Concentración en Navantia Cádiz contra el "veto de la empresa" a un trabajador

INDUSTRIA

Operarios de contratas y de la propia Navantia han mostrado su apoyo a un encargado de la contrata de mantenimiento, que pide explicaciones sobre los motivos por los que se le ha impedido el acceso al astillero

Navantia mantiene que el trabajador "ha incurrido en incumplimientos serios del código de conducta"

Concentración en Navantia Cádiz contra el veto de la empresa a un trabajador / DCA

Puerto Real/Desde hace más de quince años, Abraham Pérez, puertorrealeño de 41 años, trabaja en el sector naval. Es uno de los encargados de la empresa Aema Hispánica, que el pasado 1 de mayo se hizo con el contrato del servicio de mantenimiento de Navantia Cádiz, subrogando a la plantilla, entre ellos al propio Abraham.

Pero este martes no ha podido acceder a su puesto de trabajo porque Navantia no se lo ha permitido. Mediante un correo electrónico, la empresa pública naval comunicó a la contrata que desde el 1 de junio Abraham tendría la tarjeta de acceso deshabilitada y, por lo tanto, no podría entrar al astillero para trabajar.

El trabajador dice desconocer los motivos oficiales por los que se ha producido este veto, ya que Navantia no le ha dado explicaciones y tampoco ha respondido a los requerimientos que tanto él como la empresa en la que trabaja han hecho para conocerlos.

En varios escritos que ha dirigido a la empresa, Abraham, que es padre de cuatro hijos, ha implorado que se le dé la opción de explicarse, porque está convencido de que hay intereses personales en todo este asunto, que nada tienen que ver con él, con su trabajo ni con la entrega que siempre ha demostrado en el tajo.

Él mismo quiere relatar su experiencia a la empresa matriz y demostrar cómo desde hace ya un año está siendo "acosado", cuando “yo no soy un contratista, solo soy un trabajador más que cumple con su trabajo”. El último año ha sido duro para este operario que dice haber sufrido “una campaña de acoso y desprestigio”, que ha derivado en un su expulsión del astillero sin tener opción a defenderse.

Este martes, coincidiendo con el primer día de su veto, se ha producido una concentración en la puerta de Navantia Cádiz. Sus compañeros de empresa, de otras contratas y de la propia Navantia, se han reunido en los tornos de acceso para explicar la situación al resto de trabajadores y dar su apoyo a quien definen como un “trabajador ejemplar que siempre ha cumplido con su trabajo y al que nada hay que reprocharle”.

Abraham confía en que todo se solucione lo antes posible y poder volver a trabajar tal y como lo ha hecho siempre. Espera que los quince años de dedicación por completo a Navantia y su trayectoria laboral se tengan en cuenta. Pero, sobre todo, desea que se haga justicia y que los intereses particulares de personas con responsabilidad no sentencien el futuro de ningún trabajador en una empresa pública.

Sobre este asunto, fuentes de Navantia han trasladado a este periódico que el trabajador en cuestión, "según una investigación interna del departamento de Cumplimiento, ha incurrido en incumplimientos serios del código de conducta". Las mismas fuentes trasladan que "de acuerdo con las normas que rigen nuestra relación con las industrias colaboradoras, Navantia puede pedir que no se asigne a nuestras instalaciones a trabajadores que incumplan las normas de la compañía".

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