Cangrejo azul: una nueva amenaza para Cádiz

Enfoque de Domingo | Especies invasoras

La proliferación de esta nueva clase de crustáceo en aguas gaditanas empieza a provocar serias pérdidas económicas y a alterar el equilibrio natural

El precio del langostino, disparado

El cangrejo azul capturado por unos pescadores en San Fernando mostrando toda su voracidad. / Julio González

Su aspecto es fiero y su apetito voraz. Come de todo, pero, quizá por aquello de la sangre azul, le pirran los langostinos de Sanlúcar. Tanto es así que la Cofradía de Pescadores de la localidad habla ya sin tapujos de una pérdida alarmante de capturas. “En un año normal pescamos entre 140.000 y 150.000 kilos de langostinos; en lo que llevamos de este año se han capturado sólo 52.000. Estamos en un tercio de lo que se pesca un año habitual”, reconocía a este diario José Carlos Molina, uno de los técnicos de la cofradía sanluqueña. “No sabemos si es exclusivamente culpa del cangrejo, pero todo apunta a ello, y así lo dicen los investigadores”, continuaba.

Tal y como ha sucedido con otras especies invasoras, el cangrejo azul (Callinectes sapidus) llegó a las costas españolas como polizón en las aguas de lastre de los grandes mercantes. Actualmente se ha adaptado a miles de kilómetros de su hogar, en las aguas del estado de Lousiana, en la costa Este de los EEUU. Hablamos de un crustáceo de grandes dimensiones (puede alcanzar hasta un kilo de peso), duro como una roca y muy superior al cangrejo autóctono en el cuerpo a cuerpo. Para entendernos, echarlo a pelear con un cangrejo verde, una coñeta de toda la vida, sería como presenciar un combate entre un luchador de sumo japonés y un peso wélter. Quizá por ello, los pescadores sanluqueños reconocen que el cangrejo verde prácticamente ha desaparecido.

En España a este nuevo cangrejo con sus grandes pinzas azuladas se le vio por primera vez allá por 2012 en el Delta del Ebro y resultó un auténtico desastre para la biodiversidad. “Esto ya pasó en el Delta del Ebro hace tres años y allí ha acabado con todo, sólo hay cangrejo azul. Ya no hay anguila, ya no hay cangrejo verde ni otras especies autóctonas. Se lo come todo. Nuestra preocupación, y lo que venimos pidiendo a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, es que tiene que tomar medidas de contención, porque de erradicación ya no es posible, pero al menos que se pueda contener su expansión”, comenta José Carlos Molina.

Capturas de langostinos de Sanlúcar mermadas por la irrupción del cangrejo azul. / Julio González

La Cofradía de Pescadores de Sanlúcar comenzó a dar la voz de alarma en el año 2018. Entonces ya se temieron que iba a ser un problema muy serio. Han pasado unos años y sus peores temores se han confirmado. “Estamos viendo como cada vez hay más cangrejo azul, cada vez más gente que los coge por todos sitios del estuario del Guadalquivir, y eso ha coincidido este año con un descenso importante en las capturas”, afirma Molina, que ofrece unos datos espeluznantes. “Este año se van a vender aproximadamente un millón de kilos menos en general. Además, en el caso particular del langostino también estamos viendo que está escaseando. Hay un descenso muy importante, ahora bien, atando cabos tiene pinta de que el cangrejo es parte responsable en ese descenso. Cada vez hay más en todos los sitios y, además, ya lo están trayendo los barcos de arrastre, que pescan de seis millas hacia fuera, y si los están trayendo ellos esto quiere decir que el cangrejo azul ha llegado ya a esa zona”.

El problema que existe en el estuario es que el lugar en que se concentra esta especie invasora es zona A de la reserva de pesca del Guadalquivir y está prohibido cualquier tipo de pesca. “Esto ¿qué significa?, y no lo decimos nosotros sino investigadores del CSIC que están trabajando allí, pues que se está generando una reserva de cangrejo muy importante. Están creciendo muchísimo, en libertad, porque además no tienen depredadores, ya que salvo el pulpo ninguna otra especie los ataca. No se está pudiendo pescar, y lo que estamos viendo por las estadísticas, que dice que el cangrejo azul está ya por fuera de las seis millas, es muy preocupante”.

La escasez de langostinos está teniendo una consecuencia clara en el precio que se está pagando por el kilo. Durante el pasado mes de agosto, el precio del langostino en lonja registró la mayor cifra de los últimos años, duplicando la media habitual, con 54,91 euros el kilo. Y este récord podría quedarse en nada con la llegada de las fiestas navideñas, cuando en las buenas mesas el langostino de Sanlúcar es todo un clásico. “Está claro que esto va a encarecer su precio porque hay poco, los barcos están trayendo muy poquito. En un par de años veremos las consecuencias de la expansión de esta nueva especie. Lo mismo ocurrió en el Delta del Ebro y ahora sólo hay cangrejo azul”.

La pasada semana, la delegada de la Junta de Andalucía en Cádiz, Ana Mestre, se reunió con representantes de la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar, en compañía de la delegada territorial de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ana Bertón, para informarles de la decisión de incluir al cangrejo azul como actividad de marisqueo a pie profesional. Según Molina, “eso puede ayudar en algo a nivel de Andalucía, porque por ejemplo el hecho de que a los mariscadores de la zona de Barbate o en la Bahía de Cádiz se les permita cogerlo es positivo, es un primer paso, pero en el caso de la desembocadura del Guadalquivir hay que pescarlo con nasa de embarcación o trasmallos. Aquí nuestros mariscadores se dedican a la coquina fina, no se van a poner con el cangrejo ahora, y, además, en la parte profunda del río no los pueden coger. Con lo cual es una buena cosa, pero tenemos que dar un segundo paso, que es que en la zona de la reserva se autorice un número limitado de barcos para capturarlos, no queremos tampoco que haya un desmadre, sólo en unos meses del año, pero que empecemos a combatir al cangrejo, porque la única solución es sacarlo de ahí”.

