De la 'Canarias' a la 'Victoria'

DEFENSA. LA ARMADA EN LA MISIÓN DE LA UE CONTRA EL TRÁFICO DE PERSONAS

Las fragatas que han partido de Rota para la operación Sophia socorren a miles de personas en el Mediterráneo

"Es un verdadero drama, difícil de explicar a quien lo ve por el televisor"

La fragata 'Victoria' durante una operación de rescate con decenas de personas a bordo y otras  embarcaciones a la deriva a su alrededor.
La fragata 'Victoria' durante una operación de rescate con decenas de personas a bordo y otras embarcaciones a la deriva a su alrededor. / Armada
A. Ruiz

17 de julio 2017 - 02:05

Cádiz/"Hablando con amigos me preguntan siempre si ha sido una buena experiencia. Yo les digo que buena no, pero sí una gran experiencia. Utilizar adjetivos es complicado. Lo que se ve es un verdadero drama y es difícil explicarlo a quien lo ve desde su casa frente al televisor". Es lo que cuenta el comandante de la fragata Canarias, Ramón Fernández Borra. La dotación que tiene a sus órdenes ha regresado hace unas dos semanas de la operación Sophia, y lo que han visto es "terrible". Es el adjetivo con el que acierta a describir la situación frente a las costas de Libia.

La Canarias fue el primer buque de la Armada que participó en la EUNAVFOR MED SOPHIA, una operación militar de la Unión Europea en el Mediterráneo central meridional "para luchar contra las redes de tráfico de personas, prevenir flujos de migración irregular y evitar que muera más gente en el mar", según se resume en la web del Ministerio de Defensa. Fragatas como la Navarra, Numancia, Reina Sofía o Victoria o la Canarias en dos ocasiones,han partido de Rota, y con muchos gaditanos en sus filas, para la zona.

La misión de la UE ha socorrido a más de 38.700 inmigrantes, 2.300 niños y 29 bebés

Desde la Armada recordaban que su objetivo principal es ir contra las redes de tráfico ilegal de personas, una actividad criminal que contribuye además a la financiación de redes terroristas. Por eso se llevan a cabo identificaciones de dichos traficantes y se eliminan las embarcaciones y medios que utilizan; mientras que, en medio de todo, se sigue salvando a hombres, mujeres y niños que, en serio riesgo, se van encontrando a bordo de las mismas en el mar.

Desde el inicio de la operación las cifras son más que llamativas. En total, según los números facilitados por la Armada, esta misión de la Unión Europea, donde participan distintos países, ha socorrido a más de 38.700 inmigrantes, entre ellos más de 2.300 niños y 29 bebés, y ha puesto a disposición de las autoridades italianas a 110 supuestos traficantes. Pero los números son solamente el reflejo de la realidad de cada una de esas personas con nombres, de situaciones "muy duras", comentaba en su día el comandante de la Reina Sofía, "historias de racismo, de lo que han pasado con las mafias,...", relataba.

Ahora, el comandante de la Canarias, apenas recién llegado, hace hincapié en "no sólo lo que vemos en la mar sino lo que ocurre en Libia". "Hay cientos de miles de personas hacinadas. Las mafias hacen un efecto llamada convenciéndoles de cosas que no son ciertas, las maltratan, les roban el dinero, les hacen pagar varias veces y les suben en una embarcación que se pueden hundir, que no son ni de goma, son de plásticos como las que compran los padres aquí para estar en la playa. Y así van 130 personas".

Otro número, el de muertos en el camino, nunca se llegará a saber. De Libia a Italia hay una distancia de 300 millas, explica el comandante Fernández Borra, y "en realidad a dos millas de costa, esas embarcaciones de escasa navegabilidad, se pueden hundir sin que nadie lo sepa". La Armada actúa más allá de las doce millas, ya en aguas internacionales , "lo que nos limita para la lucha contra las redes de inmigración ilegal", afirma.

El comandante explica que cuando las fragatas españolas entran en la escena la situación "suele ser muy crítica". Primero lanzan el helicóptero para poder ver lo que ocurre con más claridad y proceder al rescate. Se realizan normalmente junto a otros barcos, de alguna ong, de la guardia costera o incluso algún mercante que pasa por la zona, porque suele haber más de una embarcación con personas en peligro. "Recuerdo que la primera que divisamos estaba en un terrible estado, deshinchándose y la gente cayéndose al agua. Oyes los gritos la gente en el agua y la sensación es tensísima, pero lo mas importante es actuar con toda serenidad y profesionalidad, y hay que ser muy recto y disciplinado incluso con los propios migrantes", afirma Fernández Borra.

El jefe de la Canarias se ha visto como coordinador de escena con 2.000 o 3.000 personas para socorrer y con medios sólo para mil. "Cuando uno se ve con la responsabilidad de rescatar a todas esas personas y haciendo las cuentas no sale, es una tensión difícil de explicar cuando uno es humano y lo que busca es salvar vidas". Recuerda como en una ocasión echaron la fragata casi encima de las embarcaciones, "para que todo el mundo se pudiera sujetar a la escalas, a las redes". Salvaron a todos, excepto una mujer.

Una vez que embarcan, hay un procedimiento bastante complejo en el que participa gran parte de la dotación que abarca desde el control de seguridad, control sanitario, filiación de todo el personal, la entrega del material necesario de ropa y alimentos y adecuación de zonas de acogida en función del número de personas en diferentes zonas del barco. "Ya a bordo sí lo tratamos más personalmente. Y hay verdaderos dramas de personas que salieron hace más de un año de sus casas , que han estado en Libia controlados por mafiosos donde los han maltratado no sabemos a que nivel y algunos, no sé si llamar afortunados o no, han conseguido subir a esos barcos sin saber que se la juegan. ¡Y no saben cómo!"

Cuentan desde la Canarias que el funcionamiento del barco es como una pequeña ciudad que nunca para, que no duerme y que se mantiene alistada 24 horas los 7 días de la semana. Aunque lo que sale a la luz son los momentos en que se han realizado rescates de personas que se encontraba en peligro, "nuestro trabajo es mucho más amplio". "Nuestra misión ha sido la lucha contra el tráfico de personas y se realizan muchas tareas relacionadas con la misma tanto de inteligencia, vigilancia, seguridad, seguimiento de las operaciones, operaciones de vuelo, control de la plataforma, etc…", cuentan. Por eso buscan tomar evidencias de los hechos delictivos con grabaciones, entrevistas, ... que ponen a disposición de la policía italiana.

La dotación de la Canarias ya está en casa pero les ha costado volver a relajarse. Su comandante cree que lo que ocurre es "terrible" y ve fundamental la participación de la Armada, que está preparada también para este tipo de misiones, para luchar frente a un problema "que es de Europa, que es mundial, y que hay que solucionar". Su relevo, la fragata Victoria, que apenas acaba de empezar su misión, ha rescatado ya a más de mil migrantes y se ha visto envuelta en un rescate masivo de embarcaciones a la deriva de madera y goma frente a las costas de Libia.

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