Empleados de La Breña del Agua, investigados por la trampa a Clavero

El juez llama a declarar al administrador y a dos capataces. Un informe de la Guardia Civil concluye que fueron los que planearon colocar 47 gramos de coca en el coche del ecologista

Juan Clavero con Manuel Alcaide unas pocas horas antes de la detención del dirigente ecologista.
Juan Clavero con Manuel Alcaide unas pocas horas antes de la detención del dirigente ecologista.
Pedro Ingelmo

14 de diciembre 2017 - 12:39

Cádiz/"Detrás del asiento del copiloto. Y borra esto". Este SMS enviado a las cinco de la tarde del pasado 26 de agosto por José Miguel Herrera, administrador de la finca La Breña del Agua e hijo del anterior propietario, a un cabo del Seprona de Ubrique fue el que permitió localizar los 47 gramos de cocaína que un infiltrado había introducido en la furgoneta del activista ecologista Juan Clavero. Era la culminación de una trampa tendida contra el hombre que desde meses atrás venía reivindicando la apertura de los caminos públicos que el propietario de esta y otras grandes fincas de la Sierra situadas en los términos de El Bosque, Grazalema y Zahara, el empresario inmobiliario belga, Marnix Galle, había ordenado vallar.

Cuando Herrera envía el mensaje al cabo, la patrulla de la Guardia Civil de Prado del Rey, avisada por el cabo de Ubrique, había vaciado el coche de Clavero pero no había encontrado nada, por lo que el cabo le pidió por teléfono a Herrera que fuera más específico sobre la localización de la droga. Él tenía que saberlo bien porque había estado en contacto durante toda la mañana con la persona que había infiltrado en la marcha que un grupo de ecologistas había realizado por la finca esa misma mañana. Ese infiltrado, un vecino de Jerez llamado Manuel Alcaide, cumplió su cometido, colocó la droga en el asiento de atrás y se bajó del vehículo cien metros antes de que la Guardia civil parara a Clavero muy cerca del hotel Las Truchas, en El Bosque.

Ha sido el propio Juan Clavero el que dio ayer a conocer el informe de la Guardia Civil por el cual el juez ha decidido llamar a declarar en calidad de investigados al propio administrador y a dos capataces, aparte de a Alcaide. En este informe se demuestra que ni la versión del atestado, en la que se hablaba de un control rutinario, ni la posterior de una llamada anónima, que se produjo cuando la trampa ya estaba tendida, se ajustaban a la realidad de lo que sucedió. Según el informe de la Guardia Civil, José Miguel Herrera se reunió en el restaurante Casa Calvillo con sus dos capataces y el cabo del Seprona, que practicaría la detención, para contarle que había droga en el coche de Juan Clavero. Según la deducción de los investigadores, la droga que ellos mismos habían colocado a través de Alcaide.

Por las pesquisas también se ha podido conocer que el autor de la llamada de denuncia anónima fue uno de los dos capataces de La Breña del Agua, Óscar González, que solía pasar los fines de semana de copas en El Bosque con Alcaide, según reveló Clavero.

"No cabe duda de la relevancia penal de los hechos investigados, que se podrían como delito de acusación y denuncia falsa. De haber prosperado la trama urdida podría haber conllevado que Juan Clavero fuera condenado a una pena de prisión por un delito contra la salud pública, engañando a las Fuerzas de Seguridad y al sistema judicial, lo que hubiera supuesto un daño irreparable en su honor y dignidad", concluye el informe.

El abogado de Ecologistas en Acción, que actúa como acusación particular, Juan Domingo Valderrama, también quiere que se incluya entre los investigados al cabo del Seprona, actualmente trasladado a Sevilla. "No es sólo que en el atestado, que es un documento ofical, no se atuviera a los hechos, sino que sabía que estaba recibiendo información no de un confidente, sino de una persona, que como toda la Sierra conocía, tenía una proclamada animadversión contra Clavero por el asunto de los caminos públicos". Para Valderrama, lo sucedido es "muy preocupante. ¿Qué hubiera pasado si esto no le hubiera sucedido a una persona tan conocida como Juan, con una organización como Ecologistas en Acción detrás?"

Lola Illescas, coordinadora estatal de Ecologistas en Acción, anunció que "como dijimos desde un principio, en esta organización vamos a llegar hasta el final para acabar con las prácticas de personas inevitablemente mafiososas en la Sierra de Cádiz".

Este medio se puso en contacto ayer con la empresa Breña del Agua para que ofreciera su versión sin haber recibido, al cierre de esta edición, respuesta.

"Va a entrar una Volkswagen con gran cantidad de droga"

"Mire... yo llamaba para informar que hoy, entre la cuatro y media y las siete de la tarde, va a entrar en el pueblo de Benamahoma una furgoneta Volkswagen blanca, con matrícula (....), con una importante cantidad de droga para ser consumida en las fiestas del Coto de Bornos". Esta es la grabación realizada por la central COS de la Guardia Civil a las 15,40 del 26 de agosto. La llamada la realiza uno de los capataces de la finca Breña del Agua, Óscar González, desde la única cabina telefónica que ese día estaba operativa en El Bosque. Esta cabina se encuentra en frente de una sucursal bancaria que tenía la cámara operativa y en las diligencias aparece González llegando al lugar en una ranchera con el logotipo de la finca. No hay duda de que él realiza la llamada, pero en realidad no es esa llamada la que activa el operativo. De hecho, en la grabación al otro lado de la línea no parece que se dé demasiada importancia al chivatazo anónimo: "Ummm", dicen desde el COS para cerrar la conversación. Porque en realidad el operativo no se monta desde la central, sino debido a la conversación que el administrador de la finca mantiene con el cabo del Seprona, al que ya había advertido el día anterior que habían preparado los ecologistas una marcha. El cabo, en su declaración, afirma que no presta más atención a la información, pero al día siguiente, a través de un SMS, Herrera le dice que está en Casa Calvillo y que si pueden verse allí en quince minutos. Es en ese intervalo cuando González se desplaza a la cabina telefónica a hacer la llamada, pero no es hasta una hora después, tras estar charlando con el administrador de la finca en la venta, que el cabo solicita permiso al teniente adjunto de que tiene un chivatazo fiable y que si puede contar con la patrulla de guardia ese fin de semana en la Sierra, que es la de Prado del Rey. A partir de ahí, toda la información por la que se va a mover la patrulla destinada allí es la que proporcione José Miguel Herrera, que en todo momento está contacto con Manuel Alcaide, el "infiltrado", según reconoce el cabo que es como Herrera se refiere a él.

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