Costa Ballena Chipiona está llena de parcelas vacías y proyectos parados

Las tres promotoras que empezaron a construir antes de la crisis entregan las primeras casas pero el resto del complejo es un páramo urbanizado · El plan que arrancó en 2003 no alcanza ni el 20% de su desarrollo

Un operario de Costa Ballena desbroza unas malvas en una parcela de Chipiona sin proyecto que promocionar.
Un operario de Costa Ballena desbroza unas malvas en una parcela de Chipiona sin proyecto que promocionar.
Jorge Garret / Chipiona

07 de septiembre 2009 - 05:01

El macroproyecto de expansión de Costa Ballena en Chipiona se ha quedado completamente estancado en su fase inicial de desarrollo a causa de la indecisión de los inversores y la crisis del ladrillo. Seis años después del inicio del plan, las obras de urbanización del complejo han finalizado, pero las nuevas avenidas y los cuidados jardines sólo rodean parcelas vacías, promociones inmobiliarias y hoteleras que no pasan del papel, terrenos por adjudicar e incluso abandonados, y equipamientos públicos por construir.

Junto al Parque de Los Lagos, que marca la división entre Rota y Chipiona, sólo se levantan tres residenciales de los doce previstos en el planeamiento. Están a cargo de Vallehermoso, Seinsa y Consyproan. Las tres promotoras empezaron a construir y vender sus viviendas en 2006, antes de que la crisis arruinara el negocio inmobiliario -también en Costa Ballena-. Este verano, Vallehermoso y Seinsa han entregado las primeras llaves a propietarios de apartamentos en sus residenciales Mar Abierto y Jardines del Infante -respectivamente-. Los compradores se han convertido en los primeros vecinos de Costa Ballena que tributan al Ayuntamiento de Chipiona, 24 años después de que la Junta de Andalucía ideara el complejo turístico y resdiencial de la Costa Noroeste.

Fuentes de Vallehermoso señalan que el 85% de las 115 viviendas de Mar Abierto está vendido. Son bloques de tres plantas con apartamentos de dos o tres dormitorios y su precio oscila entre los 268.000 y los 368.000 euros. De la primera fase de Jardines del Infante, con unas 85 lujosas viviendas y precios entre los 230.000 y los 360.000 euros, apenas queda un 30% en el mercado.

La gran mayoría de las ventas se cerró antes de 2007, igual que ocurrió en Tres Piedras, el residencial de Consyproan, donde se entregarán casi 150 casas antes de final de año. "Se vendió casi todo en un día, el 80 o el 90% de la promoción; había muchísima gente haciendo cola en la oficina por la mañana, antes de que abriera", recuerda Domingo Bellido, un portavoz de la empresa afiancada en Lebrija.

Ahora las cosas son muy distintas. Vender dos o tres viviendas en un mes es un éxito, y no hay perspectivas de que la situación cambie a corto plazo. La debilidad del mercado inmobiliario y la falta de financiación para acometer los proyectos han provocado que los promotores no estén dispuestos a poner ladrillo sobre ladrillo. Es la situación que sufre con toda su intensidad Costa Ballena Chipiona, tal y como demuestra un repaso al estado de las parcelas residenciales: al margen de las tres construidas, nueve se mantienen como eriales, y, de estas últimas, hasta cinco permanecen en manos de la EPSA (Empresa Pública de Suelos de Andalucía) y otros propietarios originales, es decir, son terrenos clasificados como urbanizables que ni siquiera han sido adquiridos por una promotora.

En este grupo hay dos casos llamativos: el de la parcela CO-10, abandonada por Mapfre Inmobiliaria el año pasado a causa de los retrasos en las obras de urbanización y el escaso desarrollo del complejo, según argumentaron fuentes de la promotora; y el de la CO-9, un terreno que el Ayuntamiento de Chipiona -propietario- ha intentado subastar en dos ocasiones sin éxito: a finales de 2007, por 23 millones de euros, y meses después, por 21.

La escasa demanda de suelo en el complejo contrasta con la que existió en el primer concurso que ejecutó EPSA, a principios de la década, al que acudieron más de medio centenar de empresas.

La crisis inmobiliaria no es el único factor que ha trabado la expansión de Costa Ballena. Antes, el proyecto se vio perjudicado por dos cuestiones: un proceso de urbanización que ha tardado tres años más de lo previsto, y una notable demora por parte de la iniciativa privada, que titubeó durante varios años sobre su implantación en suelo chipionero, incluso en aquellos tiempos en los que un ladrillo en la costa era la inversión más codiciada.

La promotora Gabriel Rojas es un ejemplo de las empresas que mantienen intereses en la zona desde hace más de seis años pero que todavía no han empezado a ejecutar sus proyectos. La compañía sevillana es la mayor propietaria de terreno en Costa Ballena Chipiona. Tiene dos parcelas residenciales y una hotelera, y es copropietaria de una cuarta de equipamientos terciarios próxima a la carretera A-491. Ninguno de estos suelos está en carga, ni lo estará en los próximos meses, según confirmaron fuentes de la promotora andaluza, que opinan que los tiempos requieren más prudencia que valentía.

También permanecen agazapadas ante la crisis las empresas Best Hotels y Marina Costa Ballena, que proyectan la construcción de varios hoteles en la primera línea de playa de Costa Ballena desde hace más de años. A principios de 2007, ambas empresas ultimaban la tramitación de su licencia de obras en el Ayuntamiento con el objetivo de inaugurar los negocios en 2009 o 2010, pero llegaron los primeros indicios del desplome económico y todo se paralizó. Hasta hoy.

En las parcelas por ocupar de Costa Ballena hay vallas publicitarias vacías. Algunas anunciaron hace meses espléndidos hoteles y urbanizaciones, pero el relleno ha sido retirado. El alcalde de Chipiona, el socialista Manuel García, admite su "preocupación" por la paralización del complejo. "No se ve salida a esta situación, con la crisis, con los inversores parados y sin expectativas de que cambie la situación del sector ni, en particular, la del complejo", lamenta Manuel García.

El Consistorio pretende "reactivar" la promoción inmobiliaria en la zona sacando a subasta -por tercera vez- la parcela que obtuvo a cambio de sus aprovechamientos de uso residencial . "Hemos encargado una nueva tasación que reflejará una bajada significativa del precio del suelo. Esperemos que eso sirva para que algún inversor se anime", adelanta el alcalde chipionero.

García aguarda desde principios de la década la materialización del mayor proyecto turístico del municipio y de la Costa Noroeste. En Costa Ballena Chipiona habrá 1.800 viviendas, unas 2.000 camas hoteleras, un centro comercial, otro deportivo, y más de 500 millones de euros de inversión sobre el terreno cuando estén en carga las 19 parcelas del planeamiento de 2003. Según las previsiones formuladas entonces por los responsables del proyecto, el complejo debía finalizar su desarrollo -"a un ritmo normal"- en 2009, pero hoy apenas el 15% de los terrenos está en uso.

La Junta de Compensación de Costa Ballena Chipiona, cuyos responsables no han accedido a ofrecer información alguna a este medio, señala en su página web que el proyecto que el Gobierno andaluz quería convertir en el "modelo turístico del 2000" estará finalizado en 2016.

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