Cuentas pendientes que tendrá que liquidar el nuevo obispo

La llegada de un máximo responsable a cualquier institución está siempre vinculada al inicio de una nueva etapa que suele ir aparejada a cambios diversos. Pero, al mismo tiempo, suele ser también habitual que deba afrontar algunas cuentas pendientes que tenga esa institución. Y el caso de la diócesis de Cádiz y Ceuta no es diferente.

Rafael Zornoza tendrá que afrontar en el inicio de su mandato al frente de la Iglesia local varias asignaturas que no ha podido culminar Ceballos.

Una de las más inminentes será la definición completa y final de la presencia de la Iglesia en los actos de celebración del Bicentenario. El Obispado viene trabajando en un programa de actividades -del que precisamente el lunes informaba Ceballos, un día antes de su marcha- que deberá cerrar y al que se suman los actos que están organizando también las hermandades gaditanas (exposiciones o procesión magna del Sábado Santo) y los convenios que están pendientes con la Junta de Andalucía para la intervención en la sede del Obispado o en el seminario diocesano.

También debe afrontar Zornoza la necesidad de construcción de nuevos templos, dos de ellos en Cádiz capital. Y es que estos proyectos hasta el momento han sido del todo inviables por la falta de recursos económicos, que precisamente será uno de los mayores problemas que tendrá el obispo (que llega a una de las diócesis más pobres del país).

Unido a esto último, está también la necesidad de intervenir en algunos templos de la diócesis que requieren una rehabilitación integral y que incluso, en algunos casos, se encuentran actualmente cerrados por su mal estado de conservación.

La cuestión social, con las dificultades económicas del momento y las condiciones especiales de la diócesis, será otro de los puntos más importantes que tendrá que abordar Zornoza.