su creación, en 1989, y no es hasta que se anuncia la venta hasta que reparan en ellos", apunta Ugalde.

La dirección de La Almoraima deja claro que presentará alegaciones (el plazo se mantendrá abierto hasta el próximo 26 de mayo) sin menoscabo de completar las acciones judiciales interpuestas contra la administración regional. El Estado planteó un Contencioso-Administrativo contra la decisión de ampliar el parque natural al poco de emprenderse el proceso por la Junta. "Por supuesto que cualquier decisión que se adopte por la Junta de Andalucía se incorporará al procedimiento. Ya se llevó a los tribunales el acuerdo del Consejo de Gobierno que puso en marcha la ampliación del parque y, desde entonces, la administración autonómica viene dilatando intencionadamente el proceso. Incluso ha sido apercibida varias veces por los tribunales por estos retrasos en aportar información o para continuar con los trámites judiciales", sostiene Ugalde.

La directora gerente insiste en que integrar la superficie de La Almoraima que aún no forma parte de Los Alcornocales es algo "sin pies ni cabeza" salvo que se busque depreciar el valor de venta de la finca o limitar sus opciones de desarrollo. "Es una estrategia. No tiene nada que ver con la defensa del medio ambiente. Es una cabezonería de la Junta de Andalucía. No hay nadie que quiera conservar más la finca que el Estado. El resto es demagogia", valora Ugalde. La Almoraima planteó un plan turístico en esta superficie que fue rechazado por el Ayuntamiento de Castellar y que promovía la construcción de equipamientos tales como un aeródromo, un campo de golf o un hotel de lujo para dar valor a la finca antes de su venta.

Y, además, Ugalde dice ver un doble rasero con trasfondo político ya que, apunta, en terrenos colindantes con los que se propone proteger hay proyectos urbanísticos ya definidos. "Uno en Sotogrande y otro en Castellar", precisó, por lo que censura que con la protección se devalúe la finca pública. "Devaluar el patrimonio de todos los españoles cuando hay proyectos urbanísticos similares al lado no es positivo. Lo que se promovía era una actuación económicamente viable. El Estado va a defender su patrimonio, porque el patrimonio de la Almoraima es el patrimonio de todos", apuntó la directora gerente, quien apuntó que en manos privadas o públicas, lo que interesa es que la finca tenga el máximo valor y opciones de desarrollo posible.

"Estas 1.400 hectáreas no son necesarias para el pasillo de conectividad con la costa ni para el paso de fauna. Exponen la existencia de unas especies de plantas que no se encuentran en estos suelos", agrega la directora gerente. La superficie libre de La Almoraima que la Junta prevé integrar en Los Alcornocales está compuesta -dice Ugalde- por pastos (800 hectáreas), cultivos de secano y regadío, una pequeña masa boscosa de pinos y otra de alcornoques. "Nada de las cuatro plantas que dice la Junta que existen y que hay que proteger. No están en esa zona", insiste la representante del Estado.

La directora gerente también afea que la Junta se centre en la superficie del latifundio mientras mantiene problemas ambientales en la zona como vertidos de la estación depuradora de Castellar. "Vertidos que llegan a La Almoraima y que los propios agentes de Medio Ambiente de la Junta han denunciado", concluye Ugalde.

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