La Guardia Civil asegura que el acusado de asesinar a su cuñado en Paterna confesó el crimen

Tribunales Cádiz

El agente que detuvo al procesado inmediatamente después de suceder los hechos declara que el hombre reconoció el homicidio.

El mismo guardia civil afirma que la esposa del encausado dijo: "Era mi hermano y me crió como un padre, pero está muerto y bien muerto está".

Escopeta intervenida por la Guardia Civil en el domicilio del procesado.
Escopeta intervenida por la Guardia Civil en el domicilio del procesado. / D.C.
Julia Alarcón

25 de enero 2022 - 17:08

Cádiz/El agente de la Guardia Civil que detuvo en su domicilio al hombre acusado de asesinar a su cuñado en Paterna tras dispararle por la espalda con una escopeta de doble cañón ha declarado este martes en la Audiencia de Cádiz que el procesado confesó el crimen inmediatamente después de lo sucedido, justo durante su arresto. Esta afirmación contradice a la ofrecida por el propio encausado, que durante su intervención en el juicio con jurado que se celebra esta semana en el Palacio de Justicia de Cádiz aseveró que en ningún momento reconoció a los agentes la autoría del homicidio.

El guardia civil, adscrito al puesto de Medina Sidonia a la fecha de los hechos, explicó que el 11 de febrero de 2018 recibió un aviso para personarse en la calle Perro de Paterna con motivo de una reyerta donde se habían producido disparos. "Solíamos ir por allí, en esa calle vivían dos hermanos que mantenían continuas disputas. Uno quería entrar en la parcela del otro", detalló.

Cuando llegó al lugar junto con un compañero, dijo, un vecino le advirtió que habían matado a Juan Colón, el cuñado del acusado. "El cadáver estaba tapado, lo descubrí y, efectivamente, comprobé que era Juan. Levanté la vista y observé que el procesado y su familia estaban en la puerta de su vivienda, a muy pocos metros del cuerpo. Tal y como me vieron, echaron a correr hacia el interior de la casa. Acto seguido, les di el alto y los alcancé", narró de forma minuciosa el agente.

Según testificó el guardia civil, una vez que accedió al domicilio del encausado, éste afirmó: "He matado a mi cuñado. Entonces yo le pregunté si sabía lo que iba a pasar ahora y él me contestó que iba a ir a la cárcel".

"El detenido se mostró en todo momento muy tranquilo y relajado. Sabía lo que había hecho, era plenamente consciente de ello. Incluso le dio instrucciones a su esposa (hermana del fallecido). Le pidió que se divorciara de él y que se mudase a Arcos, porque si se quedaba en Paterna iba a ser la mujer del asesino del pueblo", relató el agente, que añadió que estuvo con el procesado y su familia en su domicilio durante dos horas aproximadamente.

El guardia civil que participó en la detención señaló también que, a diferencia del acusado, su esposa y sus hijos estaban muy alterados. "La mujer llegó a decir sobre la víctima: Era mi hermano y me crió como un padre, pero está muerto y bien muerto está".

Por último, el guardia civil declaró que intervino una escopeta que halló en la entrada de la vivienda. Asimismo, indicó que tuvo que pedir refuerzos a la central porque esa mañana había "mucha tensión" entre los vecinos de Paterna.

Coincidió con este testimonio el jefe de la Guardia Civil de Medina a la fecha de los hechos, que este martes también acudió como testigo a la segunda sesión del juicio con jurado por el crimen de Paterna. El responsable de la Benemérita aseveró que el detenido confesó que había disparado a su cuñado. "El hombre ya estaba engrilletado cuando llegué, le requisé el arma así como otras dos escopetas de caza que tenía en su haber".

Al igual que el primer agente, el jefe de la Guardia Civil corroboró que el procesado estaba tranquilo en el momento de su detención. "Incluso colaboró en la entrega de las armas. Razonaba y ofrecía un discurso coherente y normal, aunque verdaderamente teníamos poco de qué hablar".

El testigo manifestó que trasladó al encausado a Medina por el revuelo que había en Paterna tras lo ocurrido. "El ambiente estaba tenso, encrispado. Cada vez había más gente alrededor del domicilio, por eso vi conveniente quitar al detenido de la zona".

De otra parte, este martes testificó en la Audiencia de Cádiz el sargento adscrito a la Policía Judicial, encargado de la investigación del caso. El sargento identificó a los testigos e inspeccionó la zona, previamente acordonada por sus compañeros. Allí encontró varios cartuchos de escopeta que habían sido depositados dentro de un contenedor. Además, el sargento interrogó tanto al encausado como a su esposa. "Él mantuvo una actitud tranquila. Era perfectamente consciente", insistió. "Ella nos habló de una disputa familiar previa a raíz de una herencia". A preguntas de la Fiscalía, afirmó que la mujer no presentaba lesiones aparentes y que en ningún momento comentó que ese 11 de febrero de 2018 fuese atacada por su sobrino (hijo del fallecido) con un cuchillo, tal y como aseguró el acusado el primer día de la vista oral.

"Al menos, tres disparos"

Asimismo, dos agentes del grupo de Criminalística de la Guardia Civil que rastrearon el lugar del crimen en busca de indicios para su posterior análisis manifestaron este martes en sala que recogieron "seis tacos". Un taco, especificaron al jurado, es la parte del cartucho que separa la pólvora de los perdigones. Para los miembros de Criminalística, esos hallazgos eran compatibles "con, al menos, tres disparos" de escopeta.

Además, los agentes confirmaron la localización dos cartuchos de calibre 12/70 y 32 gramos dentro de un contenedor ubicado en la calle Perro de Paterna. "Esa munición, utilizada habitualmente para la caza menor, suele contener unos 600 perdigones", concretó uno de los especialistas, que puntualizó que los cartuchos se quedan en la recámara de la escopeta tras el disparo. "Hay que sacarlos, no se caen solos".

Entre otras labores, los guardias civiles también tomaron muestras de rastros de sangre y realizaron fotografías del cadáver de Juan Colón, que presentaba numerosos impactos de perdigones "muy concentrados" en el costado izquierdo. "El disparo se realizó por la espalda y a poca distancia", ratificaron los investigadores, al tiempo que descartaron que el tiro se efectuase desde la puerta la vivienda del acusado, tal y como él mismo afirmó.

"Se lió a tiros con él"

En la segunda sesión de la vista oral testificó también una cuñada del procesado y dueña de la vivienda donde se refugió el hijo de la víctima mortal, su sobrino, tras ser atacado. La mujer señaló que la mañana del 11 de febrero escuchó "voces" y "dos ruidos muy intensos". "Salí de casa y me encontré a mi hijo auxiliando a su primo. Entramos, mi sobrino se quitó la ropa y vi que tenía la espalda llena de boquetes. Nos dijo que su tío le había pegado un tiro".

La mujer continuó su relató así: "A pesar de las heridas, mi sobrino quiso salir para buscar a su padre, al que al parecer también habían disparado. Yo intenté impedirlo pero él insistía. Cuando finalmente salió, vi a mi cuñado apuntándolo con una escopeta. Se lió a tiros con él", concluyó.

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