23-J en Cádiz: Arranca otra campaña electoral con el PP convencido de poder cerrar el círculo
Tras sus claras victorias en las andaluzas y en las municipales el Partido Popular encara la cita con un favoritismo inusual en la provincia gaditana
El PSOE tiene el único objetivo de atar como sea sus tres diputados
Sumar y Adelante pelean por un escaño que puede terminar cayendo en otras siglas
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Hay dos precedentes de no hace mucho tiempo, dos espejos en los que mirarse antes de encarar a partir de la próxima madrugada otra campaña electoral. El primer precedente es de hace poco más de un año. En esas elecciones andaluzas de junio de 2022 el PP lograba un éxito indiscutible en la provincia de Cádiz al duplicar en votos al PSOE (219.200 de los populares frente a los 108.400 de los socialistas), cosechar prácticamente el 42,5% de los votos emitidos y hacerse con ocho de los 15 escaños en juego en esta circunscripción. Nunca antes esta formación había logrado un triunfo tan claro.
El segundo precedente es de hace mucho menos, unos 40 días solamente. En las elecciones municipales del 28 de mayo el PP repetía victoria en la provincia pero lo hacía sin tanta estridencia al superar a su principal rival por 2.5 puntos porcentuales o, lo que es lo mismo, unos 15.000 votos de diferencia.
Las lecturas que se hacían desde ambos bandos coincidían en señalar que la fortaleza de algunos alcaldes socialistas (en San Fernando, Chiclana, San Roque, Rota, etc.) había evitado una derrota mayor del PSOE, pero también que la sensación de victoria del Partido Popular era mucho mayor tras lograr recuperar alcaldías tan señeras como las de Cádiz o Jerez, tras conseguir mayorías absolutas incontestables en Algeciras o El Puerto y, sobre todo, tras estar a apenas seis días de recuperar ocho años después la Diputación de Cádiz.
Al mirarse en estos dos espejos el reflejo es el mismo, con un PP muy fortalecido. Y ello otorga a este partido para esta nueva campaña electoral un favoritismo nada habitual en Cádiz. Porque desde 1995 el PP suma ya ocho victorias electorales en esta provincia (tres municipales, dos andaluzas y tres generales) pero nunca hasta ahora parecía tan claro que era el partido a batir.
No quieren cantar victoria, porque los populares ya tienen alguna experiencia de haber vendido la piel del oso antes de cazarlo, pero ni la dirección ni la militancia del PP de Cádiz eluden este favoritismo. Es más, parecen sentirse a gusto con esta etiqueta, de ahí que se sientan convencidos de ser capaces de lograr cerrar el círculo tras contribuir primero a la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía y luego con su clara victoria en las municipales de mayo.
En la campaña electoral que comienza en pocas horas y que culminará con las votaciones del domingo 23 de julio el PP gaditano tiene muy claro sus retos: ganar en la provincia de Cádiz y si es con holgura mejor, hacerse con tres de los cuatro escaños en el Senado que están en liza (en 2019 sólo lograron uno) y aumentar la cifra de los dos diputados nacionales conseguidos hace cuatro años. Ahora el PP ve opciones de atar tres diputados, pero en su fuero interno reconocen que un triunfo holgado les acercaría incluso al cuarto escaño. Por ejemplo, si se extrapolaran los resultados de las elecciones andaluzas del año pasado a estas generales, el PP conseguiría hasta cinco diputados nacionales por Cádiz.
Para esta cita electoral el Partido Popular concurre a estas elecciones con una candidatura renovada pero sólo a medias. Y es que, por un lado, es una sorpresa que el número uno al Congreso sea el ya ex responsable provincial de Asaja, el puertorrealeño Pedro Gallardo, o que en el tercer puesto de esta lista vaya la abogada roteña Macarena Lorente. Pero también repiten José Ignacio Landaluce y María José García-Pelayo (alcaldes respectivos de Algeciras y de Jerez) en la candidatura al Senado e Ignacio Romaní en la del Congreso.
