Chipiona no se baja del autobús
Balance de un servicio de transporte prometido por Aparcero en la campaña electoral
El gobierno municipal chipionero decide mantener este servicio de transporte urbano tras el buen resultado de la experiencia piloto
Más de 10.000 personas lo usaron en julio y agosto
Chipiona/"Ayer me echaste de menos, ¿a que sí? Es que tuve que ir a Sevilla a hacer unas gestiones, pero ya estoy aquí". Después de darle el pertinente "buenos días", Manuela, un compendio de desparpajo, educación y alegría reunidos en una sola persona, le resume su jornada anterior a Jose, que está al volante del autobús urbano de Chipiona. Se nota que hay complicidad entre ellos o, cuando menos, algo de confianza. Y eso viene dado porque Manuela se ha convertido en una usuaria habitual de este novedoso servicio de transporte que el Ayuntamiento de Chipiona puso en marcha al inicio de este verano y que está dando ya sus últimos coletazos. Y tanto que Manuela es una usuaria habitual. Si no, no le pediría al conductor que le renovase la tarjeta para diez viajes que lleva en la mano. "Esta es la cuarta vez que lo renuevo, ¿eh?", le dice orgullosa.
Sevillana, de 72 años de edad y viuda desde 2015, Manuela Vega pasa buena parte del año en Chipiona, en un piso que tiene desde hace tiempo en la barriada de La Laguna. "Suelo llegar en mayo, después de la Feria de Sevilla, y me quedo aquí hasta finales de octubre, aproximadamente. Durante el verano viene toda la familia, entre hijos, nietos y hermanos, pero ahora me quedo sola y aprovecho para moverme algo. Ahora por ejemplo voy al centro a recoger el periódico que me guardan todos los días en una papelería. Y yo puedo andar, ojo, porque gracias a Dios aún tengo bien las piernas, pero este verano me ha dado por coger muchas veces este autobús que, la verdad, ha funcionado muy bien. Claro que hay cosas que se pueden mejorar porque, por ejemplo, yo dispondría de más vehículos y ampliaría los horarios sobre todo por la noche, pero el servicio ha ido bien y yo estoy contentísima con esta iniciativa".
Es jueves 15 de septiembre y Manuela se ha subido al autobús sobre las 10.45 horas, aproximadamente. Curiosamente es la primera pasajera que se sube a este viaje que arrancó hace unos 20 minutos desde el apeadero de Chipiona, ubicado en la avenida de Almería. Un poco más atrás, a las puertas del IES Caepionis, un bullicio confirma que el inicio del nuevo curso es ya una realidad.
El hecho de que en este viaje sólo se haya subido una persona demuestra con nitidez algo que ya se sabía, y es que hay dos Chipionas. Una es la que se despierta en primavera y que tiene su punto álgido en verano, cuando a esta localidad costera llegan decenas de miles de visitantes, la mayoría de ellos procedentes de Sevilla. Y después está la otra Chipiona, la de los poco más de 17.000 vecinos empadronados que conviven aquí en armonía el resto del año. Es la Chipiona que languidece, según algunos, o la Chipiona que recupera la tranquilidad, según otros.
De la Chipiona bullanguera del verano ya va quedando muy poco, según reconoce José Navarro, jerezano de 39 años y al que le ha tocado en este turno estar al volante de este autobús urbano. "Ahora se puede conducir con tranquilidad, pero en julio y agosto esto es una locura de tráfico, con coches por todos lados, algunos en doble fila, y una infinidad de camiones de reparto. Hay que conducir con cuidado". Y matiza que durante el verano a veces han tenido que dejar a personas en las paradas sin poderse subirse al autobús porque ya iba lleno. "El verano ha ido muy bien. La gente se montaba para ir a la playa, o al centro de salud, o al Mercado, o por la tarde para ir a misa al Santuario. Pero desde que pasaron las fiestas de la Virgen de Regla la semana pasada, los usuarios ya son contados".