Reconoce además que es un crustáceo “muy agresivo. El bicho vivo te ataca. De hecho cuando se pesca hay que amarrarle las pinzas. En sus estómagos, que se están estudiando en el CSIC, hay de todo, lo mismo hay moluscos que restos de otros crustáceos, de langostinos también claro, a todo lo que pasa por el fondo le ataca”.

Preocupación en CTAQUA

Desde Ctaqua no pueden ocultar su preocupación ante la proliferación del nuevo inquilino de los fondos marinos del Golfo de Cádiz. Juan Manuel García de Lomas, gerente del Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía, nos acompañó en nuestra visita a los esteros de las salinas San Judas en el parque natural y reconocía que “cuanto antes se empiece a actuar mucho mejor. Los esteros están amenazados no sólo por la voracidad de los cangrejos, también por la acción de los cormoranes y otras aves, que, según nuestros cálculos, tienen una incidencia en la pesca de la Bahía de Cádiz de más de dos millones y medio de euros al año”.

Y es que actualmente hay unos 8.000 cormoranes censados en el parque natural, cada uno come una media de medio kilo de pescado al día. “No sólo se alimentan de pescado de estero, claro, pero suponen unas pérdidas importantes para las empresas de acuicultura”, reconocía.

Además, volviendo al cangrejo azul, solicitaba a la Dirección General de Pesca de la Junta de Andalucía que permitiera poder capturar esta nueva especie. “Que existan sus periodos de veda, que se regule, pero que pueda cogerse y venderse para el consumo porque así se frenaría un poco su proliferación”. Y es que Juan Manuel reconocía que “este cangrejo ataca a todo lo que se encuentra pero nadie le ataca a él”.

La Junta abre la puerta a su comercialización

José Manuel Martínez Malia, director general de Pesca de la Junta de Andalucía, habló con este medio para expresar la preocupación de la Junta por este cangrejo invasor y destacar que ya se están tomando medidas. “Este cangrejo nos lo encontramos en agua marina pero también en agua dulce de los ríos, se adapta de forma agresiva a todas las zonas. Desde la Dirección General, como tenemos la competencia en Andalucía del marisqueo, lo que hemos hecho es autorizar, en una resolución, a los mariscadores para que puedan capturar cangrejo azul, que no estaba incluido entre las especies que podían comercializar”, dijo. Con respecto a la flota puntualizó que esta especie “no está prohibida su comercialización, por lo tanto los barcos que capturen cangrejo pueden venderlos. Es lo que podemos comentar desde Pesca ahora mismo”, dijo. “Nosotros en este caso -continuó- como es una especie invasora no hacemos un plan de gestión. Lo que nos permite la ley es dar posibilidades de captura para su erradicación. Además, por lo visto, tiene un alto valor comercial. Pero como es una especie invasora agresiva parece que está afectando a especies autóctonas nuestras como el langostino, por eso hemos abierto las puertas a que se capture. Nosotros acompañamos al sector y ellos nos indican”, dijo.

Una invasión que incluso llega hasta los esteros de la Bahía de Cádiz

Manuel Jiménez Pardavila, director de la firma Esteros Andaluces SL, acompañó a este medio en su visita las salinas de San Judas este pasado jueves. Allí, sobre el terreno, contó que la salinidad, como norma general, se encuentra a 35 gramos de sal por litro, en los caños de Sancti Petri empieza a subir sobre 38-40, a medida que sube la temperatura en verano sube un poco más, pero ya dentro de la instalación del estero ronda entre 38 y 40 siempre. “Tenemos presencia de cangrejo azul pero hasta el momento no es muy representativa, son unidades sueltas. El cangrejo es menos vistoso que el que se puede coger en aguas más dulces como el estuario del Guadalquivir, pero es más potente de sabor. La diferencia de sabor será por lo que está comiendo”, decía Manuel. Advertía, eso sí, que la presencia de la coñeta, del cangrejo verde, ha disminuido sustancialmente, “apenas se ven, y sí hemos visto cangrejos azules comiendo este cangrejo verde, es muchísimo más feroz. Lo hemos visto comiendo lisa, lenguao, los langostinos les encantan, o tienen buen paladar o comen de todo, lo cual es peor. Todo lo que esté por el suelo se lo come, aunque este cangrejo nada como un pez, es buen nadador y captura peces, lo ves a diferentes niveles del agua. Y ningún pez ataca a estos cangrejos, que los he visto de más de medio kilo, porque es un cangrejo agresivo incluso con las personas” reconocía.

Jiménez asegura que “antes poníamos nasas para nuestra actividad y aparecían dos o tres kilos de coñetas al día, que sumando a lo mejor eran 30-40 kilos de coñetas, y actualmente no conseguimos sacar más de una docena, y grandes no vemos ninguna. Ha sido aparecer el azul y desaparecer la verde”.

Por último consideraba que “lo interesante es que autoricen la venta del cangrejo azul. Desaparecería porque encima tiene buen mercado. Es un animal que tiene mucha carne, en las pinzas, en el cuerpo, y el de aquí es muy sabroso, más que el de fuera, que el del Ebro. No sé si pueden vender el kilo a ocho o nueve euros, que no estaría mal. Nosotros el problema lo tendremos cuando desplace del todo al cangrejo verde, pero fuera, si el cangrejo crece a gran velocidad desplazará otras especies. A todos los niveles es muy perjudicial. Especies sensibles como la coquina se las comerá como si fueran pipas”, aseguraba.

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