Bruno García León, el rostro amable del Partido Popular
Cambios en el PP provincial
El próximo líder del PP en la provincia, que estuvo a punto de quedarse fuera de la Corporación gaditana en 2007 en su primera experiencia política, ha sido siempre un hombre conciliador
Quién le iba a decir a aquel joven amable que cada pocos minutos entraba en la sala en la que estaban los periodistas en la sede provincial del PP en la calle Cánovas del Castillo en la noche de las municipales de 2007 para preguntar cómo iban los resultados, que hoy iba a pasar a liderar este partido en la provincia. Su interés iba más allá de la simple curiosidad. En un momento de mayorías absolutas aplastantes de Teófila Martínez, Bruno García León iba en el puesto número 18 y, según iba avanzando la noche, el PP se había quedado anclado en los 17 concejales.
El entonces candidato hizo el camino de la sede del PP al hotel Francia y París, donde Teófila iba a saludar a los militantes e interventores, con la miel en los labios. Sin embargo, cuando la entonces alcaldesa hablaba en público en el tablao de la plaza de San Francisco, se confirmó el concejal 18 y Bruno García León entraba de chiripa en la política. Se da la circunstancia de que en aquel equipo de Gobierno también debutaba una jovencísima Ana Mestre, aunque ésta iba mucho más arriba en la lista.
Jerezano de nacimiento y con 41 años, siempre ha sido una cara amable en el equipo de Gobierno del PP. Pese a su juventud de aquel entonces, era un hombre que tenía una buena formación académica (licenciado en derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Mercados Financieros por el Instituto de Estudios Bursátiles), sabía inglés y había trabajado en temas financieros y económicos relacionados con la banca.
Su bautismo en la política vino con concejalías algo menores como las de turismo y hostelería pero poco a poco fue recibiendo cada vez más confianza por parte de la alcaldesa porque se desempeñaba con bastante eficiencia en sus competencias, a la vez que poco a poco iba cogiendo tablas en los combates cuerpo a cuerpo en los plenos. Pese a esas buenas maneras, este aficionado acérrimo al Athletic de Bilbao no tenía problemas en ponerse serio cuando requería la ocasión en las sesiones plenarias.
Bruno García poco a poco empezó a formar parte de la guardia pretoriana de Teófila Martínez y del que era su principal asesor, Jorge Moreno. En ese grupo estaban, entre otros, Ignacio Romaní y Juancho Ortiz. Bruno García además fue el que defendió el papel de Cádiz en determinados foros, como en la UCCI para la candidatura de la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura
Poco después empezó a ir subiendo puestos en las listas y, a la vez, fue asumiendo más responsabilidades, como por ejemplo en la delegación de Fomento, dedicada a todas las labores relacionadas con el empleo.
Bruno García ha estado como concejal en el Ayuntamiento de Cádiz hasta febrero de 2019, cuando ya estaba en la oposición y parecía que su salida de la política estaba cerca. Entonces se había embarcado en proyectos empresariales personales y, además, se encontraba muy centrado en las labores familiares.
Sin embargo, eso no le libró de ser uno de las personas que salían a la palestra para suceder al tótem de los populares en la candidatura a la Alcaldía de Cádiz. El elegido fue Juancho Ortiz pero él tampoco estaba muy por la labor de recibir el cetro. Al igual que es una persona que siempre tiene el consenso de todo el mundo, que es eficiente en su trabajo y muy conciliador, se le ponía en su debe las dudas acerca de si iba a ser capaz de tener mano dura y de liderar un proyecto de ese tamaño.
El término “de chiripa” y Ana Mestre le han perseguido en la carrera política del que va a ser ahora presidente de los populares gaditanos. Si en el 2007 entró de milagro en la Corporación y debutó en la responsabilidad pública con Mestre, en febrero de 2019 sustituyó a esta en el Parlamento de Andalucía cuando fue nombrada delegada de la Junta en Cádiz. Posteriormente, pasó a ser su número 2 en el partido en la provincia tras la dimisión abrupta del chiclanero Andrés Núñez. Y ahora, por un giro de los acontecimientos, va a pasar a dirigir a los populares. Quien lo diría en aquel año 2007.
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