“Las grandes firmas intentan comerse al pequeño despacho”

Fernando Estrella | Letrado

Como aspirante a vicedecano del Colegio de Abogados de Cádiz, este abogado defiende soluciones prácticas a los problemas que afectan a su profesión

El abogado Fernando Estrella en su despacho. / Lourdes De Vicente

Cádiz/–¿Qué le lleva a postularse como vicedecano del Colegio de Abogados de Cádiz?

–Aunque vengo participando desde hace muchos años en innumerables actividades colegiales (como miembro de comisiones, tutor y profesor de la escuela y organizador de congresos y jornadas, entre otras actividades), creo que ha llegado el momento de intervenir en la vida colegial desde la Junta de Gobierno, aportando mi trabajo y tiempo. Y muy especialmente, mi disponibilidad permanente hacia los compañeros para cuantas dudas o problemas pudieran tener.

–¿Cuáles son los objetivos que se marca si accede a este puesto?

–La Junta de Gobierno está formada por un total de 16 personas, las cuales, bajo el mandato del decano, toman todas las decisiones de forma consensuada y previo el oportuno diálogo. Por tanto, partiendo de tal premisa, resultaría pretencioso efectuar una serie de promesas. Ahora bien, en la medida de lo posible, aspiro a mejorar la formación continuada de los colegiados, ofreciendo mi experiencia en la organización de cursos, congresos y jornadas de toda índole. E igualmente, me gustaría colaborar en la reactivación de una sede colegial que, al margen de ser punto de encuentro frecuente de sus colegiados, debe abrirse a la sociedad mediante diversas actividades. Por último, bajo mi condición de letrado de a pie, habitual en el día a día de los juzgados y conocedor en primera persona de sus defectos y dificultades, pienso que puedo aportar un punto de vista práctico y no teórico en el debate y búsqueda de soluciones a los problemas que afectan a nuestra profesión.

–Bajo su punto de vista, ¿por qué es importante que los abogados cuenten con una institución colegial en la que ampararse profesionalmente?

–Existen múltiples objetivos que, sólo bajo el amparo colegial, pueden conseguirse, desde la conciliación de la vida familiar para las compañeras abogadas hasta la justa remuneración de nuestra actividad y del turno de oficio en particular. Y junto a ello, resulta vital la ayuda permanente a los jóvenes letrados que se incorporan a la profesión y que tratan de hacerse un hueco en el ejercicio libre. También hay que trasladar a los oportunos responsables las lógicas quejas ante las demoras injustificadas en algunas sedes judiciales o ante el exceso de trabajo en determinados juzgados.

–¿Qué momento atraviesa actualmente la profesión?

–Sin duda alguna, un momento muy complicado, donde, como en tantas otras profesiones liberales, la competencia es brutal y el marketing prima con demasiada frecuencia sobre los conocimientos. Resulta habitual que las grandes firmas y despachos intenten comerse, a cualquier precio y sin respeto alguno, al despacho unipersonal o de pequeño tamaño, utilizando a estos últimos, en el mejor de los casos, como colaboradores low cost, como si el letrado de provincia fuera de inferior condición o tuviera menos conocimientos jurídicos. Hoy en día, el letrado estudioso pasa muchas dificultades ante tal situación. En otros tiempos, el cliente acudía al letrado por su prestigio, pero en la actualidad, cuanto menos en una importante cuota del mercado, las tornas han cambiado y son las grandes firmas (en cantidad, pero no siempre en calidad) las que capturan al cliente bajo una publicidad que, en ocasiones, roza el engaño.

Por último, me gustaría animar a los compañeros a que el próximo viernes participen en el proceso electoral, votando a quien estimen pertinente y demostrando así, con ese mínimo esfuerzo, que les interesa el futuro de nuestro colegio. Los otros dos compañeros –que no rivales– que aspiran al cargo merecen mi más alta consideración y doy fe de su brillantez profesional y personal.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último