Clausurado el salon de actos del Reggio por otro positivo en amianto

A menos de una semana de que empiece el nuevo curso escolar la situación del colegio Reggio, lejos de solucionarse, empeora. Cada vez son más los problemas que arrastra el centro y cada vez hay menos margen de actuación porque el tiempo sigue corriendo en contra.

El intento de tranquilizar a los padres que hizo la delegación de Educación cuando les informó que en el colegio "no existe riesgo por amianto", porque así lo dicen las mediciones en aire que se han llevado a cabo, apenas duró unas horas. Otro informe, en este caso encargado por el Ayuntamiento, decía lo contrario.

Según el documento de 58 páginas, elaborado por la empresa Himalaya, en el caso del salón de actos, se recomienda una limpieza exhaustiva del falso techo donde se ha detectado "deposición de fibras de amianto". También la programación del desmontaje de la estructura o someterla a un tratamiento de encapsulado. Esta intervención disminuiría el riesgo y prolongaría su vida útil por un año más. Lo necesario para aguantar hasta que se lleve a cabo la reforma integral comprometida por la Junta.

En una situación muy similar se encuentran el aulario principal y la casa del conserje, que también tienen cubiertas de fibrocemento.

Esto ha provocado que el Ayuntamiento de Puerto Real tomase ayer la decisión de clausurar el salón de actos del centro. Ante esto, los padres se preguntan: "¿Si no pueden cerrar el colegio porque las mediciones en aire tienen resultado negativo, por qué si se clausura este salón?". Lo cierto es que cada paso que se da no hace más que aumentar el temor de los padres y madres de alumnos.

Así las cosas, según pudo saber ayer este periódico, el Ayuntamiento está trabajando para encapsular los tres techos de fibrocemento que aún existen en el centro educativo y ya se han solicitado presupuestos a varias empresas especializadas. Pero la decisión llega tarde. Los plazos legales y el plan de trabajo específico que hay que cumplir hacen que las obras no puedan iniciarse, al menos, hasta principios de noviembre.

Por tanto, esta solución genera otro problema: ¿Dónde estudiarán los alumnos a partir del lunes? La respuesta no es sencilla puesto que no existe, a priori, un edificio que pueda albergar a los estudiantes ni la comunidad educativa está dispuesta a que las clases se desdoblen en horario de tarde.

En cualquier caso, los pasos a seguir se deberán tratar en otro encuentro programado con los representantes de los padres, que se va a celebrar esta misma tarde.