Desarticulan una banda de narcos que secuestró y torturó a una persona

La Guardia Civil ha detenido a 18 personas y se ha hecho con seis toneladas de hachís, varias armas y 10 vehículos

A un vecino de Sanlúcar le cortaron dos falanges de una mano

Agentes de la Guardia Civil custodian algunos de los fardos de hachís incautados.
P.M.E.

07 de septiembre 2018 - 01:41

CÁDIZ/La crueldad con la que actúan algunas mafias del narcotráfico es una especie de sello de calidad. Quienes entran en tratos con ellos saben que se la están jugando doblemente. Pueden acabar en la cárcel o en una cuneta. Algunos no llegan a tanto pero responden por la pérdida de un alijo incluso con dedos de sus manos. Es el caso de un joven de Sanlúcar que fue secuestrado el pasado mes de abril y que durante varios días fue torturado por una violenta banda de narcos que llegó a cortarle dos falanges de una mano antes de ser liberado por la Benemérita. Precisamente fue la interceptación de un vehículo en el que viajaba este joven con varios miembros de la organización criminal la que precipitó la puesta en marcha de la denominada Operación CuatroyMedio, llevaba a cabo por la Guardia Civil y que ha finalizado con la detención de 18 personas, tres órdenes internacionales de busca y captura, la incautación de 6.120 kilos de hachís, dos armas de fuego prohibidas y 10 vehículos, de los que cinco figuraban como robados en la provincia de Málaga.

La Guardia Civil inició la investigación al detectar a una organización criminal con una estructura muy bien definida y jerarquizada afincada en la desembocadura del Guadalquivir. Al mando había varios cabecillas que organizaban el transporte de hachís desde Marruecos mediante embarcaciones semirrígidas, utilizando para la descarga y transporte de la droga por tierra vehículos todo terreno sustraídos, que eran adquiridos previamente en la provincia de Málaga.

La interceptación de un vehículo con el secuestrado puso en marcha la operación

Una vez descargada la droga era depositada en viviendas próximas a la costa para después distribuirla en partidas más pequeñas a otras zonas de todo el país.

La Guardia Civil precipitó la operación al interceptar un vehículo con miembros de esta organización en el que había un joven de Sanlúcar de Barrameda que había sido secuestrado con gran violencia e intimidación con armas de fuego por un supuesto robo de un alijo de hachís.

A este joven lo tuvieron retenido durante varios días y fue torturado con crueldad, llegando a cortarle dos falanges de una mano, por lo que después de su liberación precisó de asistencia médica.

Fruto de estas investigaciones se localizó una guardería de droga situada en una nave agrícola de Jerez, donde se intervinieron 102 fardos de hachís, con un peso aproximado de tres toneladas, un todo terreno robado, una pistola del calibre 9 corto y un revólver del calibre 38.

Tras la incautación de este alijo la organización intentó introducir a través del río Guadalquivir otro alijo de droga, que acabó siendo interceptado por los investigadores, incautándose 78 fardos con un peso de 2.340 kilos y deteniendo a seis personas que participaban en el mismo, siendo recuperado otro todoterreno robado y cuyo interior había sido preparado para transportar la droga. Este operativo fue desarrollado por agentes del Instituto Armado en la zona de Lebrija (Sevilla).

A raíz de esta intervención se localizó en otra guardería un vehículo todo terreno también sustraído que la organización había traído desde Málaga con 24 fardos con un peso de 720 kilos.

La operación ha sido desarrollada por agentes de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial de las Comandancias de Cádiz y Málaga con el apoyo de agentes del Grupo de Acción Rural.

Todos los detenidos, los efectos y droga intervenidos han sido puestos a disposición del titular del Juzgado Mixto numero 3 de Sanlúcar de Barrameda, quien ha decretado el ingreso en prisión de 12 de los detenidos y la libertad con cargos a la espera de juicio de los otros seis. Ha sido dictada por el citado Juzgado una orden de detención internacional para otros tres componentes de esta banda criminal que se encontraban fuera de España.

La crueldad como método de intimidación

La Guardia Civil ha puesto de manifiesto la crueldad con la que la banda desarticulada actuaba en sus escaramuzas desde el norte de Marruecos. Cada intento de vuelco era respondido con dureza, cada pérdida de un alijo exigía múltiples explicaciones, todo se llevaba al milímetro y si se perdía un fardo de hachís de 30 kilos se pagaba, con dinero o con sangre. Es la ley del más fuerte, la ley del miedo, de la crueldad, un lenguaje que manejan como nadie estas organizaciones jerarquizadas donde los capos no se andan con chiquitas. Es un negocio duro y quien se meta en él tiene que saber con quién se juega los cuartos.

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