Mientras el PP de Cádiz asume este favoritismo tan poco habitual para ellos, en la otra acera, en la del PSOE, se sigue repitiendo la misma frase de "aún hay partido"... aunque da la impresión de que ese mensaje de esperanza cada vez suena más flojo. No es que las huestes socialistas den ya por perdida La Moncloa, ni muchísimo menos, pero sí es verdad que hay poca confianza en una victoria en la provincia de Cádiz o en el conjunto de Andalucía. Bien al contrario, el objetivo es salvar los muebles como se pueda y después cruzar los dedos para que los resultados que provengan de otras comunidades autónomas, por ejemplo de Cataluña, den la suma necesaria para salvar la continuidad de Pedro Sánchez como presidente.
Para el PSOE gaditano salvar los muebles significa conservar como sea un senador (que presumiblemente sería Alfonso Moscoso) y sobre todo sus tres diputados nacionales, que serían Fernando Grande-Marlaska, Mamen Sánchez y Juan Carlos Ruiz Boix. El objetivo en teoría es asequible, sobre todo porque nunca el Partido Socialista ha sacado menos de esos tres diputados por Cádiz en unas generales. Pero no lograrlo sería un revés brutal para unas siglas que no hace mucho eran las hegemónicas en el territorio gaditano.
Detrás de PP y PSOE la tercera fuerza política en liza es Vox. El partido de Santiago Abascal dio la sorpresa en las elecciones generales de noviembre de 2019 al ser el segundo más votado en la provincia y logrando además una victoria histórica en Algeciras. Ahora este partido sueña con ser clave para poder desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa tras el 23-J.
En clave provincial Vox busca conservar sus dos escaños por Cádiz, que serían para la arcense Blanca Armario, actual presidenta provincial del partido, y para el abogado isleño Carlos Zambrano, que ha sido diputado en la legislatura recién finalizada.
Con estos dos escaños este partido se daría por satisfecho, aunque también es verdad que en su fuero interno sus dirigentes sueñan con un hipotético tercer diputado y/o con un senador, pero ambas opciones parecen bastante remotas.
En estas elecciones generales la provincia gaditana encierra una diferencia con respecto a las del resto de España y es que aquí concurren dos coaliciones diferentes en la izquierda. El espacio que hace cuatro años ocupaba Unidas Podemos, y que logró un diputado por Cádiz, se lo pelean en esta ocasión Sumar, el proyecto impulsado por Yolanda Díaz y que reúne a una quincena de partidos de izquierdas, con IU y Podemos como referentes, y Adelante Andalucía, la parte escindida de Podemos que sigue teniendo como abanderados a la ex parlamentaria andaluza Teresa Rodríguez y al ex alcalde de Cádiz José María González Kichi.
Las dos coaliciones pelean por ese único escaño que será para la socióloga gaditana Esther Gil de Reboleño (Sumar) o para la ex senadora sevillana Pilar González (Adelante). Pero el fantasma de que ese escaño termine volando porque ninguna de las dos opciones llegue al mínimo necesario está en la mente de muchos. En las últimas generales, y con una participación de un 62%, a Ciudadanos le valieron 55.490 votos para lograr un diputado por Cádiz, y le sobraron incluso unos 8.000 votos. Unidas Podemos sacó entonces más de 93.500 votos, por lo que amarró ese escaño con holgura. Pero esta división de la izquierda ya se dejó notar en las andaluzas del año pasado, cuando Adelante no llegó a los 41.500 votos y Por Andalucía logró apenas 38.500.
A estas elecciones concurren cinco candidaturas más en Cádiz, aunque todas sin opciones de meter cabeza en las Cortes Generales. Son el Partido Animalista (Pacma), Caminando Juntos (el partido de Macarena Olona), Recortes Cero, PUM+J y Frente Obrero.
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