'Carmen' conquistó la Plaza de Toros

La noche del jueves tuvo lugar en la Real Plaza de Toros el Musical Ópera Flamenca 'Carmen', un espectáculo dirigido por el sevillano, Salvador Távora y que hacía parada en El Puerto dentro de la gira mundial que está llevando a cabo.

A las 22:00, hora prevista para el comienzo de la obra, aún había colas en las puertas de entrada, ya que hubo algunos problemas entre los asistentes que no tenían claro por donde debían acceder al coso, puesto que en los tickets no venía correctamente especificado.

Tras 15 minutos de retraso y con una plaza que no llegaba a la mitad de la ocupación, pero sí llena de un público con ganas de disfrutar de esta adaptación de la primitiva ópera Carmen, estrenada por primera vez en 1875, comenzaba el espectáculo.

Los primeros acordes de la Banda de Cornetas y Tambores de la Esperanza de Triana de Sevilla, rompieron el silencio que se había extendido por las gradas tras apagar todos los focos de la plaza. Con solo unas luces que alumbraban el escenario, comenzó el primer taconeo de Jesús Herrera, el bailaor que encarna el papel de Don José Lizarrabengoa. Poco a poco se iban sumando las voces flamencas que narran la historia de Carmen La Cigarrera, que aparecía en el escenario interpretada por María Távora.

El fuerte viento de Levante que sopló durante las casi dos horas que duró el espectáculo, no fue capaz de acallar las potentes voces de las cigarreras, encargadas de introducir al espectador en las diferentes escenas que se iban sucediendo.

La obra narra la historia de Carmen, una trianera que vivió amenazada por una sociedad opresora en la que quería ser libre, pero teniendo que luchar por ser pobre, mujer, obrera y gitana. Finalmente, terminó asesinada por defender sus derechos y los de sus compañeras de trabajo en la Fábrica de Tabacos de Sevilla.

El espectáculo tuvo una gran acogida por el público asistente, que no dejó de aplaudir y alabar la actuación de todos los artistas que había en escena y, que en ocasiones, bajaban al ruedo a interpretar alguna de las partes de la obra.

El punto álgido de la noche tuvo lugar cuando apareció en el escenario el caballo, una de las figuras más aclamadas. El corcel, dirigido por su jinete 'Lucas El Picaor' (Jaime de la Puerta), danzaba con la protagonista de la historia sobre las tablas y se unía al baile flamenco que realizaban el resto de actores.

Con la entonación de los versos finales "dicen que murió soñando un amor", el olor a incienso y ambos protagonistas yacentes en el albero de la Plaza de Toros, aparecía en escena un penitente que ponía fin a la obra en el momento en que apaga su cirio.

Con muchos aplausos y el público en pie, finalizaba un gran espectáculo en el que los actores quisieron hacer un agradecimiento especial al encargado de dirigir la obra, el actor director teatral, Salvador Távora.