En camino para liderar la misión Atalanta
Armada
La fragata 'Navarra' zarpa este sábado de la Base para ejercer de buque de mando en el Índico
Rota acogerá, además, en menos de un mes el cuartel general de esta misión de la Unión Europea
El ritmo es frenético, “para que nos vamos a engañar”, cuenta el comandante de la fragata Navarra, el capitán de navío Eduardo Guitian. Subimos al buque poco antes de zarpar de Rota para ejercer el mando de la operación Atalanta hasta el próximo mes de agosto y vemos embarcar víveres y material para cinco meses de despliegue. "Es muy atareado”, asegura. “Pero la gente está respondiendo francamente bien y está con mucha ilusión por comenzar”.
Con la salida de Rota de la Navarra, hoy comenzará el camino de un periodo importante para la Armada y su papel en esta operación contra la piratería en el Cuerno de África y el Índico, en la que ha estado participando desde sus inicios en 2009. En la fragata está embarcado el Estado Mayor de la operación, que liderará España con el contralmirante español Ricardo Atanasio Hernández López. Pero además, su despliegue coincidirá con el traslado del cuartel general en tierra de esta misión a la Base de Rota, que comenzará a operar el 29 de marzo.
“Hemos procurado que el mando en la zona sea español para asegurar el éxito del tránsito del OHQ (cuartel general) del Reino Unido a Rota”, asegura el contralmirante. Su trabajo será ahora ejecutar la operación que se dirige desde ese cuartel con un Estado Mayor que forman un total de 22 personas, la mitad españoles.
Aunque ahora hay menor fuerza aeronaval en la zona que los inicios de la Atalanta, siguen desplegados un barco y avión de patrulla marítima españoles, otro buque italiano en estos momentos y por periodos también hay barcos franceses o incluso de Corea del Sur por periodos cortos, a los que se suman “una relación constante y fluida” con organizaciones multinacionales comandadas por EEUU, actores independientes, Rusia o Japón.
Y es que la piratería en la zona “está contenida pero no suprimida”. “La misión Atalanta ha sido un éxito y la presión ejercida ha servido, de hecho no ha habido secuestros en estos 3 o 4 años, pero se erradica en tierra. Mientras la situación en tierra –en Somalia– no sea propia de un estado estructurado, disponen allí de fondeaderos para llevar el barco sin ninguna presión policial”, apunta Hernández Lopez.
Por ello, esta misión donde siempre ha participado España continuará a medio plazo. Son 24.000 mercantes lo que navegan por la zona al año, entre ellos españoles, y aunque no lo consiguen, los piratas lo siguen intentando un ataque al menos una vez al mes, comenta. “Ahora además vamos en el momento intermonzón, con la mar muy en calma y es el momento proclive para salir a la mar”, incide.
Los mismos piratas se han dado cuenta de que hay detenidos –unas 170 personas en los últimos años, con dos tercios condenados–, destaca, y también son rechazados por la seguridad de los buques mercantes o se estropean sus barcos y se quedan a la deriva, pero los intentos siguen. El contralmirante recuerda durante la conversación la importante actuación del Castilla, durante su último despliegue, donde destruyeron un barco ballenero, “que para los piratas es una inversión importante”.
La misión de este Estado Mayor, cuya toma de posesión será el 9 de marzo tras el tránsito hacia el Indico, será comandar la Atalanta conectados con el OHQ, que desde el 29 de ese mismo mes estará en Rota. Desde allí recibirán información continua de los buque mercantes, de inteligencia, de campamentos que se vean con actividad en tierra y reaccionarán ante todas estas situaciones.
La Navarra parte hoy de la Base Naval de Rota con 226 personas a bordo, 174 de la dotación, el Estado Mayo, la Unidad Aérea Embarcada y el grupo de operaciones especiales.
La vida a bordo en una operación con "intensidad"
Para el comandante de la Navarra, Eduardo Guitian, ésta no será su primera misión Atalanta pero sí su primera vez al frente. A bordo, comentaba que una parte de los preparativos van orientados al bienestar de su dotación en la vida a bordo, para que tengan tecnología para relacionarse con la familia, un gimnasio, ver una película en esta ciudad flotante durante cinco meses .
Como cualquier otro buque de guerra, se navega por vigilancia, con tres grupos y así es la rutina del día a día, aunque es una operación "con mucha intensidad, activa". “Porque aunque no pase nada hay que trabajar para vigilar dónde están los mercantes , que necesidades tienen, cómo se les pueda apoyar,...” , apuntaba. Cada 15 o 20 días tocarán puertos que además son un aliciente y se parará en lugares con Tanzania, Dubai o las islas Seychelles.
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