El 15M y Ecologistas reúnen a 500 personas contra el ladrillo en la costa

Bajo el lema "Toma la playa", el movimiento 15M protagonizó durante la jornada de ayer varias protestas en la costa de La Janda para manifestar su descontento con los planes urbanísticos de la zona. A la protesta se sumó la asociación Ecologistas en Acción, que acompañó a las dos marchas que se organizaron desde las playas de El Palmar y Conil y que se unieron en la playa de Mangueta (Vejer), con el objetivo de instalar un punto de información y desarrollar debates sobre la situación. Alrededor de 500 personas participaron en la convocatoria, que quedó deslucida durante su comienzo por la densa niebla que inundó las playas.

Las pancartas, que mostraban mensajes de protesta como "Nuestras costas no son mercancía en manos de políticos y banqueros", o "Que el viento de levante se lleve a los mangantes", fueron mostradas ante los bañistas. Algunos de ellos se sumaron a la protesta, que estaba cargada de optimismo pero sufrió problemas de organización, lo que provocó que las manifestaciones comenzasen más tarde de lo esperado y que no se supiera con exactitud en qué punto de la playa de Mangueta se instalarían.

La manifestación que partió de la playa de El Palmar contó con unas 200 personas a las que posteriormente se unirían los integrantes de la marcha de Conil. En todo momento, las protestas estuvieron acompañadas por un parapente pilotado por uno de los participantes en el que podía leerse el lema de la convocatoria. En un momento del recorrido, en la playa de Mangueta, algunos manifestantes se lanzaron al agua para corear sus lemas agarrados de las manos formando un círculo.

La portavoz de Ecologistas en Acción, Lola Yllescas, aseguró que la "construcción masiva" de hoteles en esta zona acabará con el entorno natural de Trafalgar y que ocasionará un daño medioambiental "irreparable". Argumenta que la instalación de estas empresas no creará el empleo necesario en la zona y que, el poco que se crearía, sería "estacional y de baja cualificación" como, según señala, ya ocurre en Chiclana, donde la gran cantidad de hoteles "no ofrece la suficiente cantidad de puestos de trabajo".

Ecologistas en Acción aboga por la creación de negocios locales que contribuyan a crear una economía "sostenible y responsable" y acusa a la clase política de "unirse a los intereses de la banca y de las grandes promotoras para especular con el terreno y embarcarse en macroproyectos que benefician a unos pocos, y que en lugar de atraer más turismo, alejará al que ahora admira y sostiene la zona".

De esta manera, Ecologistas apoya las reivindicaciones de "los indignados", que sostienen que el nuevo Plan de Ordenación del Territorio de La Janda (POT) sólo contribuirá a aumentar la especulación económica y la corrupción política a través de la "apuesta por un modelo que nos ha llevado a la situación de crisis en la que nos encontramos en la actualidad".

Los hosteleros de la zona argumentan que la construcción de complejos hoteleros contribuiría a una mejora económica de la comarca y que también beneficiaría a sus negocios por atraer a más turistas con un mayor poder adquisitivo.

Manolo Borrego, que reside en El Palmar y se encuentra ligado al movimiento asociativo vecinal, señaló que no está a favor de la construcción masiva de hoteles, ya que, según apunta, la riqueza que crearían estos negocios no se quedaría en el pueblo, sino que se la llevarían las multinacionales. La complejidad del tema se materializa en las diversas opiniones que muestran los veraneantes y vecinos: algunos opinan que la construcción de hoteles sólo puede traer beneficios económicos a la localidad, mientras que otros señalan que destruir el entorno natural de Trafalgar, sólo puede desembocar en la ruina de la zona, ya que es precisamente esto lo que la hace diferente a las demás.