"Existe mucho desconocimiento social sobre cómo funcionan las presas"

Óscar Cortés. Jefe de explotación del sistema del Guadalete-Barbate

El ingeniero Óscar Cortés, en el puesto de control de Guadalcacín.
F.s.zambrano Arcos

17 de abril 2013 - 05:01

A sus 35 años, Óscar Cortés, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, mallorquín de nacimiento pero afincado en la provicia desde hace 17 años, es el responsable de los ocho embalses de las cuencas del Guadaletete y del Barbate, además del trasvase Guadiaro-Majaceite. Superadas las monumentales avenidas de agua de este primer trimestre lanza varios mensajes nítidos. El primero, que la presa del Guadalcacín es segura al cien por cien.

-¿Está o ha estado el embalse de Guadalcacín en situación de alerta?

-No, en ningún momento. Estamos viviendo una situación histórica, que no excepcional, por los niveles de almacenamiento de agua a los que ha llegado el embalse. Y aunque entendemos que el hecho de desembalsar por vez primera estaba cargado de mucho simbolismo, nosotros desde dentro lo hemos vivido con mucha tranquilidad porque sabíamos que la presa iba a funcionar bien, como así ha sido.

-¿Por qué no se ha querido esperar a que el pantano rebosara por el aliviadero superior de labio fijo?

-Porque con los desagües de fondo tenemos un total control sobre la cantidad de agua que queremos soltar y hasta cuándo. Por el aliviadero, sin embargo, ese control no lo tenemos. A mí me pagan por garantizar la seguridad de la presa y no para ofrecer un espectáculo que atraiga a la gente a hacer fotos al embalse.

-También ha habido particulares y colectivos que han criticado que Guadalcacín, como otros embalses, no desembalsaran antes y que ello al final coincidiera con las fuertes precipitaciones registradas?

-Yo siempre digo lo mismo: que acertar los resultados de la quiniela a posteriori, cuando ya se han jugado los partidos, es muy fácil. Ahí nadie se equivoca. Pero nosotros no tenemos el grifo de arriba. La lluvia es un fenómeno aleatorio muy caprichoso. Y aunque nosotros trabajamos con muchas previsiones meteorológicas, la verdad es que esas previsiones este año se han equivocado mucho. También tengo que decir que el 25 de febrero, diez días antes de la primera avenida fuerte de agua de marzo, desembalsamos en la cuenca del Guadalete 28 hectómetros cúbicos.Y eso fue con carácter preventivo.

-¿Qué ha aprendido en estos últimos meses?

-Que la gente tiene muy poca tolerancia ante un fenómeno meteorológico como es la lluvia y también que, por lo general, hay mucho desconocimiento sobre cómo funcionan las presas y para qué sirven. En eso quizás una parte de culpa la tengamos nosotros, que tendríamos que llevar a cabo una labor pedagógica aún mayor de la que ya hacemos. Ahí tendríamos que incidir en que un embalse es una infraestructura de riesgo, sí, pero que hay que aprender a vivir con ella y no ocultarla. También suponen elementos de riesgo los trenes y la gente se monta en ellos. Y también sería bueno explicar que las presas sirven para controlar las avenidas de agua y que ese agua llegue a los ríos de manera más controlada, con menos virulencia y en un mayor espacio de tiempo.

-¿Se puede hacer algo para evitar las inundaciones que cada ciertos años se producen en la cuenca baja del Guadalete, en el Jerez rural?

-Yo no voy a criticar a los que tienen sus construcciones en la ribera del río, porque entiendo que habrá familias que quizás no puedan permitirse irse a vivir a otro sitio. Pero lo que hay que tener claro es que la naturaleza es la que es y que no se pueden estrechar tanto los cauces de los ríos. Y también es clave llevar a cabo de manera continua una limpieza adecuada de esos cauces. En eso llevamos mucho tiempo insistiendo.

-¿Y por qué no se han repetido este año las graves inundaciones que sufrió el Jerez rural hace tres años? ¿Es que ahora la Agencia Andaluza del Agua ha funcionado mejor?

-No, no eso. El trabajo ha sido el mismo. La diferencia creo yo que ha estribado en que este año la lluvia más fuerte se ha registrado en la cuenca alta y se ha podido regular de una manera más eficiente. Sirva como ejemplo que las lluvias habidas en marzo en Grazalema superaron en un 576% la medida histórica de precipitaciones. En 2010, sin embargo, los mayores índices de pluviosidad se registraron en lo que llamamos la cuenca no regulada, de Guadalcacín hacia abajo. Creo recordar que llegaron a caer 140 litros por metro cuadrado en un solo día.

-Una duda: ¿A usted le da pena soltar agua de los embalses?

-En la situación actual, no. Tenga en cuenta que los embalses de la cuenca del Guadalete están al 97% de su capacidad y los del Barbate, al 99%. La provincia tiene agua garantizada para al menos cuatro años más, aunque no lloviera más.

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