Doce años del estado de shock
Industria en la Bahía
El cierre de Delphi anunció un día como hoy la crisis para la Bahía
Si se pregunta a cualquier persona en el resto del planeta qué día simboliza el estallido de la primera gran crisis económica del siglo XXI todo el mundo mencionaría el día que se hundió Lehman Brothers. En la Bahía de Cádiz no. En la Bahía de Cádiz habría que señalar el 22 de febrero de 2007.
Ese día se ordenó desde Estados Unidos el cierre de Delphi. Son doce años que han congelado la fisonomía de la comarca. Porque al cierre de Delphi siguieron el de multitud de empresas como piezas de dominó. La Bahía se empobreció, la gente emigró y antiguos proyectos de prosperidad, como aquél de Las Aletas, sólo exhiben los carteles anunciadores, ya apagados por el sol, de lo que nunca fue.
Delphi, la industria automovilística señera, la heredera de General Motors, era el mascarón de proa de una comarca que quería creerse un potente polo industrial. La huelga general que siguió al cierre patronal en contrate con el desdén con el que durante más de un año se miraba los carteles de los trabajadores de Delphi con peor suerte encerrados, diez años después, en el edificio de los sindicatos mostró el cambio de actitud de una sociedad. Si en principio los despedidos de Delphi eran vistos como héroes, acabaron siendo acusados por muchos de ser casi responsables de su propia desgracia. Y no eran pocos los que cayeron en esa desgracia: 4.000 de una tacada (1.600 de ellos directos). Un auténtico desastre que generaría reducción del poder adquisitivo, hipotecas que no se pagaban, bares a los que no se iba, comercios en los que nos compraba...
Antonio González, ingeniero jefe de la planta, tuvo que salir en defensa de los trabajadores a los que se iba estigmatizando: “Los muchachos no tuvieron la culpa del cierre de Delphi”, manifestó.
Una insensibilidad de sálvese quien pueda fue creciendo cuando en aquellos días de 2007 la Bahía se había mostrado unida como pocas veces se había visto. se habló de que 80.000 personas salieron a la calle.
Llegaron ayudas industriales públicas que no sirvieron para nada, empresas que cogían las subvenciones y se largaban. Se pensó que si Delphi se iba, alguien vendría, pero resultó que a nadie le interesábamos. Así que no, amigo, no fue Lehman, en Cádiz fue Delphi.
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