Galería del crimen | Capítulo 22
Por el honor de nuestra vecina
Agentes de Policía Nacional han detenido en Cádiz, San Fernando y Chiclana a un total de 11 personas como presuntos autores de los delitos de estafa, pertenencia a organización criminal, falsedad documental, blanqueo de capitales y delito contra la salud pública. La investigación ha finalizado con la desarticulación de una red organizada especializada en realizar estafas a través de Internet y cuyas víctimas se encuentran repartidas por toda España.
La investigación se inició a mediados de 2021 por el grupo de delitos tecnológicos de la comisaría de San Fernando, donde expertos en la materia han estado investigando durante meses, hasta lograr llegar a los líderes de la organización y desmontar todo el entramado. En este entramado, se encontraban aquellos que facilitan la documentación para la apertura de las cuentas bancarias y la obtención de las líneas telefónicas desde las que se iniciaba el contacto fraudulento, aquellos que publicaban los anuncios, quiénes contactaban con las víctimas, los que acudían a retirar el dinero a los cajeros y quiénes dotaban de infraestructura a la organización. En ese sentido, resultó de vital relevancia para la organización, la participación del propietario de un bazar de Cádiz capital, el cual, se constituía como el aparato logístico de la misma, puesto que facilitaba tarjetas prepago con identidades ficticias a los integrantes de la misma, para que estos pudieran llevar a cabo su actividad delictiva.
Pero no se quedaba aquí la actividad delictiva de estos sujetos, sino que los mismos idearon un plan para obtener medicamentos de manera ilimitada y de forma fraudulenta. Para ello, uno de los integrantes de la misma, sustrajo un sello médico de una consulta médica. Una vez obtenido, sustrajeron numerosos talonarios médicos. A partir de ahí ellos mismos confeccionaban las recetas y acudían a las farmacias a obtener los medicamentos. Una vez obtenidos, buena parte de los mismos eran comercializados para obtener un beneficio económico y otra parte de los mismos, se los quedaba la organización, con la finalidad de mezclarlos con alcohol y otras drogas, buscando de esta forma, un efecto potenciador del consumo de las mismas.
Una vez concretada la participación exacta de cada uno de ellos, se solicitaron entradas y registros en los domicilios de los principales implicados, llevándose a cabo un total de cuatro registros domiciliarios en Cádiz. En los mismos, se intervino gran cantidad de terminales móviles que eran usados para estafar, así como de tarjetas prepago con la misma finalidad. Del mismo modo, se intervino una importante cantidad de dinero, así como sustancias estupefacientes y básculas de precisión para la venta de las mismas.
Tras la finalización de los registros y la detención de las piezas claves de la banda, se continuaron las gestiones tendentes a la del resto de participantes, dando como resultado la detención de 11 personas.
Los implicados se dedicaban a poner anuncios en distintas webs, en las cuáles simulaban vender perros u objetos de tecnología inexistentes a un precio inferior a lo normal. En los anuncios se hacían pasar por otras personas para evitar ser descubiertas, llegando incluso a mostrar al comprador, mediante mensajería virtual la imagen del DNI de otra persona que habían obtenido de manera ilícita. Así mismo usaban número de teléfonos a nombre de terceras personas. En su entramado delictivo, solicitaban a los estafados que el pago del producto lo realizaran aportando un código previamente dado por su entidad bancaria, mediante el cual, el grupo criminal, podía retirar el dinero del cajero sin ser cliente, ni usar tarjetas de crédito, o bien mediante transferencia a cuentas bancarias de terceros, ocultando su rastro.
Para poder llevar a cabo la mecánica delictiva, se valían de “muleros”, personas que prestan sus servicios para abrir cuentas bancarias, dar de altas móviles o sacar el dinero de las víctimas en efectivo móvil en un cajero (extracción de dinero mediante código) a cambio de un porcentaje de dinero de la organización criminal. Pero, en esta ocasión, los estafadores daban un paso más, en ocasiones, simulaban estar interesados en algún producto ofertado a través de las distintas plataformas de venta y a la hora de efectuar el pago a través de bizum, en lugar de hacer el pago, llevaban a cabo un requerimiento de pago, lo que se denomina en el argot “bizum inverso”, por lo que el dinero salía de la cuenta de la víctima, hacia la cuenta de los estafadores.
Con esta mecánica delictiva, habían estafado a cientos de personas en todo el territorio nacional. Las cuáles a día de hoy continúan sufriendo las consecuencias del engaño, ya que son sus identidades las empleadas para la comisión de los delitos y eso les ha llevado a tener problemas con la justicia y problemas de índole personal.
Una vez finalizado el atestado policial, los detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número dos de Cádiz, el cual decretó el ingreso en prisión de los 6 principales miembros de la organización, entre los que destaca el propietario del bazar.
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