Armada: Los militares gaditanos que ayudaron en el terremoto de Turquía regresan a casa
El buque 'Juan Carlos I', con 500 infantes de Marina, y la fragata 'Victoria' llegarán el martes a la Base de Rota
El 'Grupo expedicionario Dédalo' culmina un "ambicioso despliegue" con adiestramientos con países aliados y la operación humanitaria
Reconocimiento al trabajo del infantes de Marina y el Grupo Dédalo en Turquía
La llegada a la Base Naval de Rota del buque Juan Carlos I y la fragata Victoria el próximo martes 28 de marzo pondrá punto final al despliegue Dédalo-23, que se inició el pasado 16 de enero con el objetivo de incrementar el adiestramiento de las unidades con países aliados y que incluyó finalmente una operación de rescate y auxilio humanitario en Turquía tras el terremoto.
El Grupo, al mando del contralmirante Gonzalo Villar y que preparaba su calificación y certificación para la incorporación en 2024 a la “NATO Readinees Initiative” (NRI), se formó articulado en torno al ‘Juan Carlos I’, con una unidad aérea embarcada compuesta por aviones Harrier AV8B+ y helicópteros de la 5ª y 10ª Escuadrillas, un Batallón Reforzado de Desembarco de Infantería de Marina con más de quinientos efectivos del Tercdio de Armada, las fragatas Victoria y Blas de Lezo, los buques anfibios Galicia y Castilla y el buque de aprovisionamiento de combate Cantabria. También contó inicialmente con un destacamento de helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, y, en una segunda fase, con el submarino Tramontana.
Las catastróficas consecuencias del terremoto ocurrido en Turquía y Siria la madrugada del día 6 de febrero modificaron radicalmente las previsiones operativas y el Grupo Expedicionario ‘Dédalo 23’ puso rumbo a la costa turca, alistándose para dar apoyo y ayuda humanitaria a la población afectada. Entre los buques se encontraba el ‘Galicia’, veterano en las operaciones humanitarias del huracán ‘Mitch’ en Centroamérica en 1998 y del tsunami de Indonesia en 2005.
"El ambicioso despliegue 'Dédalo 23' ha permitido comprobar la capacidad expedicionaria de la Armada para proyectar una fuerza naval durante un periodo prolongado y lejos de sus bases, operando con otras armadas y agrupaciones OTAN en escenarios diversos mostrando, una vez más, la polivalencia y capacidad de adaptación de sus unidades a situaciones imprevistas, tal como ocurrió tras el terremoto en Turquía y Siria, para prestar con éxito auxilio a la población afectada sin merma de sus capacidades operativas", han manifestado desde la Marina española.
Finalizados los últimos ejercicios y tras hacer escala en Nápoles, donde recibió la visita de la Ministra de Defensa, puso proa a Valencia para rgresar, diez semanas después de su partida a casa, a su Base en Rota , donde llegará este martes.
Adiestramientos iniciales
Tras su salida de Rota se efectuaron operaciones anfibias a lo largo del litoral español en Almería, Cartagena y Mallorca. Entre el 23 y 27 de enero la acción se trasladó a las costas de Córcega y Tolón, para realizar operaciones anfibias con intervención de lanchas de desembarco LCM del Grupo Naval de Playa, lanchas rápidas Supercat y helicópteros SeaHawk SH-60B y SH-60F de la Flotilla de Aeronaves, que permitieron a más de trescientos cincuenta infantes de marina y cuarenta vehículos del Tercio de Armada proyectar el poder naval en un ejercicio sobre el territorio francés.
"El Grupo Expedicionario Dédalo 23 demostró su interoperabilidad con fuerzas internacionales2, explican desde la Armada, intercambiando sus helicópteros con los NH-90 del portaaeronaves francés Tonerre, al tiempo que un equipo conjunto de buceadores de combate hispano-francés realizaba reconocimientos hidrográficos previos a los desembarcos. Los buques españoles también realizaron ejercicios en la mar con los italianos Duilio, San Giusto y Thaon de Revel y con el destructor antiaéreo francés Chevalier Paul.
Auxilio humanitario en Turquía
A la llegada a zona, el día 8 de febrero, concretamente al puerto de Atakas, se realizó un primer desembarco mediante lanchas LCM del Grupo Naval de Playa, que llevaron a la costa material diverso y equipamiento junto con un contingente de 184 infantes de Marina y 13 vehículos. Inmediatamente se iniciaron patrullas de reconocimiento en la localidad de Iskenderun con el objetivo de recabar datos para valorar la situación en la zona y determinar las actuaciones a llevar a cabo durante en los próximos días. La versatilidad del contingente, que no estaba inicialmente diseñado para este género de cometidos, permitió su rápida adaptación para apoyar eficazmente con las capacidades disponibles a la población turca.