Jose es uno de los tres conductores de este servicio. Otro es Óscar Reyes, de 47 años y que, según él mismo reconoce, es mitad sanluqueño y mitad roteño. El tercero, Marco Hidalgo, está este jueves por la mañana de descanso. Los tres son empleados de La Veloz, una empresa con sede en Madrid y que ha asumido este verano este novedoso servicio de transporte avalado por su experiencia con la gestión de los autobuses urbanos en ciudades andaluzas como Jaén, Utrera o Dos Hermanas, entre otras. Su responsable en Chipiona, Francisco José Gómez, muestra su satisfacción por el balance de este verano, aunque aún les quedan un par de semanas de trabajo.
Este servicio de transporte impulsado por el Ayuntamiento chipionero se puso en marcha el pasado 1 de julio y acabará el 30 de septiembre. Era una experiencia piloto. Si salía bien, se intentaría mantener de cara al futuro. Pero si salía mal, se le daba carpetazo y a otra cosa. Y al final el balance es "más que satisfactorio", según resume Luis Mario Aparcero, alcalde independiente de Chipiona y que es el padre de la criatura. No en vano, la puesta en marcha de este autobús urbano era una de sus promesas electorales en la campaña de las municipales de 2019. Y aunque algunos lo tacharon de loco, lo ha hecho realidad.
La satisfacción municipal viene avalada por datos. Y es que según las cifras que baraja la empresa adjudicataria y el propio Ayuntamiento, un total de 4.419 usuarios utilizaron este autobús en el mes de julio y otros 5.983 lo hicieron en agosto. En total, 10.132 pasajeros, una cifra que puede llegar hasta los 12.000 ó 13.000 usuarios cuando acabe el contrato el último día de septiembre.
Este verano, para esta experiencia piloto se dispusieron tres líneas: la número uno o circular, que da una vuelta por todo el casco urbano de Chipiona; la línea dos, que acerca al pueblo a los vecinos del extrarradio que residen en Valdeconejos o el camino de La Reyerta; y la línea tres, que hace lo propio pero con la parte chipionera de Costa Ballena. En total se trata de una veintena de viajes cada día, con una duración cada uno que oscila entre los 20 y los 35 minutos y con numerosas paradas diseminadas por todo el municipio. Curiosamente para hacer todos estos viajes la empresa adjucataria sólo ha contado con un único vehículo, un autobús reducido de colores azul y blanco, con capacidad para 30 personas (15 sentadas y 15 de pie), habilitado para personas con problemas de movilidad y que en sus laterales tiene serigrafiados los monumentos más emblemáticos de Chipiona. El vehículo encara las líneas dos o tres cuando hay un parón en la línea circular y es limpiados dos veces al día: por la tarde y por la noche, cuando además se desinfecta. El precio del billete sencillo quedó fijado en 1,10 euros y la tarjeta para 10 viajes cuesta con 7,70 euros, con precio reducido para los pensionistas.
Aparcero explica que aunque lo prometió en la campaña de 2019, la puesta en marcha de este autobús municipal ha tardado más de lo habitual debido a la infinidad de trámites y permisos que han tenido que gestionar previamente. Ahora, explica, todo será más fácil porque buena parte del camino ya está andado. Eso sí, quiere incluir cambios en el servicio, para potenciarlo en verano con unos horarios más amplios y con dos vehículos circulando con objeto de reducir el tiempo de espera en las paradas, y para reducirlo en invierno, cuando la afluencia baja muchísimo.
La idea del alcalde de Chipiona es que la adjudicación de este servicio de autobús urbano sea para un periodo de entre ocho o diez años, explica que este medio de transporte "ha llegado para quedarse" y aclara que, efectivamente, el Ayuntamiento está perdiendo dinero con este autobús "pero es un servicio público que tenemos que prestar a nuestros vecinos".
Si todo sigue su curso, Aparcero espera que en marzo o abril del próximo año ya estará este nuevo servicio adjudicado para su puesta en funcionamiento. Y, seguro, allí estará Manuela, en la parada de La Laguna, para coger su autobús. Con su desparpajo, su educación y su alegría de siempre. A buscar su periódico de cada día.
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