Estafadores de San Fernando: Baños en champán francés y estancias en villas de lujo
Sucesos
Los nueve detenidos por defraudar más de medio millón de euros a víctimas de todo el país se gastaban hasta 6.000 euros cada noche que salían de fiesta y llevaba una vida de excesos
Otros 9 detenidos en San Fernando por las estafas 'smishing'
Bañarse en Moët Chandon es una horterada. Ya seas Cristiano Ronaldo o un ciberdelincuente de La Isla. Está feo. No obstante, y como hay gente para todo, la Policía Nacional reconoce que los nueve detenidos esta misma semana en San Fernando por llevar a cabo estafas on line en todo el territorio nacional gustaban de realizar excentricidades de este tipo.
Fuentes del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría de San Fernando han reconocido a este diario que los arrestados, de edades comprendidas entre los 20 y los 25 años, vivían a cuerpo de rey. “Han estafado medio millón de euros tirando por lo corto. Son cifras orientativas a la baja, pero pensamos que puede ser mucho más. Ese medio millón es lo que podemos probar, lo que hemos localizado en las wallets, las carteras virtuales que manejan, pero las cantidades que han estafado estos individuos son mucho mayores”, dicen.
Es algo comprobado que cada noche que salían de parranda se gastaban unos 6.000 euros en botellas de alcohol de 200 euros, reservados en discotecas, chicas, drogas, alquiler de villas imponentes, de veleros... Una vida de millonario sin darle un palo al agua.
Los detenidos vivían en su mayoría por la zona del complejo deportivo Gómez Castro, cerca de la propia Comisaría isleña. Con formación autodidacta se han convertido en auténticos profesionales de la estafa. “El principal cabecilla se lo toma como un trabajo. Los propios consortes en la estafa, que alguno se derrumba al declarar, nos lo decía, que el líder estaba todo el día pensando en nuevos métodos de estafa, en cómo conseguir más dinero. El resto no trabajaba la mayoría”.
Pero el cabecilla, que ya fue detenido hace unos diez meses por la Policía en otra operación contra las estafas por internet, sí que tiene su ocupación en un conocido taller mecánico de la Bahía de Cádiz.
La Policía explicó esta semana que el modus operandi era muy eficaz. Estamos ante una modalidad delictiva conocida como smishing, mediante la cual estos jóvenes, gracias a programas informáticos por los cuáles han efectuado un pago previo, envían mensajes de texto de forma masiva a numerosas personas, haciéndoles creer que se trata de una comunicación de su entidad bancaria. Una vez que las víctimas abren el enlace enviado y acceden a su cuenta on line los estafadores adquieren el control de la misma, ya que realmente la víctima no está accediendo a la página web de su banco sino a otra creada por estos Quinquis 4.0.
Pero lo más novedoso de esta red es que en muchas ocasiones los estafadores, al no lograr en primera instancia todos los datos necesarios para poder vaciar las cuentas, llegaban a contactar con ellos por teléfono. “Ya no sólo envían el enlace sino que lo acompañan de una llamada, y si miras en Google es el número de tu banco. Los compran a través de Telegram, que es ahora mismo como la Deep web de las estafas. Allí se compra de todo, hasta números de teléfonos virtuales, o pueden hacerlo a través de aplicaciones, que te permiten hacer las llamadas desde el número que tú quieres. En Telegram compran datos de clientes bancarios, los fallos de seguridad lo aprovechan los hackers para comercializar datos de los clientes. Eso lo venden a estos individuos y a través de sus programas informáticos hacen el envío masivo y las llamadas”, indica la Policía.
Y, ofrecen un consejo importante. “Por teléfono cero, no se puede dar ningún dato, te llame quien te llame. Absolutamente nada. Toman el control de tu cuenta. Hacen retiradas en cajero, bizum, transferencias, es como si la cuenta fuera de ellos. Han llegado a sacar decenas de miles de euros a gente”.
Comentan desde el Grupo de Delitos Tecnológicos que en esta operación llegaron a acceder a la cuenta de una chica y le intentaron quitar 70.000 euros, “que era todo lo que tenía, pero el banco usa un sistema de doble verificación y sólo pudieron quitarle 750”.
Al preguntarle si las entidades bancarias se están haciendo cargo de estos robos telemáticos indicó que “están poniendo muchas trabas a las víctimas, pero cada vez hay más sentencias que dan razón a los clientes. La tendencia es que los bancos intentan llegar a un acuerdo con los clientes de aproximadamente el 80% del valor de lo defraudado, para, de esa forma, como saben que la vía judicial suele darle la razón al cliente, perder menos dinero con las indemnizaciones”.
Cuentan los agentes que los detuvieron que las viviendas habituales de los detenidos son normales, “pero son de viajar mucho, de llevar vida de futbolista rico, alojarse en mansiones, en Mallorca, en Marbella, villas espectaculares, hoteles a la última que se han inaugurado en cualquier país. Cuando lo pillamos el cabecilla estaba alojado en Huelva, en un hotel de lujo con todas las comodidades”, indican.
Pero eso sí, una vez que los detienen su primera reacción es negar los hechos, decir que son unos pobrecitos, aunque “cuando van viendo que tenemos las pruebas objetivas contra ellos en muchos casos terminan confesando, derrumbándose; otros no declaran nada, pero saben que es inviable la defensa porque hay muchas pruebas en su contra”.
Epicentro de las estafas on line junto a Barcelona
En San Fernando están desbordados. La Isla, Barcelona y Valencia se han convertido en epicentros de las estafas on line. Hasta el punto que muchos han viajado a Barcelona para contactar con colegas de profesión que habían adquirido un grado superior en conocimiento. Comparten cartelas virtuales, ha habido operaciones con gente de aquí pero que metía el dinero con gente de esa zona. “Existe una connivencia entre los grupos”, dice la Policía, cuyos agentes reconocen que pasan muchas horas delante del ordenador. “Esto engancha de tal manera que cuando estás fuera de comisaría también estás trabajando. Constantemente estamos retroalimentándonos para darles caza. En los últimos 30 meses este Grupo de Delitos Tecnológicos ha conseguido que manden a prisión a 33 personas por estafa. Son buenos números para una comisaría local”. Actualmente el grupo lo forman nueve agentes.
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