Durante el periodo de presencia en la zona el contingente español realizó tareas de apoyo en la búsqueda y rescate de personas desaparecidas, rescatando a un niño de siete años y a un adulto de 70 años, el quinto y sexto día del terremoto cuando las esperanzas de encontrar supervivientes ya estaban desapareciendo, y a 30 fallecidos. Asimismo, desescombró una superficie de más de 4.200 metros cuadrados y ayudó a la apertura de viales en apoyo a los equipos de rescate.
Los infantes de Marina apoyaron en la descarga de un centenar de aviones en el aeropuerto de Adana y de dos barcos con más de 1.800 toneladas de ayuda humanitaria en el puerto de Limak, y colaboraron en la distribución de 3.600 toneladas de ayuda humanitaria, 100 metros cúbicos de agua y dos toneladas de ropa de abrigo. Además, entregaron 40 toneladas de sus propias existencias de agua embotellada y alimentos a través de agencias del Gobierno turco y ONG’s y montaron cinco campamentos para damnificados en apoyo de la organización turca de emergencias AFAD.
También escoltaron a los diferentes convoyes logísticos y equipos de búsqueda entre el aeropuerto e Iskenderun, apoyando el montaje de seis campamentos para desplazados en las proximidades del puerto de Limakport y acondicionando un total de 8.000 metros cuadrados. Además, prestaron asistencia sanitaria de urgencia a 30 personas en las proximidades de la base avanzada en tierra.
El 16 de febrero, una vez se dieron por finalizadas las necesidades de apoyo a la población civil y autoridades en la zona, el Grupo Expedicionario ‘Dédalo 23’, reanudó la actividad prevista.
Más ejercicios: 'Hemex Orión 2023'
Sin solución de continuidad el 'Grupo Dédalo 23' se unió al ejercicio francés ‘HEMEX ORIÓN 2023’, junto con 29 buques y submarinos de ocho países aliados. Un ejercicio que simulaba un enfrentamiento a gran escala entre Fuerzas Armadas de capacidades similares a las propias. A lo largo de este año, se sucedió en varias fases, en las que las Fuerzas Armadas francesas y las de los principales países aliados se habitúan a operar en un conflicto que se libra simultáneamente en los ámbitos terrestre, marítimo, aéreo, espacial y cibernético, con una presencia final a lo largo del ejercicio de más de 20.000 militares.
En la fase marítima del ejercicio, hasta el 3 de marzo, tomaron parte, además de las unidades del Grupo Expedicionario 'Dédalo23' los grupos de portaaviones del ‘Charles de Gaulle’ y el Grupo Anfibio de la Armada francesa con los buques Tonerre y Dixmude, similares al buque insignia español. El ejercicio se desarrolló con duras condiciones meteorológicas, bajo la borrasca ‘Juliette’, que dejó olas de más de ocho metros y viento de más de 100 km/h durante varios días.
Actividades de la fuerza anfibia hispano-italiana
Finalmente el Grupo Expedicionario ‘Dédalo-23’, como parte de sus actividades programadas, lideró entre el 15 y 20 de marzo los ejercicios de la Fuerza Anfibia Hispano-Italiana junto a buques, aviones y unidades de infantería de marina del país transalpino.
Esta fuerza anfibia es un marco de cooperación entre España e Italia, nacido en 1997, que ambos países ponen a disposición de la Unión Europea, OTAN, Naciones Unidas y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa. Mediante una estructura única de mando es posible la rápida integración de las fuerzas anfibias y de infantería de marina de ambos países, generando una fuerza de respuesta de entidad adaptable, escalable y expedicionaria. Su mando se ejerce de manera rotatoria entre ambas Marinas y actualmente corresponde al contralmirante español Gonzalo Villar.
Los campos de maniobras de Torre Cavallo, Pedagne y Massafra, fueron el escenario para que 400 infantes de marina del Batallón Reforzado de Desembarco del Grupo ‘Dédalo’ desarrollaran un intenso programa de ejercicios con sus homólogos de la Brigada ‘San Marco’ de la Marina Militare italiana. Ambos contingentes compartieron acciones conjuntas de combate, poniendo a prueba tácticas, técnicas y procedimientos operativos para incrementar su interoperabilidad, incluyendo ejercicios de fuego real.
Desde la mar tomaron parte en las maniobras, por parte española, el Juan Carlos I y la fragata Victoria y por parte italiana el buque anfibio San Marco y el destructor Andrea Doria, que llevaron a cabo numerosos ejercicios en todos los ámbitos de la guerra naval. El componente aéreo corrió a cargo de los aviones Harrier del Juan Carlos I, los Harrier italianos del Cavour y aviones eurofighters de la Fuerza Aérea italiana.
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