Atribuyen a una mina de Sevilla la contaminación de moluscos en Sanlúcar
Los ecologistas creen que de allí vienen los metales pesados que obligaron a la Junta a prohibir la captura de coquinas y ostiones
Ecologistas en Acción ve en un vertido minero al Guadalquivir autorizado por la Junta de Andalucía al norte de Sevilla capital de la causa de las altas concentraciones de metales pesados que obligaron al Gobierno autonómico a prohibir, en enero, la captura de la coquina de fango, y en marzo, del ostión, entre Sanlúcar y Chipiona.
Fuentes de la Consejería de Agricultura y Pesca en Cádiz y en Sevilla explicaron que la prohibición que pesa sobre el marisqueo de la primera de las especies de moluscos se debe a "una toxina" y es "habitual" en estas fechas. Sobre la del ostión argumentaron que las altas concentraciones de metales pesados son "endémicas" en esa zona y que la prohibición de su extracción es permanente.
El colectivo conservacionista argumenta a través de un comunicado que la orden que impide la extracción de la coquina de fango data del pasado 23 de enero y la del ostión, del pasado 14 de marzo -la Junta dice que del día 19- y que ambas afectan a la zona de producción denominada AND-13 Estuario del Guadalquivir II, situada dentro de la Reserva Pesquera de la desembocadura del Guadalquivir. Y explica que la decisión la tomó la Consejería de Pesca después de que el Laboratorio de Control de Calidad de los Productos Pesqueros y Acuícolas de la Junta detectase "altas concentraciones de metales pesados en esas especies, que pueden suponer un riesgo para la salud de los consumidores".
Ecologistas en Acción considera que "la única fuente nueva de contaminación por metales pesados que ha empezado a funcionar recientemente en el Estuario del Guadalquivir es el vertido que la Mina de Las Cruces", situada en el término municipal sevillano de Gerena, "que se realiza a través de una tubería directa hasta La Algaba". A esto añaden la posibilidad de que "pueda verter, tras fuertes episodios de lluvia, en el arroyo Garnacha, junto a la planta hidrometalúrgica". En cualquier caso, esos vertidos también "llegan al Estuario del Guadalquivir a través de la desembocadura del Rivera de Huelva, también en La Algaba". Y matizan que la contaminación detectada en los moluscos se sitúa precisamente en la denominada pluma del Guadalquivir, junto a Sanlúcar, "la zona que mayor influencia recibe del río".
El colectivo defiende la actividad pesquera tradicional y su potencial de generación de empleo, "frente a la actividad contaminante y devastadora de la Mina de Las Cruces". Y se muestra convencido de que "en un futuro no muy lejano, provocará un gravísimo efecto de destrucción de empleo entre pescadores, mariscadores, arroceros y actividades comerciales asociadas".
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